Remember Creek 🔞

Capítulo 42

Namjoon

En cuanto llegamos a casa, Jin me arrastra hasta mi habitación, cierra la puerta y me abraza con fuerza. Me sostengo a él porque es mi puerto seguro, desde mucho antes de ser consciente de ello. No me quedan fuerzas. Sólo de pensar que, por mi culpa, Tae o su cachorro hayan podido estar en peligro, me muero de angustia. Todavía no me puedo creer que Jungkook no haya exigido mi cabeza. Estoy muy agradecido por su comprensión, pero, sobre todo, porque su familia se encuentra perfectamente.

- Nam, deja de darle vueltas. Gracias a la Diosa Luna, están bien - me acaricia el rostro y me sonríe con ternura. - Deberías descansar.

Me quedo mirando al amor de mi vida. A mi omega. El ser más único y especial de toda la creación. No sólo porque es un lobo blanco, sino porque es el mejor ser vivo que pueda existir. Su calidad humana es fuera de serie. Realmente soy un tío con suerte, si, siendo el gilipollas que soy, he conseguido que Jin se haya enamorado de mí.

Intento devolverle la sonrisa, pero de verdad que en este momento me odio a mí mismo. Me desnudo con rapidez, tirando toda la ropa por la habitación y me transformo completamente en lobo. Jin ríe al verme en mi forma animal y me acaricia las orejas y el hocico. Necesito refugiarme en mi forma animal para intentar calmar mis nervios y perdonarme a mí mismo por mi idiotez.

- Está bien, chico, vamos a la cama - se va desvistiendo hasta quedar solamente con la camiseta y el bóxer.

Se tumba y palmea el colchón para queme tumbe junto a él. Me hago un ovillo a su lado y disfruto de las caricias que me regala. Cuela sus dedos en mi tupido pelaje y me hace cosquillas. Adoro que me toque y dejo escapar un ligero ronroneo que me nace del pecho.

- ¿Eres un lobo muy mimoso, eh, grandullón? - pega su nariz a mi trufa y lamo toda su cara con mi gran lengua.

Su risa inunda toda la habitación y me doy cuenta de que tan sólo necesito escucharle reír para sentirme infinitamente mejor. Continúa con las caricias por mi cuello y me paro a pensar en lo injusto que he sido con él durante toda su vida.

Se enamoró de mí nada más verme. Le rechacé por ser hombre. Me salvó la vida y nunca se lo agradecí. Me acerqué a él sólo para aprovecharme y pedirle que fingiera ser mi amigo. Durante años, me colé en su casa para follármelo cuando mi cuerpo bajaba de temperatura. Una vez descubro el pastel y me confiesa valientemente que está enamorado de mí, le rechazo. Cuando mi lobo me demuestra que es nuestro destinado, le exijo que sea mío, le digo que necesito solventar mis dudas y él accede a acostarse conmigo, sólo para que yo me aclare. Y por si no fuera suficiente, voy yo y le obligo a que no vuelva a mantener contacto con su mejor amigo.

Soy una puta escoria.

Miro a mi omega a través de los ojos de mi lobo y soy más que consciente de que no me lo merezco. Me lo ha dado todo. Absolutamente todo de él y yo no hago más que arramplar con todo, sin darle nada a cambio. Estoy completamente enamorado de él, de eso no hay duda, y mi corazón sólo late por él, pero no se lo demuestro como debería. Gimoteo arrepentido por mi comportamiento y Jin continúa dándome mimos. Me acurruco junto a su cuerpo y suspiro satisfecho al sentir los brazos de Jin rodear mi cuello. Rendidos por los nervios vividos hoy, nos quedamos dormidos.

Al cabo de una hora, me despierto. Mi cabeza descansa en el estómago de mi novio. Es tan guapo. Su semblante es tranquilo y su respiración, relajada. Está dormido como un tronco. Decido que ha llegado el momento de empezar a enmendar mis errores. Vuelvo a mi forma humana y beso a Jin en la cabeza. Se revuelve al perder el calor que le proporcionaba mi pelaje así que le tapo con la colcha y salgo de la cama. Me visto, voy hasta la mesilla y agarro su teléfono móvil. Salgo de la habitación para no despertar a Jin. Busco en su agenda el número de su mejor amigo y marco. Contesta al segundo tono.