Tecnomarines

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"Tu obligación es atender a la máquina como otros atienden a sus hermanos. Cuida todo sobre los espíritus guerreros, pero hazlo con el conocimiento de que cumples un deber para con el Emperador. Sin tus servicios, ningún proyectil puede ser disparado, ni muertos los enemigos."

—Extracto del Apócrifo de los Eones. Verso III del Capítulo CIV

Un Tecnomarine (conocido como Frater Astrotechnicus en gótico clásico) es tanto un técnico e ingeniero de los Marines Espaciales como un Hermano de Batalla completo en su respectivo Capítulo. Son miembros totalmente iniciados tanto en el Culto Mechanicus como en las artes guerreras de su Capítulo.

 Son miembros totalmente iniciados tanto en el Culto Mechanicus como en las artes guerreras de su Capítulo

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Tecnomarine del Capítulo de Los Cicatrices Blancas 

El resto de hermanos Astartes estaban sobrecogidos por el conocimiento hermético que poseía un Tecnomarine, pero también estaban igualmente agradecidos de no haber sido seleccionados para hacer el viaje a Marte y estudiar junto con los devotos del Dios Máquina, los misteriosos Adeptus Mechanicus. Tecnomarines, como sus hermanos sacerdotes, magos y adeptos del Culto Mechanicus, que reverenciaban al Omnissiah y predicaban que la vida biológica no tenía ningún sentido si no se unía a la mecánica, y que sólo la fusión entre la máquina y el hombre podía acercarse a la perfección.

Historia

Los antiguos pactos entre el Adeptus Astartes y el Adeptus Mechanicus permiten que los Capítulos de Marines Espaciales envíen a Hermanos de Batalla al Planeta Rojo para entrenar e iniciar el largo y arduo trayecto de convertirse en un sacerdote del Dios Máquina. Los futuros Tecnomarines son elegidos entre las filas de los Marines Espaciales por su afinidad con la tecnología. Son enviados a Marte para entrenarse durante 30 años estándar y aprender los conocimientos de la máquina. Aprenden a adivinar las runas de la ingeniería y estudian el rito del mantenimiento. Este enorme compendio de conocimiento debe ser aprendido de memoria y entendido completamente por el Tecnomarine aprendiz. Debe aprender a "sentir" el dolor de una máquina dañada para poder curarla.

Cuando regresan a su Capítulo para servir tienen el mismo papel que los Visioingenieros de la Guardia Imperial. Los Tecnomarines regresan como figuras distantes y misteriosas envueltas en un halo de superstición. Desde ese momento, son hombres de una doble lealtad, unidos por la sangre a su Capítulo y por la mente y el espíritu a los misterios del Omnissiah. Esta división asegura que un Tecnomarine nunca tendrá la confianza ciega de sus hermanos y que se mantendrá a una distancia prudente de los secretos y rituales del Capítulo.

Ser un Tecnomarine es una de las tareas más arduas de todo el Imperio de la Humanidad, al igual que todos los Astartes, sacrifican su humanidad para proteger mejor al Imperio, pero en lugar de encontrar el cálido y tranquilizador abrazo fraterno dentro de su Capítulo, se enfrentarán en solitario a una mezcla de estima sobrecogida y una profunda desconfianza de sus hermanos Marines Espaciales. Por otro lado, el Tecnomarine tampoco puede recurrir al Adeptus Mechanicus para consolarse, ya que la mayoría de miembros del Mechanicus ven a los Tecnomarines como meros Visioingenieros, humildes engranajes en el orden del Dios Máquina, o peor aún, tecnoherejes que se atreven a violar la santidad de los Espíritus Máquina con el objetivo de hacer la guerra más eficientemente.

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