Entre vikingos //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//

Capítulo 34

Ragnar salía de debajo del agua, allí sentado dentro del barril lleno de agua.

-No puedo dejar de pensar en la muerte. La muerte me intriga, la muerte de los niños, de los ancianos. Pero mi propia muerte continua eludiendome. En mi mundo se cree que el dia de tu muerte está escrito. ¿Tú querrías saber cuándo vas a morir?

-En mi mundo hay que tener una vida digna antes de pensar en la muerte.

-En mi mundo dudo constantemente en quitarme la vida o quitársela a los demás.

-Yo soy esclava, así que siento lo mismo.

Ragnar hablaba con esa esclava de rasgos diferentes, ella doblaba ropas allí en el gran salón mientras él se bañaba.

-Un rey y una esclava, es nuestro deber servir a otros queramos hacerlo o no.

La chica había calentado agua y la llevó hasta Ragnar, salpicandole en la cara.

-¿Cómo te llamas?

-Yidu.

Aslaug les había visto hablar. Ragnar parecía que su sed sexual había vuelto a pesar de que Edith o ella misma ya no tenían ninguna relación sexual con él.

Durante la fiesta del solsticio de invierno Edith reía con los demás y su hija que agarraba su mano. La niña parecía emocionada con la fiesta.

Vio como Ragnar iba dentro con Aslaug y sus hijos. Sintió la tensión a pesar de la distancia. No pudo escucharles pero supo que algo no iba bien.

-Jade, ¿Quieres comer algo?

-Sí.

Ambas se acercaron donde había platos con comida. La niña comió un poco hasta que Ubbe se acercó.

-Mira es Ubbe.

El muchacho sonrió.

-No puedo esperar para ir a París.

Edith recordó que en primavera volverían a esas tierras lejanas.

-Podrás ir a tu primer saqueo. ¿Estás preparado?

-Por supuesto. Además iremos juntos, estoy muy emocionado.

Edith sonrió. Era un niño, le vio crecer, y ese niño parecía que había llamado ella si atención. Hvitserk había hecho bromas sobre ello. Sentía ternura por el muchacho pero sería algo extraño. Aunque su diferencia de edad era menos que con su padre, pero era tan solo un niño.

La fiesta continuó hasta que Jade parecía cansada. Fue a su cabaña y se recostó junto a su hija. Su mundo había cambiado tanto.

-Te he visto mirar a mi esclava Yidu. Sé que me oyes. ¿Te apetece pasar un rato con ella? Yo puedo arreglarlo, no me importaría, puedes ir con ella, no tendré celos.-Habló Aslaug mientras Ragnar permanecía tumbado en la cama y los niños dormían.

-Sí es eso lo que quieres.

-Parece que has olvidado a Edith. A ella creo que tampoco le importaría.

Vio como Ragnar se tensó y no contestó. Comprobó que no la había olvidado.

Ragnar llevó a Yidu a la cabaña donde iba con Edith cuando ambos tenían sus encuentros furtivos lejos del pueblo.

Lo había convertido en un lugar lleno de animales y era un poco espeluznante.

-Sí lo deseas puedes ir y venir cuando quieras.

-¿Como es eso posible?

-Yo soy rey, para mí todo es posible.

-¿Y qué pasa con mis deberes como esclava?