Edith observaba a Ecbert. Quería elegir la manera de morir y Bjorn le había dado su aprobación.
Le transferían Anglia Oriental a los vikingos, firmado por él mismo.
Ecbert había escogido morir en aquella bañera con su sangre saliendo de sus brazos.
El rey había muerto allí mismo. Había llegado su hora de partir.
Edith se sentaba junto a los hermanos. Todos comían y celebraban la victoria.
Bjorn hizo sonar el cuerno y todos atendieron al hijo mayor de Ragnar.
-Amigos. Nadie podrá jamás dudar de lo que hemos conseguido. Un ejército de nuestro pueblo ha derrotado no uno, sino dos reinos ingleses.-Todos jalearon al vikingo sonrientes.-Para nosotros, los hijos de Ragnar, el primer deber era vengar la muerte de nuestro padre y ya lo hemos hecho. Pero también hemos logrado el sueño de nuestro padre. Formar colonias en estas tierras. Por desgracia yo no estaré aquí para ver prosperar estos asientos. Volveré a explorar el mar Mediterráneo. Pero mis hermanos se quedarán aquí. Skal.
Todo el mundo bebió cuando Ivar comenzó a hablar logrando la atención de todos.
-Yo estaré aquí. Pero no me quedo para arar la tierra. ¿Quién quiere cultivar ahora? Tenemos un gran ejército y debemos usarlo. Hay muchos otros lugares que quiero atacar y saquear. Y aquellos que penséis lo mismo que yo, acompañadme. Y los que tengáis dudas preguntaos, ¿Quién nos puede parar ahora?
Muchos jalearon a Ivar. Edith estaba contrariada. Por supuesto que vivía para la lucha, pero también necesitaba un descanso.
-No puedes mandar un ejército.-Habló Ubbe.
-Ni quiero hacerlo Ubbe. Solo digo que quienes sean lo bastante valientes y busquen nuevas aventuras que me sigan. Tú puedes ponerte falda y quedarte si quieres.
-Hace falta un gran hombre. Para quedarse aquí y defenderlo.-Hvitserk habló.
-Eso no es digno de un vikingo hermano.
-Ivar creo que no es tan fácil. Hay que saber esperar al momento idóneo.
Ivar miró a Edith con un gesto enfadado.
-Tú eres una vikinga Edith, tampoco debes decir eso.
-No puedes perder el juicio, Ivar, por los saqueos. Debemos analizar y conocerles antes de actuar. Necesitamos un tiempo. La gente necesita descansar y recomponerse.
-Esa no es una opción Edith.
La inglesa vio como se molestaba cada vez más con ella y Ubbe agarró su brazo cuando ella se echó hacia adelante para encararle.
-Suelta a mi mujer Ubbe.
Ivar les había visto en el patio cuando su hermano le agarró el brazo. Vio que la miraba de una manera especial y él sabía desde niño esa fascinación de Ubbe con ella.
Ubbe quitó su mano pero Edith agarró el brazo de Ubbe mientras miraba a Ivar a los ojos manteniendo la mirada. El menor de los hermanos resoplaba ante el desafío de Edith. Sonrió de pronto. Quizás ese desafío constante es el que le hacía amarla aún más.
-¿Quién me seguirá a la batalla por amor a la fama y por amor a Odín?
Muchos volvieron a jalear. Los hermanos no parecían contentos.
-No lo hagas Ivar. Todos somos hijos de Ragnar. Tenemos que permanecer unidos.
-Verás querido Sigurd, me da igual lo que digas. La verdad es que ni te mearía por la garganta aunque tus pulmones ardieran.
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Entre vikingos //Ragnar Lothbrok// //Ubbe Ragnarsson// //Ivar Ragnarsson//
RomanceEdith, segunda hija de Aelle de Northumbria, llega a tierras vikingas, Kattegat, donde conocerá el miedo, la esclavitud y el amor. Después de vivir una vida acomodada se encuentra con un desafortunado asalto donde conocerá a Ragnar Lothbrok, un viki...