Capítulo 54

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Junghyun

Después de mimarnos en la ducha, volvemos a mi habitación y nos acurrucamos desnudos en la cama. Hobi se pone cómodo sobre mi pecho y se duerme en seguida, agotado por la sesión de sexo que acabamos de tener. Ha sido una verdadera pasada.

Di mejor, una puta locura.

Nos hemos marcado mutuamente. Sólo hace dos días que nos conocemos y ya nos hemos emparejado de por vida. Una sensación de vertido se instala en mi estómago. ¿Habremos hecho lo correcto? ¿Cómo se lo voy a contar a mis padres? Y su familia, ¿le rechazará porque le he marcado? ¿Qué van a decir sus amigos? Mi cabeza es una puta olla a presión y siento como me pica su mordida en el cuello. Me estoy empezando a agobiar, en plan mal. De repente, me gustaría estar a kilómetros de distancia de aquí, lejos de toda esta jodida locura. Intento zafarme del agarre de Hobi para poder huir y entonces escucho como gimotea, completamente dormido.

Estás sintiendo mis dudas a través del lazo.

Un sentimiento de culpa me cae como una losa en el pecho. Todas mis dudas están haciendo daño a mi pequeño alfa.

Mío.

Mi lobo me gruñe, completamente enfurecido conmigo. No entiende mis recelos, ahora que hemos encontrado al amor de nuestra vida. Acaricio la espalda de Hobi, intentando que se tranquilice. Hundo la nariz en su pelo y es entonces cuando su fuerte olor a café se cuela en mi sistema, acallando todas las voces que me dicen que algo de todo esto es incorrecto. Mi corazón late con fuerza, feliz por tener a mi destinado entre los brazos. No, lo nuestro nunca estará mal. En cuanto mis miedos menguan, mi rayito de sol se calma y deja escapar un suspiro.

Mi hogar estará donde estés tú.

Y con esta cálida sensación de permanencia, me duermo completamente enamorado de Hobi y dispuesto a afrontar todas las adversidades que estén por venir.

Juntos. Siempre juntos.

A la mañana siguiente, el ruido que hacen nuestros amigos danzando por casa, me despierta. Hobi sigue en la misma posición en la que se durmió. Su cabeza descansa en mi pecho.

- Buenos días, lindo bebé - intento despertarle a través del lazo.

- Cinco minutos más, mamá - lloriquea y se abraza más fuerte a mí.

- Venga lindo, tienes que ir a la escuela - mi pecho tiembla cuando me río porque está siendo muy tierno. - Oye, no voy a dejar que mi novio sea un zángano. ¡Arriba, lindo bebé! - me incorporo, con él.

- Deja de llamarme así - protesta estirándose.

Veo su cuerpo completamente desnudo y todos los recuerdos de la noche de ayer se arremolinan en mi cabeza. En mis dos cabezas. Me levanto para buscar algo con qué taparle. Hobi se ríe cundo saco una de mis camisetas del armario y se la doy.

- Pensé que habíamos quedado en que me comprarías una camiseta nueva, no en que me darías una de las tuyas.

- ¿Estás diciendo que no quieres usar mi ropa?

- No - me dice, negando con la cabeza, y agarra la camiseta. Se la pone por encima de su cabeza y se la baja por su pecho, alisando la tela con las manos mientras la mira. - ¿Me queda bien?

Le queda enorme. El cuello me deja ver sus clavículas y mi mordida, aún roja por lo reciente que es. Además, es tan larga que le llega a la mitad de los muslos.

Estás increíblemente sexy.

- Te queda mejor que a mí - le digo porque es la verdad.

Me río y, aunque ya nos hemos visto desnudos, se sonroja por mis tontas palabras. Me acerco a él, acuno su mejilla y se sonroja aún más.

- Eres tan lindo.

- Vuelve a llamarme así delante de cualquiera y verás lo lindo que puedo llegar a ser - me amenaza rodando los ojos.

- ¿Me lo prometes? - le digo mientras me visto.

- Eres muy gracioso, Jeon Junghyun - me dice muy serio mientras se pone el pantalón que llevaba ayer, se gira y camina hacia la puerta - Vamos a tener que hacer algo al respecto.

- ¿No te gusta mi sentido del humor? - le pregunto sorprendido.

Hobi sonríe ante mi cara de confusión. Cuando llega a la puerta, me mira por encima del hombro, mostrando una sonrisa mientras bate las pestañas para mí.

- Me encanta tu sentido del humor, grandullón, pero sin pasarte. Dime que soy lindo delante de alguien más y cualquier mañana podrías despertarte con el pelo teñido de color rosa.

- Me gusta el rosa - susurro cuando sale por la puerta y le escucho reírse.

Sigo sus pasos que se dirigen hacia la cocina desde donde podemos oír voces. Cuando entramos, todos están allí. En cuanto nos ven aparecer, empiezan a tomarnos el pelo por ser los últimos en levantarnos. Busco con la mirada a mi hermano, deseoso de contarle todo lo que ha pasado, pero su mirada está clavada en la marca que luce Hobi en su cuello. Todos los demás, poco a poco, sorprendidos por el estupor que luce mi hermano, viajan sus miradas en dirección a mi lindo alfa que se esconde tímido detrás de mí.

- ¿Hobi? - la voz de Jin es aguda, casi parece chillar por la impresión. Te ha marcado... - exclama incrédulo - ¿Cómo has podido? - sisea con rabia y siento su fría mirada sobre mí.

Despacio, subo la mano hasta el cuello de mi camisa, tiro de él y dejo ver la marca de mi alfa en mi cuello. Un silencio sepulcral se instala en la cocina. Creo que todos han dejado hasta de respirar. Durante un minuto, nadie se mueve, hasta que Tae, se levanta del regazo de mi hermano y se acerca hasta nosotros con esa singular sonrisa rectangular suya. Y para mi sorpresa, y la de Hobi, nos agarra a ambos por el cuello y nos da un enorme abrazo de oso.

- ¡Qué guay! - es como un niño, pero me chifla. - Estamos felices por vosotros - canturrea y me encanta porque tiene los cojones de hablar por todos. - Aunque creo que mi madre va a despellejarnos vivos en cuanto se entere de esto... - pone un puchero.

Los demás parecen estar todavía procesándolo todo cuando Yoongi empieza a descojonarse. Poco a poco, los demás empiezan a reírse a carcajadas también y al final acabamos todos con un ataque de risa incontrolable. Cuando por fin logramos calmarnos, conseguimos desayunar. Nos fríen a preguntas, pero es normal, teniendo en cuenta lo rápido que ha ido todo. Jin sigue mirándome con cierto recelo, pero lo entiendo. Cuando terminamos de comer, mis amigos se van a sus habitaciones para vestirse.

- Oye Hobi, ¿tienes pensado ir a casa a por tu uniforme? - le pregunta Jin y mi chico asiente. - ¿Me puedes llevar? Yo también tengo que ir a por el mío - añade.

- Claro, vamos - le contesta su mejor amigo.

Les veo ir hacia la puerta cuando le llamo a través del lazo.

- Dame un momento, Jinnie - le pide mientras me mira. - ¿Qué pasa? - me pregunta cuando llego hasta él.

- Has olvidado algo - le susurro.

- ¿Qué? - parece confuso.

- Esto - le digo mientras envuelvo mis brazos alrededor de sus hombros para acercarlo a mi cuerpo y besarle en los labios.

No me resisto a explorar su boca. El beso es lento, profundo y está lleno de promesas. Siento mi cuerpo levitar cuando Hobi me corresponde al beso con entusiasmo. Tanto, que gime. Me separo de él y veo un precioso mohín en sus labios. Acaricio su cara y cierra los ojos disfrutando de la caricia.

- Sigo pensando que eres lindo - le susurro bajito para que sólo él pueda escucharme. - Ahora vete y conduce con cuidado. Tengo planes para más tarde.

Me sonríe pícaramente y se da la vuelta para seguir a su amigo. No me resisto y le doy una palmada en el culo. Me mira por encima del hombro y me lanza un beso, coqueto. Le veo alejarse y me deja aquí plantado, con una enorme sonrisa en la cara y con un leve sonrojo en las mejillas.

Remember Creek 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora