Capítulo 3

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Jimin

Hoy he llegado temprano al instituto con la esperanza de cruzarse con el menor número posible de compañeros por los pasillos. Es cuestión de matemáticas. Cuantos menos alumnos haya, menos lograrán acercarse a mí.

Estoy intentando sacar de mi taquilla los libros para la clase de primera hora, a la mayor velocidad posible. Los pasillos son la zona más peligrosa del instituto. Tengo tanta prisa por salir de ahí que ignoro por completo el montón de cartas y notas que me han colado mis admiradores por la rendija de la taquilla.

- Hola, Jimin - oigo que alguien me saluda de manera sensual mientras pasea un dedo por mi espalda. Se me eriza todo el pelo del cuerpo, pero en plan mal.

Me giro despacio y me encuentro de frente con Lalisa. La chica más guapa y popular de mi clase y probablemente, de todo el instituto. Tiene un precioso pelo rubio, largo y liso, uno increíbles ojos rasgados muy expresivos, unos labios carnosos y la cara de muñeca más preciosa que he visto jamás. Lalisa es la chica que todos mis amigos quieren ligarse y... follarse. Yo mismo me he masturbado en más de una ocasión pensando en ella.

- Ho... Hola Lalisa - le devuelvo el saludo, nervioso porque está demasiado cerca de mí.

- Hoy te ves realmente bien, Jimin - me dice guiñándome un ojo.

- Gracias... Tú también Lalisa.

Pero que mierda está pasando conmigo.

- Ven, saltémonos la clase de primera hora - me dice cogiendo mi mano y tirando de mí con fuerza para que la siga.

- No creo que sea buena idea... Deberíamos ir a clase - intento zafarme de ella.

Llegamos a los aseos de los chicos y Lalisa abre la puerta. Me empuja dentro de uno de los cubículos y me obliga a sentarme en la taza para ponerse ella a horcajadas sobre mí.

- Jimin... me gustas mucho... - dice en un susurro.

La chica se quita el jersey y empieza a desabrocharse la camisa del uniforme. Yo estoy totalmente anonadado y la miro con los ojos muy abiertos. Lalisa, intenta ponerme a tono, así que intencionadamente mueve sus caderas sobre mi regazo y me pega las tetas prácticamente a la cara.

Demasiado cerca para mi gusto.

No entiendo por qué Lalisa está comportándose así cuando no creía que ella se hubiera fijado en mí, nunca. Y si por lo menos me estuviera divirtiendo, pues no me importaría seguir con aquel coqueteo, pero la verdad es que está siendo muy incómodo y ella no me gusta. Es tan fácil y ofrecida que ya no tiene gracia.

Estoy intentando idear una excusa convincente para salir de ahí y librarme de Lalisa cuando alguien abre la puerta del cubículo de un fuerte golpe. Un intenso olor a lavanda inunda el pequeño espacio anunciando la identidad del recién llegado.

- Jiminssi, vaya, qué sorpresa encontrarte aquí - dice Tae sacando del baño en un solo movimiento a Lalisa.

¿Sorpresa? Venga ya. Me has estado buscando.

Lalisa parece querer protestar por cómo ha sido tratada, pero veo cómo Taehyung la mira por encima del hombro con cara de estar muy enfadado y con una amenaza de muerte velada en su mirada. Ella sale corriendo.

Gracias amigo.

- Dime, ¿has podido leer la carta de amor que te di ayer? - me pregunta Taehyung nervioso mientras me agarra fuerte por los hombros.

Oh, mierda.

- Quiero ser más que amigos, Jiminssi. Pensé que podría esperar a que me dieras una respuesta, pero no tengo paciencia - Tae me zarandea suavemente mientras habla. - Eres como un preciado tesoro... por eso estoy preocupado por ti - sigue hablando mientras me mira de una manera demasiado intensa para mi gusto. - Eres como un bebé indefenso... Sólo prométeme una cosa, no hables con los hermanos Kim & Min - me advierte haciendo un puchero. - Sobre todo con Min Yoongi - dice entre dientes como si pronunciar su nombre le diera asco. - Kim, el hermano mayor va clase conmigo, pero el pequeño, Min, es el más peligroso de los dos. Es una bestia... ¡¡BESTIA!! No te dejes engañar por él, ¿me has entendido?

Pero de qué demonios estás hablando.

- Yo soy el mejor alfa Rojo de Corea - susurra Tae más para sí mismo que para mí.

¿Qué coño es un alfa?

- Ten, toma este amuleto. Llévalo siempre contigo, te protegerá - me dice tendiéndome un pequeño sobre de tela con un precioso cordón de seda roja y las iniciales K.T. bordadas en el mismo color. Me lo quedo mirando un rato porque me encanta. Cuando levanto la vista del amuleto para darle las gracias veo que mi amigo ya se ha ido.

Qué rarito eres, colega.

Al terminar las clases me voy a coger el metro para irme a casa y a diferencia de otros días, veo cómo la gente le mira y cuchichea a su alrededor, pero nadie se acerca a mí. Saco el amuleto de Tae del bolsillo y lo miro detenidamente. Huele, como no, a lavanda.

Puede que el amuleto realmente funcione.

Entonces recuerdo que tengo que hablar con Tae porque está esperando una respuesta. En cuanto le vea, le explicaré las cosas.

Al bajar del metro para irme a mi casa, me detengo al percibir el aroma más exquisito que he olido jamás. Menta. Busco desesperado por todas partes la procedencia de ese aroma. Voy tan concentrado que no veo un pequeño bolardo que hay en el suelo y me tropiezo. Estoy a punto de caer de bruces contra el suelo, cuando alguien impide que me parta la cabeza, sujetándome por la cintura.

Menta... qué maravilla.

Remember Creek 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora