Capítulo 7

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Jimin

Mi lobo tiene miedo. Tiene miedo de que Yoongi pueda salir herido. Por eso me abrazo con fuerza a él para evitar que Tae lo descuartice.

Cuando veo salir corriendo a Tae por verme abrazado a Yoongi, mi corazón se encoge pues siento pena por mi amigo, pero yo no puedo sentir lo mismo que él.

Supongo que me acabo de ahorrar el tener que decirle, con palabras, que no estoy enamorado de él.

Entonces enfoco mi mirada en Yoongi que me mira curioso. También él debe de estar sorprendido por mi reacción.

Al verle desnudo, recuerdo a los lobos peleando por mí y colapso. La verdad me cae encima como un balde de agua fría. Me doy cuenta de que no ha sido un sueño. Que todo este tema de los lobos es REAL. Hoy por la mañana me he levantado y he intentado convencerme de que esta mierda había sido una pesadilla, producto de mi imaginación. Pero ahora que he visto a mi mejor amigo convertirse en un impresionante lobo enorme, entiendo que todo es verdad.

No ha sido un puñetero sueño.

- Todo esto es real, ¿no es así? - le digo a Yoongi que aún está desnudo, me tiene rodeado entre sus brazos y me acaricia la espalda. Pero no estoy de humor para nada. - ¡Menuda mierda! Odio esta movida con todas mis fuerzas... ¡Joder! - me deshago de su abrazo. - Quiero echarme una novia, tener citas normales, pasear cogidos de la mano y darme mi primer beso viendo una puesta de sol... - lloriqueo intentando procesar que mi vida no volverá a ser como era antes. - Y después de mi primer beso quiero perder la virginidad... aunque creo que me he saltado unos cuantos pasos de mi plan cuando acabé con mi cara llena de tu corrida - estoy hablando como una ametralladora, como siempre que estoy nervioso. Me llevo las manos a la cara para tapar mi vergüenza al recordar lo que pasó entre nosotros en el baño de la estación.

Mi vida se ha ido a la mierda.

Antes de poder reaccionar, Yoongi me está abrazando por la cintura de nuevo y me besa.

Eres mi primer beso.

Sus labios son finos y acarician los míos con lentitud, en un beso muy suave. Sus manos acarician mi cintura por encima de mi trastero y siento como mi corazón late desenfrenado. Entonces atrapa mi labio inferior entre los suyos y me da una pequeña succión antes de separarse lo suficiente como para mirarme a los ojos.

- Aquí tienes tu primer beso - me dice acunando mis mejillas. - Dime, ¿qué quieres que haga ahora? - me pregunta de una manera tan dulce que siento mariposas en el estómago.

- Eh... tú podrías volver a... - siento mis mejillas arder.

- ¿Quieres que te vuelva a besar? - me pregunta mientras acaricia mi rostro. Yo no puedo más que asentir. - Entonces no vuelvas a decir que odias todo esto, pequeño - me advierte antes de volver a pegar sus labios a los míos.

Esta vez siento que el beso es más intenso. Mueve sus labios más rápido, con más hambre. Sé que está mal y que debería de oponerme, pero me siento tan bien que soy incapaz de apartarme. Yoongi vuelve a lamer mis labios como ya lo había hecho la primera vez que nos vimos, pero esta vez espera algo por mi parte. Tímidamente abro la boca y entonces cuela su lengua dentro. Su olor hace que me relaje entre sus brazos y ahora soy yo quien le mete la lengua. Gime de placer y me abandono por completo a su merced. Nuestras lenguas se acarician sin cesar, disfrutando. Puedo sentir baba escurriendo por mi barbilla, pero me da lo mismo. Entonces vuelvo a sentir a mi lobo feliz por estar con él. Siento como mi cuerpo desprende un delicado calor acompañado por un intenso y dulce olor a limón, que envuelve a mi compañero.

- Si sigues soltando esas feromonas tan dulces, me voy a dormir... - dice soñoliento - He trabajado esta noche y no he podido dormir mucho - apoya su cabeza en mi hombro. La siento pesada. - Prometo recompensarte en cuanto despierte, pequeño - dice antes de caer en brazos de Morfeo y en los míos.

Y en cuanto se duerme, se convierte de nuevo en un precioso lobo Negro. Caigo al suelo porque pesa mucho. Su cabeza está sobre mi regazo.

Tranquilo Jimin, es como un perro grande.

Intento tranquilizarme a mí mismo, respirando por la boca. Su pelo parece suave, como un abrigo de piel. Lo miro detenidamente. A simple vista puedo ver que es más pequeño que el lobo de Tae. Eso me lleva a pensar en cómo será mi lobo y sonrío. Sin darme cuenta acaricio su cabeza entre las orejitas que son puntiagudas y preciosas. Sigo paseando mis dedos por ese impresionante pelaje azabache hasta llegar a su cuello y entonces se intensifica el olor a menta.

Hueles igual de bien que él.

Me agacho para disfrutar de su aroma y río porque su pelo me hace cosquillas en la nariz.

Le abrazo de manera delicada enterrando mi cara en su cuello. Su piel suave como la seda, me regala una cálida sensación que me da paz. Suspiro satisfecho.

Después de todo, parece que esto no es tan malo.

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