Capítulo 18

47 11 0
                                    

Jin

Veo entrar a Namjoon a la biblioteca del instituto. En cuanto las chicas lo ven, le invitan a sentarse con ellas.

Todas despliegan sus encantos en cuanto él está cerca. Se pelean por quién de ellas va a sentarse junto a él. Todas le miran con corazones en los ojos. Le ríen todos los chistes. Siempre están demasiado cerca, casi encima suyo. Las veo mover sus melenas de manera inocente, pestañean de forma coqueta y se toquetean los labios para que él enfoque su mirada en ellos. Me ponen enfermo.

Me levanto y me voy porque ya he visto bastante. Sé que algún día el elegirá una novia formal y entonces será mi fin. No podré ver como ama a otra persona.

Nos es que no sepa que se acuesta con otras chicas, pero no está enamorado de ninguna. Es muy duro para mí, pero mi alma se agarra a ese clavo ardiendo. Eso sí, el día que se caiga rendido por alguna de ellas, no voy a poder resistirlo. Estoy tan enamorado de él que no puedo pensar en nadie más. Lo peor es que sé que él nunca va a ser mío.

Me meto en el baño para refrescarme la cara y despejar mi mente de todos estos pensamientos oscuros que me carcomen el alma. La puerta de aseo se abre y, a través del espejo que tengo delante, veo que entra Namjoon. Cuando nuestros ojos se cruzan en el cristal, bajo la mirada.

- A qué viene esa cara, ¿te sientes mal? - me pregunta serio.

- No, estoy bien - le contesto, incómodo.

- Ok, me alegro - dice pasando por detrás de mí.

- Presidente, ¿has ido últimamente a correr? - me pregunta mientras lava sus manos en el lavabo que hay junto al mío.

- ¿Eh? - su pregunta me pilla fuera de juego.

- Jiminssi me dijo que te vio el otro día en el gimnasio - me explica y me doy cuenta de que se refiere al chico con lazos en el pelo.

- Yo... No soy muy bueno corriendo así que he decidido entrenar más - le digo sin mirarle.

- ¿Quieres que te ayude a entrenar? - se ofrece de manera simple.

- ¿Qué? - no puedo creer que acabe de proponerme eso.

- Jiminssi tampoco es muy rápido. Podrías acompañarnos.

Por un momento había tenido la tonta idea de que él quería pasar tiempo conmigo. Aprieto los puños para no echarme a llorar por lo idiota que soy. Aún y todo quiero ir con él.

¿Cuánto más puedo humillarme?

- ¿Presidente?... - me llama al no recibir respuesta.

Decido que va siendo hora de tener un poco de amor propio y rechazo su invitación.

- Ya tengo un amigo que me está ayudando - consigo no echarme a llorar.

- Ah, entiendo. Solo preguntaba por si acaso. Adiós - dice antes de salir del baño.

Me quedo quieto, sin levantar la mirada de la punta de mis zapatos. Estoy tan enfadado conmigo mismo. Cómo he podido pensar que, a parte de las chicas, yo era el único chico con el que hablaba y mantenía una relación. Me doy cuenta de que he sido un engreído pensando que eso iba seguir así para siempre. Él ya tiene otro amigo. Uno que parece que lo es de verdad. Quién sabe, incluso igual son algo más que amigos. Lloro porque he rechazado pasar tiempo con él. No puedo creer que haya sido tan estúpido de decirle que no, pero algo en mi interior me grita con desesperación que he hecho lo correcto.

Deja de seguirle como un perro en celo.

Remember Creek 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora