Ivar entró con aquella muleta cuando Edith estaba tumbada pensando en mil cosas. La marcha de Ubbe le había dejado en parte vacía. Quizás era egoísta, saber que lo tenía siempre ahí a pesar de estar con Ivar le hacía sentir segura. Pero ahora sentía una incertidumbre que solo sentía un malestar continuo. Los nervios le había hecho temblar las manos cuando el barco desapareció de su vista.
-No has cenado.-Dijo Ivar sentándose en una silla para comenzar a quitarse aquellos hierros de sus piernas.
-No me apetecía.
El silencio era tan tenso que supo que Ivar estaba buscando decirle algo respecto a aquel movimiento sutil en el que estuvo a punto de marcharse.
Ivar quitó su ropa y quedó con algo liviano para tumbarse en la cama. Su ojo seguía ensangrentado. Le daba un aspecto aún más siniestro. Edith no quería ni mirarle para que no viese dudas en la penumbra.
Ivar suspiró y de pronto se giró para agarrar su garganta e inclinarse para mirarla a los ojos con una cara que nunca había visto.
-¿Ibas a marcharte? ¿Te ibas a ir con Ubbe?
Edith mantuvo el silencio asustada. Nunca, nunca había actuado así con ella, nunca vio ese tipo de rabia.
Apretó el cuello de la chica y ella agarró sus manos después de haberse quedado paralizada. Intentó apartarle, pero Ivar tenía una fuerza enorme en sus brazos.
-No sé qué había entre vosotros. Pero no vas a volver a verle. Se ha marchado y prometo que le mataré. No vas a volver a verme la cara de idiota creyendo que no ha habido nada entre vosotros. ¿De verdad pensabas marcharte? ¿Después de todo? ¡Contesta!
Ivar aflojó el agarre y ella supo que Ivar le había descubierto hacia tiempo a pesar de parecer que le creía.
-Estoy aquí Ivar. Si de verdad hubiese querido marcharme lo habría hecho. ¿No te dice eso nada?
-No te has ido porque sabías que os hubiese matado. ¿Cuántas veces habéis follado Edith? ¿Lo hacías cuando ya estabas conmigo?
-¡No!
-No me mientas.-Seguía gritando.
Cuando la soltó ella se levantó de la cama. Al menos tenía una ventaja de pie respecto a él que no podría correr detrás de ella.
Sintió que su lengua no se contenía y lo dijo mirándole con rabia.
-He follado tantas veces con Ubbe que ni lo recuerdo.
Sintió que Ivar encajaba la mandíbula. Le veía por la poca luz que entraba por la ventana a causa de la luna.
-Y sí, he estado con él a la misma vez que contigo. Si vieras cómo lo hacíamos contra la mesa de mi casa...
Ivar lanzó su muleta que estaba cerca de él y la punta rozó el brazo de la chica. Ivar comenzó a gritar con rabia. Tanta que cuando le vio con rapidez lanzarse al suelo para ir contra ella se giró para salir de allí. Cuando abrió la puerta vio a dos de los hombres de Ivar que le impidieron el paso y supo que ese podría ser su fin.
Ivar la agarró de la pierna y tiró de ella haciendo que cayese al suelo y los hombres cerraron la puerta.
Lo tuvo encima gritando como un loco en su cara. Cerró los ojos ante tales estruendos. Gritaba y gritaba. Comenzó a golpear el suelo al lado de su cabeza y cuando parecía la golpearía paró. Respiraba con fuerza y comenzó a llorar.
Lágrimas caían por su cara como un niño y Edith supo que solo hacía daño a todo aquel que la rodeaba.
A Ubbe, a Ivar, a ambos les había destrozado y ninguno tenía la culpa, tan solo ella.
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Entre vikingos //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//
RomanceEdith, segunda hija de Aelle de Northumbria, llega a tierras vikingas, Kattegat, donde conocerá el miedo, la esclavitud y el amor. Después de vivir una vida acomodada se encuentra con un desafortunado asalto donde conocerá a Ragnar Lothbrok, un viki...