Capítulo 31

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Jungkook

Me despierto en una cama que no es la mía, desorientado. Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz solar que entra del exterior. Restriego perezoso la cara por la almohada y entonces ese profundo aroma a lavanda vuelve a inundar mi nariz.

Me vuelve loco.

El recuerdo de todo lo que hice ayer cae en mi estómago como una roca gigante.

Ayer violé a Taehyung.

La culpa y el arrepentimiento se alojan en mi pecho.

Cómo he sido capaz.

Me giro muy despacio en la cama con miedo de no encontrarle allí.

Yo, habría huido.

Pero ahí está. Profundamente dormido hecho un ovillo. Su cara, preciosa, descansa sobre la almohada. Su pelo, revuelto le hace verse más joven. Recorro su cuello y veo el primer moretón. Amarga bilis sube a mi garganta. Retiro un poco de sábana y veo mordías y mordiscos por sus clavículas y su pecho. Me encanta ver mis marcas en él, pero no de la manera en que se las hice.

Ayer la jodí, pero a base de bien, perdiendo así el control.

Perdí los putos nervios cuando lo vi aparecer con aquel omega enano. Odié ver cómo lo defendía.

Está enamorado de él.

Los celos cegaron mi razón y enfurecieron a mi lobo. Desee hacerle daño. Que sintiera el dolor que yo estaba sintiendo. Y le hice daño. Se lo hice pagar.

Me doy asco.

Me levanto de la cama me voy a darme una ducha. Necesito limpiar mi cuerpo y mi alma. Termino y vuelvo a la cama, pero no me atrevo a meterme dentro para no perturbar su sueño.

No quiero hacerte daño, nunca más.

Me siento al lado de la cama, en el suelo. Entierro mi cabeza entre las rodillas y lloro en silencio.

Soy un mierda.

Siento que Taehyung se mueve y mi estómago baila por los nervios. No sé qué voy a decirle ni se cómo va a reaccionar. Escucho como sisea e imagino que tiene que dolerle todo el maldito cuerpo. Siento que se incorpora.

- ¿Sr. Jeon? - su voz es más grave de lo normal, después de dormir y de suplicarme ayer que me detuviera.

- Llámame Jungkook - le pido girando la cara sobre mi hombro.

Se acerca despacio a mí y su olor me llega fresco. La lavanda hace que mi mente se relaje y me siento aún más culpable.

- Lo siento muchísimo Taehyung - le digo sin atreverme a mirarle a los ojos. - No hay justificación para lo que te hice anoche. No sirve de nada, pero quiero que sepas que estoy muy arrepentido - el llanto ahoga mi disculpa.

- Jungkook... son negocios. Yo sabía lo que iba a pasar - siento que se mueve detrás de mí.

- Ayer te forcé. Eso no era parte del trato - me giro y veo como retuerce sus manos.

Cojo sus manos con las mías por necesidad y se sonroja. Todo su cuerpo entero tiembla.

- Tiemblas porque me tienes miedo - no me contesta y me siento como el mayor hijo de puta de la tierra. - Te juro que no volveré a lastimarte nunca más. De verdad, te lo prometo.

Tae me mira con recelo y veo el miedo en sus ojitos oscuros. Esos ojos llenos de luz, con los que llevo soñando años. Necesito que confíe en mí así que hago un movimiento desesperado que lo puede mandar todo a la mierda. Me acerco una de sus manos a la boca y chupo sus dedos, deslizando mi lengua entre ellos.

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