Ubbe se había quedado mirando por donde Edith se había marchado.
Miró a su hermano que sonreía mirándolo.
-¿Qué ocurre?
-¿Por qué iba a ocurrir algo?-Soltó una sonrisa que le dio qué pensar.
-Ivar...-Suspiró antes de decir lo que deseaba.-¿Ha pasado algo con Edith?
-No, no, que va. Yo no puedo satisfacer a una mujer como te contó Margrethe. ¿Por cierto dónde está esa perra? ¿Te la sigues tirando hermanito?
-Eso a tí no te importa.
-No, la verdad es que no. Pero a ti parece que sí te importa si ha ocurrido algo con Edith.
-No me refería a eso.
-Oh por supuesto que no. ¿Y si pasara? ¿A tí qué más te da?
Ubbe estuvo a punto de confesarle lo ocurrido con Edith, que la amaba. Pero cayó. Era una promesa que había hecho y no diría nada. Su hermano disfrutaba sacando de quicio a la gente, él no iba a ser menos.
Edith sentía que debía contarle a los dos hermanos lo que había ocurrido. Debía confesarlo. Pero parecía ser que no era tan valiente.
-Ese es mi cuchillo.-Habló Ivar a Sigurd mientras los tres hermanos y Edith estaban en la cabaña de ellos.-Ese...es mí... cuchillo.
-No es el tuyo.
Sigurd se sentó en un taburete con el cuchillo de Ragnar en la mano, el cual había estado afilando en la puerta de la cabaña.
-Devuélvemelo.
-Estás loco, este no es tu cuchillo. Padre me lo regaló.
-Lo quiero. Mataré a Lagertha con él.-Ivar se bajó del taburete para acercarse a su hermano.-La mataré con el cuchillo de padre.
-Pues no te lo daré.
Edith observaba en silencio.
-Basta ya.-Habló Ubbe.
Ivar tiro de su silla a Sigurd y pelearon.
Ubbe se levantó y los separó.
Edith resopló escuchando a los hermanos.
-Tenemos que vengarnos de Aella.-Habló Ubbe.
-No solo de Aella, os lo dije, el rey Ecbert ofreció a nuestro padre como sacrificio y haremos lo mismo con él. Es el deseo de padre, es el mensaje que quería que yo os trajera.
-Eso es fácil decirlo Ivar.
-Oh, ya está, la voz de la razón, odio la razón.
-Mi padre es tan culpable como Ecbert.-Habló Edith dando su opinión.
Ivar se acercó a Edith alejándose de sus hermanos.
-Te escucho aunque él no lo haga.-Dijo Sigurd.
-Aella tiene un reino pequeño, el de Ecbert es enorme. ¿Cómo vamos a vencerle si nunca hemos intentado nada aparecido?
-Un ejército. El más grande que hayamos tenido.
-Nos deben favores. Tendremos a los hombres suficientes. En nombre de Ragnar Lothbrok, declararemos la guerra al mundo entero.
Ivar sonrió de forma sarcástica a Edith. La muchacha vio su rencor hacia la vida, hacia esa vida que le había limitado físicamente y arrebatado a sus padres.
Edith se quedó a solas con Ivar. El muchacho se arrastró hasta llegar a ella y puso una de sus manos en el muslo de la chica.
-¿Me apoyas Edith?
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Entre vikingos //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//
Любовные романыEdith, segunda hija de Aelle de Northumbria, llega a tierras vikingas, Kattegat, donde conocerá el miedo, la esclavitud y el amor. Después de vivir una vida acomodada se encuentra con un desafortunado asalto donde conocerá a Ragnar Lothbrok, un viki...