Capítulo 43

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Yoongi

Tengo a Jimin sentado a horcajadas sobre mi regazo. Nos besamos de manera desordenada. Las ganas que nos tenemos el uno al otro nos consumen desde hace semanas. Sus manos recorren mi pecho desnudo y las mías acarician sus grandes nalgas. Hace rato que sus orejitas y su cola de lobo están a la vista, haciéndole verse completamente adorable.

Ahora mismo estoy perdido en su cuello. El aroma a limón está haciendo estragos en mi fuerza de voluntad. Beso y chupo la piel que hay entre su oreja y su trapecio y acabo haciéndole un notorio chupón. Le escucho gemir mientras frota su erección contra la mía.

Con cuidado, me pongo de pie, llevándomelo conmigo y lo tumbo sobre mi cama. Desciendo un reguero de besos, desde sus labios hasta sus clavículas, mientras desabrocho los botones de su camisa del uniforme. En cuanto veo sus pezones los acaricio. Me encanta ver cómo su cuerpo reacciona ante mis caricias. Sigo bajando por su abdomen y rápidamente le quito el resto de la ropa. Su polla me saluda orgullosamente dura. La agarro con cuidado y bombeo. Jimin sisea ante el contacto y por un momento creo que va a volver a perder el control y va a convertirse en lobo. Pero consigue mantenerlo a raya.

- Muy bien, cariño. Lo estás haciendo muy bien - le felicito.

Me pongo de rodillas entre sus piernas y veo como su rosado y virginal culo palpita completamente húmedo por el lubricante natural que emana. Le acaricio con el dedo índice y siento su cuerpo tensarse.

- Gatito... Espera... Espera un momento - me suplica mientras jadea.

- Dime qué necesitas, amor - dejo de acariciar su entrada, pero mantengo el bombeo constante en su polla.

Se incorpora, respirando pesadamente por la boca. Su cuerpo entero luce un sonrojo y suda ligeramente. Veo el esfuerzo titánico que está haciendo para no transformarse.

- Dame un momento - me pide.

Tiro de él y lo siento en mi regazo para acunarle y ayudarle a controlar a su animal. Se queda muy quieto mientras beso su pelo y acaricio su brazo. Poco a poco su respiración se normaliza. Una de sus manos descansa en mi pecho y empieza a acariciar uno de mis pezones que reacciona de manera inmediata. Le oigo reír como un niño. Bueno, es realmente como uno. Sin decir nada, acerca su boca y succiona mi pezón con fuerza.

Joder.

Una descarga eléctrica viaja directamente a mi ingle, haciendo que mi polla se mueva bajo su trasero. Envalentonado, succiona con más fuerza. Jadeo su nombre. Sin soltar mi pezón, me empuja por los hombros y se tumba sobre mí. Su boca me está volviendo loco. Todo mi cuerpo tiembla. Nunca me había dado cuenta de que la estimulación de mis pezones podría proporcionarme tanto placer. Cuando se aburre de este pezón, salta al otro y empieza a torturarlo de nuevo. Lamidas, succiones y mordiscos, que me llevan prácticamente al borde.

Se incorpora y se sienta en mis piernas para mirar con satisfacción su obra de arte. Sus pequeñas manos viajan a mi polla y la agarra provocándome un escalofrío.

Se pone a horcajadas sobre mí y él solo alinea mi polla en su entrada. Puedo sentir sus cálidos fluidos empaparme. Coloca la punta en su entrada y se deja caer un poco. Entra fácilmente, pero es su primera vez así que necesita acostumbrarse. Poco a poco se deja caer por completo hasta alojarme en mi totalidad. Las pareces me aprietan deliciosamente. Es tan suave, estrecho y cálido.

Nunca me había sentido así.

Acaricio sus muslos, totalmente perdido en su belleza. Su pelo revuelto, sus ojos prácticamente cerrados y su boca abierta que jadea pesadamente.

En cuanto se siente preparado, comienza a subir y bajar lentamente por mi polla. La imagen es simplemente alucinante. Mi polla desaparece por completo en su interior. Sus manos se agarran con fuerza a los huesos de mis caderas mientras intercala saltitos con movimientos circulares cuando está completamente empalado en mí. Y es entonces cuando encuentra su punto dulce.

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