Edith, segunda hija de Aelle de Northumbria, llega a tierras vikingas, Kattegat, donde conocerá el miedo, la esclavitud y el amor. Después de vivir una vida acomodada se encuentra con un desafortunado asalto donde conocerá a Ragnar Lothbrok, un viki...
Ragnar había salido a pescar con Athelstan y cuando ambos volvieron Edith se dedicó a limpiar el pescado.
-¿Puedo preguntarte algo?- Comenzó a hablar mientras Ragnar estaba tumbado.-¿Sigo siendo tu esclava?
-¿Eso importa?
La chica veía que no la trataban como a una simple esclava al igual que a Athelstan.
-Importa porque en tu mundo a los esclavos se les trata peor que a los perros.-La chica dejó el pescado a un lado para encararle mientras el vikingo tenía una mueca burlona en la cara mirándola.
-¿Te trato como a un perro?
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-No hablo de ti. Podrías matarnos a golpes y no serías castigado. En tu mundo los demás están sujetos a la ley.
-Así es la vida.
-Un hombre puede violar a su esclava pero no a una mujer libre.
-Es verdad que distinguimos entre los apresados en combate y los que somos mujeres y hombres libres. En cualquier caso, ¿Por qué dices tú mundo? Ahora vives aquí, este es tú mundo. Y nunca te he visto intentar escapar.
-Cada vez me interesa menos huir de aquí.-La chica volvió su vista al pescado.-Ni aunque pudiera. Pero me gustaría llegar a ser una mujer libre.
-¿Tanto significa para ti?
-Pues sí.
El silencio se instauró en la habitación.
-¿Para qué te estás preparando?
-¿A qué te refieres?-El vikingo volvió su vista de una vela encendida hasta la chica que se había acercado a él para sentarse cerca.
-Te he observado, tienes algo en mente. Te estás haciendo muy fuerte.
-Tal vez no lo suficiente.
-¿Qué dicen los dioses?
El vikingo se levantó rápidamente para mirar extrañado a la chica.
-¿Qué sabes tú de los dioses, cristiana?-Esa última palabra la dijo con cierto desprecio.
-Yo sólo...
-Limpia el pescado. En silencio.
La chica se giró y volvió a su tarea de limpiar el pescado. Era cierto que no sabía nada de los dioses de los vikingos, no debió haberlos nombrado. Aunque en cierta manera se veía atraída por conocer lo que los dioses de los vikingos decían sobre ella, sobre qué le deparaba el futuro.
Ragnar había salido a cazar mientras su familia y ambos cristianos estaban pescando y realizando tareas en la casa.
Bjorn cargaba con cestas de los peces vacías cuando comenzaron a atacar con flechas. El niño salió corriendo hasta su casa. Edith estaba junto a Lagertha cortando lo que sería la comida de hoy cuando se escuchó a lo lejos un revuelo.
