Capítulo 4

84 13 0
                                    

Yoongi

Joder, es una puta broma, ¿verdad?

Tengo entre mis brazos a un pequeño muchacho que ha estado a punto de caer al suelo y que se agarra con fuerza a mi sudadera.

Le miro detenidamente. Es precioso, pequeño, con un lindo pelo negro, unos ojos muy vivos y pequeños, una nariz diminuta y unos labios gorditos.

Tentadores.

Me acerco a su cuello para cerciorarme de que es él y lo olfateo sin disimulo. Limonada. Simplemente me encanta. No hay duda.

Es él.

Así que le levanto y me lo coloco en el hombro como si de un saco de patatas se tratase.

- ¡Eh, tú! ¿Qué coño haces? ¡Bájame! ¡¡BÁJAME!! - me grita pataleando y dándome puñetazos. - ¡AYUDAAAA! ¡Ayuda por favor! ¡¡Me están secuestrando!!

La gente de la estación mira curiosa la escena. Parecen estar viendo a un par de chavales jugando y bromeando y así que nadie le da importancia.

- ¡Sshhh! Deja de moverte y de gritar, pequeño - le digo agarrándole más fuerte. - Así que tú eres el omega valedor del linaje. No estás mal - sonrío de medio lado.

Lo llevo al aseo de caballeros y una vez dentro, cierro la puerta con pestillo.

- Qué demonios estás haciendo - me reprocha.

Su actitud está agotando mi paciencia. Me aproximo a él y golpeo la pared con el puño, justo junto a su cara. Se queda muy quieto.

- ¡Cállate! - siseo entre los dientes. - Cómo se te ocurre ir caminando en público, tan indefenso. ¿Estás loco? - le digo enojado.

Estoy muy cerca de él. Su aroma me embriaga y vuelvo a olisquearle tan solo porque me chifla. Entonces, bajo aquel riquísimo olor cítrico percibo otro aroma que no me gusta tanto. Huele a otro alfa.

Voy a matar a ese puto perro.

- ¡Apestas! - digo arrugando la nariz. - ¡¿Lo has hecho con un alfa Rojo?! - le digo abriendo su camisa por el pecho buscando alguna marca.

- ¡Detente! - me ruega el omega.

- En serio, como me encuentre el rastro de otro alfa en ti, te vas a arrepentir - gruño celoso.

- Pero de qué estás hablando...

- ¿Dónde la tienes? Puedo olerlo... - digo buscando entre sus ropas.

En el bolsillo de su camisa encuentro un relicario. Desprende un intenso olor a lavanda.

Qué asco.

Mi lobo siente un infinito alivio al descubrir que el olor de ese alfa no viene de su cuerpo sino de este pequeño amuleto.

- Ey, devuélveme eso. Es un regalo de mi amigo - intenta recuperar el amuleto.

- ¿Regalo, dices? ¡Esto apesta a lobo Rojo! - gruñó cerca de su cara y tiro por el retrete la cosa esa.

El chico me mira extrañado por lo que acabo de decirle. Parece que no tiene ni idea de lo que le estoy hablando, pero de repente parece recordar algo y su gesto cambia a uno de enfado.

Tú no entiendes nada, pero tu lobo sí que lo hace.

Entonces me acerco mucho más a él, hasta que nuestros pechos se tocan y empiezo a frotarme contra él para impregnarle con mi aroma.

Mío.

- ¡Para! ¿Qué estás haciendo? - me chilla intentando apartarme de él.

- ¡Quédate quieto! ¡Y cállate de una maldita vez! - le digo bruscamente. - Hablas demasiado.

Remember Creek 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora