Capítulo 6

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Floki había ido a Kattegat, Edith salió a pasear y encontró un arco antiguo que debía ser de Floki en su casa. Lo cogió cuando comprobó que no había nadie a su alrededor y se fue a lanzar algunas flechas.

Tan solo probaría contra algún árbol y cuando se alejó lo suficiente de la casa se colocó para ello.

Tensó el arco de la forma que había aprendido en Northumbria, con calma esperó y soltó dejando que la flecha fuera a toda velocidad justo donde había fijado su vista. Sonrió al ver que no había perdido su puntería y cogió otra flecha que lanzó con más rapidez contra otro árbol.

Tensó la siguiente cuando un ruido le hizo girar su vista para ver a Athelstan mirándola.

-Perdona, me has asustado.-Bajó ella el arco que apuntaba al sacerdote.

-¿Sabes utilizarlo?

-Bueno...fue uno de los conflictos con mi familia. Una dama usar un arco... terrorífico.

Ella lanzó otra flecha bajo la mirada del sacerdote que quedó asombrado al ver como la chica lanzaba las flechas.

-Viéndote tirar flechas así cualquiera podría decir que eres de Noruega.

La chica sonrió débilmente. Esas mujeres sí eran libres, sí podían hacer miles de cosas que en Inglaterra serían inimaginables.

-Por favor Athelstan no digas quién soy. Temo que alguna vez lo sepan y...bueno...creo que sería algo con lo que podrían sacar unas grandes riquezas. Aunque mi padre no tenga ningún aprecio por su hija menor, no creo que deje que los pagamos le humillen teniendo a su hija con ellos.

-Tranquila, no diré nada. Nunca te traicionaré.

Por la noche Gyda y Edith miraban las estrellas fuera de la cabaña, la niña se pasaba la mayor parte del día como una sombra de la inglesa. Le hacía preguntas sobre cómo era su hogar, a lo que ella nunca contaba la verdad por razones obvias.

-Edith, ¿Crees que padre ganará mañana?

-Por supuesto, en el tiempo que llevo con vosotros aquí he podido ver qué tu padre es alguien importante, es fuerte, seguro que ganará.

-Me da miedo que no gane. ¿Y si muere qué pasará con nosotros?

Edith pensó en ese momento en la posibilidad de que Ragnar no ganase, seguramente la familia o bien sería exiliada o ejecutados. Y ella, junto a Athelstan, tendría también un futuro incierto para ellos, aunque lo más probable era que muriesen.

Miró a la niña y sonrió negando con la cabeza.

-Gyda puedes estar tranquila, tu padre ganará.

Ragnar se levantó mirando a su familia, llegó el día. Aún seguía dolorido pero estaba decidido a combatir y ganar. Miró a la cristiana que observaba más lejos que su familia. La chica había ayudado mucho con sus conocimientos en plantas, algo que le sorprendió al ser simplemente una doncella de un monasterio.

Llegar a Kattegat bajo la atenta mirada de todos los allí presentes fue muy intimidante. El corazón de la chica parecía querer escapar de su pecho cuando Ragnar y el Conde llegaban casi al mismo tiempo al círculo que había hecho la población de Kattegat.

-Este es un combate singular. Cada luchador puede elegir las armas y escudos que prefiera. Cada uno tendrá dos escudos, si ambos se rompen no podrá coger ningún otro.-Comenzó a decir ese ser tan despreciable que solamente iba tras el Conde, era como una sombra.

Ambos combatientes comenzaron la lucha, una tan intensa que Edith no podía apartar la vista. La gente jaleaba alrededor.

 La gente jaleaba alrededor

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Entre vikingos  //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora