Capítulo 3

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Durante el viaje a Noruega los vikingos admiraban los tesoros saqueados y Edith empezaba a tener los labios morados. Sentía sueño, quizás estaba muriendo de frío. Athelstan la abrazó e intentó transmitir algo de calor aunque él también estaba helado. Algunos sacerdotes habían fallecido en el trayecto.

Ragnar les miraba constantemente curioso, parecían provenir de una cultura totalmente diferente a la suya.

Athelstan leía el Evangelio y Edith solo había podido conciliar el sueño por un momento cuando Ragnar se le acerco.

-¿Cuál es vuestro nombre?

-Yo soy Athelstan y ella es Edith.

-Yo soy Ragnar Lothbrok. ¿Como se llamaba ese sitio?

El sacerdote habló con el vikingo pero Edith no atendió lo que decían. Tan solo pensó en lo ocurrido y en como de lejos iba a estar de lo conocido para ella, de su hogar. Si ya le parecía lejos ese lugar, ahora pensaba que el monasterio estaba a un paseo de casa.

El vikingo vio como la chica volvía a temblar de frío, sus labios morados seguían y dejó una capa de pieles a su lado sin querer demostrar que había sido a posta. Athelstan la cogió y tapó a la chica.

Ragnar pensaba en su hija al verla. Cada vez estaban más cerca de su hogar.

Al llegar a Kattegat la calurosa bienvenida fue tan aturdidora que Edith ni siquiera miraba a la gente, no podía centrarse en lo que ocurría a su alrededor. Ella y Athelstan iban atados con una cuerda hasta que otro vikingo paró a hablar con Lothbrok.

Los tesoros estaban en la casa comunal, el hogar del Conde. Allí habló Ragnar sobre Inglaterra y lo que habían logrado ver allí.

-Todo me pertenece a mí por derecho.-Dijo el Conde.

-Señor, Floki y yo pagamos el barco, creo que tenemos derecho a una recompensa y mis hombres...

-¿Quieres que te pague cuando coger esto fue como  robar a unos bebés?-Las risotadas se escucharon en todo el salón.-Cada uno de vosotros puede coger una cosa.

Hubo un silencio.

-¿Qué vas a elegir?

Lothbrok fue cogiendo varias piezas de los tesoros haciendo reír a todos con una corona hasta que miró a Athelstan y Edith.

-Elijo a los esclavos.

-¿Un sacerdote y una niña?-La esposa del Conde comenzó a reír escandalosamente.-Eso son dos.

-Lo ha dicho usted, uno es un sacerdote y lo otro una niña, es como si fuera un tesoro entre los dos.

-Está bien, concedido.

Ambos, nuevos esclavos, iban atados de la cuerda hasta que llegaron a una granja. Ragnar los dejó atados a un árbol para saludar a sus dos hijos y la que sería su mujer. Hablaban entre ellos hasta que se acercó de nuevo a los esclavos.

-Ella es Edith, no habla nuestro idioma y él es Athelstan, aunque es extranjero habla nuestro idioma.

-Es una niña.-Dijo Lagertha algo asombrada.

-Parece que sí, pero era la criada del monasterio de Athelstan.

-¿Qué edad tienes?-La hija de Ragnar preguntó a la chica viendo que era poco mayor que ella, podría ser su nueva amiga.

-Gyda, no habla nuestro idioma.

-¿Por qué no?

-Viene de muy lejos, de unas tierras a las que la vista no alcanza a ver.-Contestó su padre.

Entre vikingos  //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora