Capítulo 46

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Ivar tocaba con tranquilidad y observaba la piel de Edith de su vientre. Ya hacía un rato que habían recuperado el aliento. Habían vuelto a tener relaciones continuas desde hacía unos días y el muchacho cada momento que pasaba con ella su odio y ganas de venganza se veían reducidas.

Pasar momentos así con Edith le calmaban, aunque en pleno coito deseaba poder andar y mover a la chica a su antojo de pie en aquella habitación.

Edith tocaba el pelo del muchacho y observaba el techo.

-¿Sabes una cosa?-Ella le miró y le instó a que siguiera hablando.-Nunca habría imaginado que el sexo fuera así.

-¿Así como?

-Tan intenso, tan carnal y tan saciante. No me canso de ti Edith. Permanecería aquí todos y cada uno de mis días sin salir de esta casa, amándote por cada rincón de ella.

Ella sonrió.

-No está mal.

-¿No está mal?-Él se incorporó para mirarla a la cara desde un poco más arriba.

-No, no está mal.

-Es algo alucinante. Y lo sabes. Hace un momento jadeabas mi nombre para después gritar y decir que no saliera de ti. "No, no salgas, sí, sí".

Ella rió cuando la imitó y le golpeó para incorporarse.

-Eres bella Edith. La más bella que he podido ver. O quizás es el amor que siento por tí el que me hace no ver nada más. Te lo dije hace tiempo, quiero que seas mi esposa, quiero llegar a casarme contigo.

Edith sonrió amargamente. Lo que una vez soñó con Ragnar, el padre de Ivar, ahora lo tenía al alcance de su mano.

Suspiró. Besó a Ivar antes de levantarse y cuando cogió un vestido el muchacho no apartaba la vista de su cuerpo.

-Ya sé tú respuesta aunque guardes silencio. Pero quiero que sepas que algún día te casarás conmigo y me darás muchos hijos.

-Ya veremos.

Ella salió de la habitación y fue a por esas plantas. La observó antes de echarla a su boca.

-Al menos no has dicho que no.

Escuchó a Ivar desde la habitación y sonrió. Eran tan bruto, tan rencoroso con la gente que cuando estaba con ella parecía ser otra persona.

Ubbe había anunciado con sus acciones que él y Margrethe eran una pareja. Edith les vio besarse y caminar de la mano por Kattegat. Le había dolido verles, pero sobretodo le dolió la actitud que tenía Ubbe con ella. No la había vuelto a buscar, no parecía ser el mismo con ella cuando se reunían los hermanos y ella para hablar de la venganza contra Lagertha o su próximo viaje a Inglaterra.

Había ocurrido algo. Le había preguntado a Ivar si conocía el motivo por el que su hermano estaba más serio, más irritable y él por qué la evitaba.

-Supongo que Margrethe ha señalado los límites, será una mujer celosa.-Había bromeado Ivar.

Lo había buscado para hablar con él a solas pero siempre le había evitado e incluso en ocasiones le había sido imposible encontrarle. Parecía haberse esfumado.

Ivar permanecía sentado en el cuello observando los barcos que llegaban. Después de haber estado con Edith se había sentado allí cuando los cuernos avisaron de que alguien venía.

Ubbe lo vio y decidió acercarse para darle un golpe amistoso en la cabeza a su hermano. Estaba obligado a hacerlo, él mismo se obligaba. Después de verle follando con Edith le odiaba profundamente, al igual que a la inglesa. Quizás no era la palabra odio, quizás eran varias las que sentía por ellos, sobre todo la traición. La mujer a la que amaba le había engañado a saber cuántas veces con su propio hermano. Él también había tenido relaciones con Margrethe, pero no era lo mismo. O quizás los dioses le habían dado una advertencia y debía olvidar a la inglesa.

Entre vikingos  //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora