No te has topado con este archivo de pura casualidad, fuiste elegido, bendecido por el Omnissiah, eres uno de los muchos que vendrán, conocerás los secretos de este universo, las múltiples creencias y costumbres, una cantidad infinita de razas.
Cono...
Este capítulo fue editado, pues me di cuenta que varios párrafos habían sido borrados, disculpen las molestias.
Y e de avisar que este capítulo será MUY largo, así que léanlo cuando tengan tiempo de sobra.
"Se llaman a sí mismos ángeles, estos despojos de un millar de infiernos que se han visto elevados y dotados de brillantes armaduras, relucientes espadas y máscaras de forma bella y elegante. Y sin embargo, me pregunto: ¿han llevado puestas esas máscaras tanto tiempo que se han olvidado de lo que aguarda bajo ellas, esa faceta monstruosa que ansía ser liberada?"
—Atribuido a Marlehck Brandt, Rememorador adjunto a la IX Legión entre 811.M30 y 848.M30
Los Ángeles Sangrientos fueron la IX Legión de Marines Espaciales que el Emperador creó para su Gran Cruzada. Su Primarca era Sanguinius, y su mundo natal es Baal.
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Emblema de los Ángeles Sangrientos
En combate, la Legión de los Ángeles Sangrientos era la encarnación de la ira del Emperador hacia aquellos que rechazaban el regalo de la Unidad. Liderados por su angelical Primarca Sanguinius, su venida no era nada menos que un juicio apocalíptico descargado sobre los culpables desde las alturas, y descendiendo de los cielos sobre alas de fuego, la Legión conquistó mundos humanos perdidos tanto por su furia sobrenatural como por el terror y el pasmo que engendraba. Naciones enteras cayeron de rodillas, acobardadas por la furia y el esplendor de estos "ángeles rojos", por temor a perecer bajo las brillantes espadas de los Marines Espaciales. A los xenos no se les daba este cuartel, y la ira de la Legión se manifestaba como una marea de carnicería implacable que solo amainaba tras lograr el exterminio absoluto.
Sin embargo, durante la Herejía de Horus sufrieron un gran golpe: la pérdida de su padre angelical a manos del Señor de la Guerra Horus durante la Batalla de Terra. Su muerte fue tan terrible que dejó una cicatriz en todos y cada uno de los miembros de la Legión y, desde aquel oscuro día, se murmura que los Ángeles Sangrientos portan una terrible maldición en la sangre.
Historia
El destino es un amo caprichoso, pues no importa cuánto se retuerza y revuelva su presa, ni qué triunfos alcance ni qué pruebas supere: siempre la alcanzará y aplastará. Los Ángeles Sangrientos lucharon contra el destino escrito en sus propios genes, desafiaron el papel que el Emperador había escogido para ellos y se atrevieron a creer que podían trascender más allá de la oscuridad que les seguía. Tomaron lo peor de la Humanidad y lo hicieron brillante y hermoso, se alzaron sobre lo que habían sido antaño y se elevaron sobre el naciente Imperio como los ángeles guardianes que les daban nombre. Y sin embargo, en sus éxitos arraigaron las semillas de su caída, sembradas en la envidia del Señor de la Guerra caído que veía en ellos todo de lo que él mismo había renegado. El primer golpe de la Herejía de Horus hizo caer a los Ángeles Sangrientos de rodillas, y las tragedias que le siguieron harían pedazos su resolución y los dejarían quebrados. No obstante, por su propia naturaleza la IX Legión no se desesperó ni se rindió ante la oscuridad, sino que volvió a alzarse una y otra vez.