Capitulo 29

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La tensión en aquella habitación podía percibirse, las palabras de Kamui aun resonaban, nadie decía nada e incluso Sadaharu parecía comprender lo que pasaba.

-¿Que pasa? ¿Porque tan callados? ¿Acaso es tu primera víctima? No te preocupes con el paso del tiempo te irás acostumbrando.-Decía sin interés alguno el bermellón.

-Creo que de...

-No mate por gusto.-Habló la chica.-Mi propia sangre me traicionó y libero a ese demonio interno.

-Si que eres débil.-Se burló el chico que no a necesitado perder el conocimiento para ganar una batalla. Por su parte el resto de la yorozuya escuchaba atentamente a quien no había dicho nada al respecto.-Recurrir a ese lado es tan patet...

-Aun así demostrare que soy mejor.-Interrumpió con mirada determinada.-No dejaré que eso vuelva a ocurrir, me encargare de ser mucho mas fuerte que ese demonio, luchare con mis propias manos y saldré adelante sin su ayuda. Habrá momentos que serán difíciles pero a pesar de ellos yo misma me encargare sin ser un simple títere. Yo controlaré mis acciones no mi sangre.

Aquellas palabras tan decididas sacaron una sonrisa en sus compañeros, Sadaharu ladro de emoción y comenzó a darle lengüetazos. Kamui se emocionó de escuchar aquello, en su mente estaba grabada la imagen de aquella niña llorona y ahora se veía tan decidida sin duda alguna, esa persona merecía un poco de su respeto.

-Te pareces mucho a ella.-Murmuró.

-¿Que dijiste?-Pregunto la chica cuando pudo apartar al Inagumi.

-Creo que escuchas cosas.-Evadió el tema.-Ademas se esta haciendo tarde, y si no llego a tiempo Abuto vendrá a buscarme.-Se rió falsamente y entrego una bolsa llena de envoltura al peli plateado.-Gracias por los dulces estaban muy ricos.

-¡¿Que?! ¡¿Esos eran mis dulces?!-Inicio a sacar cada envoltura para examinarla sin resultado alguno.-Se los comió todos.

-Yo también me retiró.-Decía el de gafas.-Iré a comprar el nuevo disco de Tsuu, ademas ya no tarda en anochecer.

-Si, si adiós.-Murmuró Kagura mientras buscaba su sombrilla en él armario y Gintoki seguía llorando por sus dulces. Una vez quedados los dos el peli plateado se tumbo sobre el sofá para así ver la televisión.-Saldré un rato, Gin-chan.

-Si...¿Adónde crees que vas a estas horas?-Se levantó corriendo del sofá para ir a enfrentar a esa niña problemática.

-A entrenar.

-¿A estas horas? Se esta haciendo tarde, no creo que una jovencita como tu deba salir tan tarde y mucho menos con esa ropa tan llamativa.

-Esta ropa es mi nuevo estilo y no tiene nada de malo, ademas ya soy mayor y puedo salir a la hora que me plazca.

-No mientras vivas bajo mi techo.-Reprendió el peli plateado.-A estas horas una jovencita como tu no debe ir sola.

-No estaré sola.-Murmuró la chica sabiendo que no podía decir con quien entrenaría porque ahí definitivamente se encargaría de encadenarla.

-¿Que dijiste?-Interrogo.-No iras ademas llamas mucho la atención, que pasaría si algún cretino intenta tocarte, no lo creo mi hija no saldrá así...-Un buen golpe por parte de ella hizo que quedara noqueado.

-Siempre exagerando todo.-Decía mientras lo arrastraba y lo dejaba sobre su cama.-Ya no soy una niña Gin-chan, no siempre podrás tenerme aquí encerrada.-Lo arropo con las cobijas y sonrió cariñosamente.-Pero gracias por siempre cuidarme.

Conociendo el camino no le tomó ni quince minutos en llegar a ese arroyó al que el castaño la había llevado días antes. Cuando llegó se percató que el chico de cabellos castaños ya estaba ahí.

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