Hermanas Arrepentidas

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"Si alguna Hermana, en sus actos o pensamientos, peca, deberá voluntaria e inmediatamente informar de su falta a su Superior, y buscar enmendarse con todo su corazón. Si fracasara en actuar de dicha manera, que su penitencia dure una semana, pero si su pecado es grande, será apartada de la compañía de sus Hermanas, no sentándose con ellas a la mesa ni arrodillándose en oración a su lado. Déjenla sola, sometida a la voluntad del todopoderoso Dios-Emperador. Déjenla vestir el verdugo del penitente, aceptar el eviscerador ceremonial, y buscar la redención en el campo de batalla."

—Regla CCCLIX, Reglamento del Adeptus Sororitas, Volumen VI

Las Hermanas Arrepentidas son fanáticas mujeres guerreras expulsadas de las Órdenes del Adeptus Sororitas, cuya búsqueda de redención por sus pecados hace que no muestren miedo en la batalla y no sientan remordimientos al acabar con aquellos que blasfeman contra el Trono Dorado. Su fanática devoción al Dios-Emperador les otorga protección contra los herejes que han sido enviadas a destruir. Un Inquisidor de mentalidad belicista suele considerar la indestructible fe de estas Hermanas como un añadido bienvenido a su séquito.

Descripción

La confesión y la oración forman parte de la vida cotidiana de una Hermana de Batalla tanto como los entrenamientos de tiro con bólter y la disciplina militar. Aquellas que no cumplen con las exigencias de los rigurosos códigos de la Hermandad son sujetas a muchos castigos, pero en los casos más graves la transgresora puede ser exiliada de su Orden. Estas guerreras, conocidas como Hermanas Arrepentidas, son expulsadas con solo un puñado de harapos, una capucha para cubrir su rostro y un eviscerador (espada sierra de dos manos) ceremonial con el que golpear a los enemigos del Emperador. Las Hermanas Arrepentidas se agrupan en unidades que buscan la redención en las llamas de la batalla, y son dirigidas a la guerra por un Ama, una dura guerrera que las empuja con un par de látigos neuronales. El Ama juzga los actos de cada Hermana exiliada y, ocasionalmente, al final de la batalla, puede declarar que ha pagado sus pecados. Aunque este suceso es extremadamente raro, las pocas que regresan al seno de su Orden son tenidas en gran estima por la Hermandad.

 Aunque este suceso es extremadamente raro, las pocas que regresan al seno de su Orden son tenidas en gran estima por la Hermandad

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Hermana Arrepentida con Eviscerador

Para el Adeptus Sororitas, aquellas que buscan redimirse ante los ojos del Emperador recorriendo el camino de las Arrepentidas se encuentran en un estado de gracia al que muchas aspiran y que, sin embargo, pocas pueden alcanzar. De hecho, algunas Hermanas de Batalla se exilian voluntariamente, considerándose culpables de la más insignificante de las faltas a fin de unirse a las filas de las Hermanas Arrepentidas. Estas Hermanas están poseídas por un fanatismo justiciero que no conoce ni el dolor ni el miedo. Morirán cuando el Emperador esté listo para aceptar sus almas, y ni un momento antes. El fervor maníaco de estas Hermanas les lleva inevitablemente al martirio en las luchas más desesperadas, hallando en la muerte la absolución que les fue negada en vida.

El Juramente del Penitente

El Juramento del Penitente es el primer paso de las Sororitas en un viaje reverenciado dentro de la Hermandad, aunque las Hermanas Arrepentidas se vean alejadas de sus Hermanas. Muy pocas Sororitas interactuarán con una Arrepentida una vez esta haya adoptado el juramento, aparte de en el campo de batalla. Aunque se vean separadas del resto de sus hermanas y sean vistas en muchos casos como parias, las Arrepentidas ocupan un lugar especial de honor dentro de la Orden, ya que son capaces de enfrentarse a sus demonios interiores sin arriesgar a otros miembros del Adeptus Sororitas. Aquellas que consiguen cumplir su juramento son en muchas ocasiones consideradas como las más formidables guerreras dentro del Adeptus Sororitas, siendo por tanto tratadas con los mayores honores, aunque sea a título póstumo, ya que como se ha indicado anteriormente el juramento solo se cumple cuando la Hermana Arrepentida muere, generalmente en gloriosa batalla.

Su penitencia suele consistir en acabar con la vida de conocidos herejes, servir a un Cazador de Brujas, o defender una reliquia del Ministorum contra invasores alienígenas. El que la Hermana muera rápidamente o tras largos y arduos años de servicio es irrelevante, mientras el juramento sea cumplido.

El proceso exacto por el que se realiza el juramento varía de orden en orden, pero suele ser una práctica común el que la Sororita declare su intención de tomar el juramento como muestra de penitencia. El ritual para dejar de lado su posición como Hermana de Batalla es realizado por los miembros de su escuadra contando con la presencia de un oficial superior. Para ello, la futura Arrepentida es alejada de la Hermandad y llevada al sanctasanctórum de la capilla. El ritual se desarrolla como sigue:

Penitente: Estoy más allá de la absolución. No puedo ser exculpada. Me ofrezco a mí misma en arrepentimiento. Ante el Emperador, he pecado. Más allá del perdón. Más allá de la condescendencia. Más allá de la piedad.

Los miembros de la escuadra, dirigidos por la heroína más veterana de la Orden, retiran el equipo bélico de la Penitente y lo retiran de su vista. Posteriormente, utilizarán los restos de su túnica para cubrir de forma basta a la Penitente hasta que esta reciba lo que se conoce como las Vestiduras del Penitente, que suelen consistir en una túnica sencilla de color crema con casi nula capacidad de protección.

Escuadra: Volvemos nuestras espaldas ante ti, y retiramos tu armadura y tus armas.

Penitente: Dejo esta compañía por propia voluntad, y por propia voluntad regresaré. Buscaré el perdón del Emperador en los lugares más oscuros de la noche.

El cabello de la Penitente es rapado con un cuchillo, en preparación de la futura batalla.

Escuadra: Cuando obtengas el perdón, te daremos la bienvenida entre nosotras. Hasta entonces, no tienes nombre para nosotras.Penitente: Mírenme y no me vean. Conocerme y conocerán el miedo, porque no tengo otro rostro hoy. Me alzo ante ustedes como una Hermana arrepentida, hasta que obtenga una vez más la absolución.


Oficial: Que así sea.

Una vez hecho esto, todas las demás Sororitas abandonarán la capilla, dejando a la ahora Hermana Arrepentida con la veterana, quien dirigirá a la Arrepentida a través de una serie de letanías y juramentos destinados a atizar el rugiente fuego de la fe que precisará para cumplir con su misión.

Armamento

Las escuadras de Hermanas Arrepentidas se componen de entre 4 y 9 Hermanas y un Ama. Las Hermanas están armadas con evisceradores, mientras que el Ama lleva servoarmadura, dos látigos neuronales y granadas de fragmentación y perforantes, y puede equiparse adicionalmente con bombas de fusión. Cada escuadra puede desplegarse en un Rhino o Immolator.

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