Capitulo 4

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— Bien! — grito Lina — llego el momento de pagar.

Lina estaba parada frente a los Lideres que por la expresión de sus rostros parecían reacios a cumplir las demandas de Lina.

— las están trayendo — respondió uno de ellos, — son todas las que tenemos.

Aquellas esclavas habían sido sacadas de los nidos de aquellas tribus y llevadas al campo de batallas, algunas inte taron escape en el camino pero sus intentos de fuga fueron frustrados.

Al estar en presencia de Lina comenzaron a murmurar las unas a las otras.

— qué está pasando? — murmuró una de ellas

— están hablando de un intercambio — respondió aquella que parecía entender el idioma Goblin — un poderoso jefe nos escojera.

— el de pelo blanco es muy fuerte — dijo una elfa mirando a Lina — será ese el líder del qué hablan.

Mientras ellas susurraban Lina se acercó a las esclavas.

Habían tres elfas, una mujer bestia y una gran cantidad de humas así como cuatro orcas, pero lo más sorprendente era la ogra entre todas esas esclavas.

Como la petición fue dos escalas por cada tribu, aquellas esclavas estaban separadas por tibus, la ogra estaba en la tribu Chiruk junto a la mujer bestia, estas dos habían llamado su atención ya que era la primera ves que las veía, fueron ellas las primeras a quienes eligió, en las siguientes tribus se aseguró a las elfas y a las cuatro orcas y por último fueron las humanas.

— "ya quiero ver que habilidades poseen las crías qué pariaran esas dos" — pensó Lina mirando de reojo a la ogra y mujer bestia.

Fue ella quien se dio cuenta de la diferencia de habilidades qué tenían las crías qué nacían.

Las crías nacidas de una humana poseían una capacidad evolutiva y guerrera sorprendente, Kumik era un gran ejemplar de Goblins nacido de una humana. Las crías nacidas de una elfa aprendían más rápido y eran más inteligentes. Las crías nacidas de una orca eran mas fuertes de lo normal y tenían una mayor resistencia frente a los demás.

Con la entrega de las esclavas Lina muy contenta se hacer o al jefe Chiruk.

— fue un placer hacer negocios con ustedes — dijo ella con alegría — espero podamos hacer negocios en un futuro.

— lo mismo digo — respondió el jefe — pero me gustaría que se uniera a nosotros, queremos llevar la guerra hasta el nido del volcán.

— puedo acompañarlos en otro momento, ahora tenemos que volver a nuestro territorio — dijo algo pensativa — pero será otro costo.

— qué deseará esta vez? — pregunto el jefe algo preocupado — veo que ya esta contento con las esclavas así que seguramente querrá otra cosa.

— veo que tienen buenas armas — Lina no podía ignorar ese echo — ¿Donde las consiguieron? ¿Como las mantienen en buen estado? Acaso... ¿Tiene a alguien que sabe sobre herrería?

La pregunta sorprendió al Jefe, y algo sudoroso respondió.

— si, tenemos herreros — respondió el — no pensara pedir que se los entreguemos ¿verdad?

Lina le dio palmadas en el hombro.

— no te preocupes, no quiero a todos — ella sabía muy bien el valor de un herrero — los herreros son muy valiosos, por lo que solo 2 serán suficientes.

— echo - respondió aquel jefe estirando su mano para estrechar la de Lina.

Fluego de aquella conversación Lina emprendió el viaje de regreso al nido de su tribu con casi la misma cantidad de guerreros, ¿por que casi la misma cantidad?, en el único combate en el que participaron murieron ocho de sus guerreros. Los guerreros muertos estaban amarrados envueltos en telas marrones, una pequeña carreta qué les fue regalada por la tribu Suso era el transporte de los caídos en combate.

— por que simplemente no los dejamos allí? — pregunto Kumik caminado al lado de Lina.

— son parte de nuestra tribu — dijo Lina — no podemos dejar atrás a los nuestros así estén muertos.

Kumik quedo pensativo y la cabo de algunos minutos miro a Lina con mucha admiracion.

— qué honorable — fueron sus palabras dando señal de haber comprendido lo que Lina dijo.

De esta manera caminaron durante un par de días hasta llegar al territorio de la tribu.

— Ango anda mal — dijo Kumik quien comenzó a gruñil — siento un aroma desconocido.

— Me percate — dijo Lina quien sacó sus cuchillos.

— Jefe, voy yo — dijo Kumik quitándole la funda a su gran espada.

Aquel aroma proviniente de su tribu era extraño, estaba mezclado con el olor a muerte y sangre.

Kumik se adelantó a todos y Lina desde donde estaba estuvo atenta a las acciones de este hasta que salió de su campo de detección, ahora solo sabría de el mediante su olor.

— sigan caminando — ordenó Lina guardando sus cuchillos — pronto llegaremos a la tribu!

Mientras caminaban el olor mezclado se hacía más fuerte, pero de que era aquel olor que no podía reconocer?

— Jefe, las trampas fueron activadas pero vasiadas — dijo uno de los guerreros qué estaba parado junto a un árbol.

— y los sistemas de alarma? — dijo otro — donde esta el vigilante?

cuando entraron en su territorio el vigilante qué normalmente sabía saludar a todos los aliados no lo había echo.

Lina seguía atenta al aroma de Kumik qué ya se encontraba muy secar de nido mismo.

— Jefe! — llamo un guerrero parado sobre una enorme roca

Lina camino haciendo el y este le mostró un trozo de fina tela

— encontré eso en una rama cercana — le entrego el trozo de tela — nosotros no tenemos este tipo de telas, solo la eh visto en la ropa de los humanos. Ella examinó el trozo de tela cuidadosamente antes de decir algo. Podría significar que cerca de allí había humanos o alguien que tenía contacto con ellos. Debían investigar más a fondo la zona para asegurarse de que su territorio y su gente estuvieran a salvo. Lina agradeció al guerrero y le ordenó reunir a un grupo de exploración para revisar la zona.

El guerrero, sin demora junto al grupo de exploración y partieron de inmediato a revisar el bosque. Cada uno llevaba su equipo y herramientas para evitar riesgos innecesarios en la exploración. Se alejaron del grupo principal con cautela y atención, observando cada detalle con detenimiento. El objetivo era encontrar evidencias que les permitieran saber si habían humanos cerca o si pasaron antes por esa zona. El equipo de investigación revisó cuidadosamente cada rastro y huella en el terreno y eventualmente encontraron una pista.

— Jefe encontramos esto — dijo el explorador al regresar, y le entregándo un pequeño pedazo de uña mordida — tiene un día de estar ahí.

Lina examinó la muestra con cuidado. Era un hallazgo crucial, ya que les indicaba que alguien había estado en ese lugar recientemente. Con la adrenalina corriendo por sus venas, sabiendo que podría haber humanos cerca, el tropa redobló esfuerzos y continuaron avanzando con mayor precaución aún.

La situación no pintaba bien, peor aun, empezaron a notar señales de que no estaban solos. Lina sentía que alguien los observaba, pero ¿quien y desde donde? Por más que trataba de sentir a alguien que no fuera alguno de sus Guerreros en su campo de detección, no sentía a nadie cerca. Algo estaba claramente mal, pero no sabía que era.

Lina la Goblin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora