Ella llevaba vagando algún tiempo y se había encontrado con humanos y goblins de los cuales, de algún modo, obtuvo información.
Una humana le señaló un camino, un comerciante le indicó que, pasando una colina, podría ver las cordilleras. Un pequeño grupo de goblins le dijo que solo siguiera su camino mirando la cordillera, mientras que otro goblin le advirtió que tomara un camino porque se estaba desviando.
Sintió que de algún modo se acercaba a su destino y con alegría comenzó a acelerar el paso hasta que llegó a un pueblo donde se dio cuenta de algo.
"Me estoy alejando", pensó mirando atrás. El poder familiar que había sentido al llegar a los territorios de la horda de goblins se había alejado demasiado. ¿Había sido engañada?
Se preparó para emprender el camino de regreso cuando alguien detuvo su paso: una mujer con un cuchillo en sus manos.
—¡No dejaré que escapes! —gritó ella con furia. —Vengaré a mis hijos muertos a manos de esos cochinos goblins.
Lina trató de ignorarla, pero aquella mujer era insistente, cortándole el paso a dondequiera que intentara moverse.
—Mujer, déjame pasar.
Lina estaba empezando a enojarse cuando sintió que algo se acercaba. Tres presencias peligrosas, junto a muchas otras de menor grada.
Lina volteó su mirada hacia las montañas a las que se dirigía y los vio: un grupo de gente montada en caballos, entre ellos uno que llamó la atención de Lina.
Un hombre con mirada cansada, con una mano de oro en su mano derecha, una armadura dorada decorada con piedras mágicas, su aura, su cabello y esos ojos.
—Gggrrrr —Lina comenzó a gruñir amenazante.
La razón de su desgracia, la razón de todo lo que le había pasado, estaba frente a sus ojos. Keith, el héroe, estaba montado sobre su caballo dirigiendo a un grupo de gente.
El poder de Lina se comenzó a sentir en el aire, asustando a los caballos, alertando a Keith y muchos de sus compañeros, mientras las aves se lanzaron al vuelo para alejarse del lugar.
—¡Maldito! —Gritó Lina sacando sus cuchillos.
Keith la notó y abrió los ojos como platos. Él la reconoció inmediatamente, jamás podría olvidar a la hermosa goblin a la que quería follarse y no pudo; la misma que destruyó una ciudad intentando matarlo, la misma que dañó seriamente su mejor habilidad y que habría logrado matarlo si no hubiera cometido un error.
—¿Keith? —preguntó la mujer vestida elegantemente, mostrando su alto estatus. —¿Qué sucede? ¿Qué es esa energía aplastante?
Él solo levantó la mano y señaló a Lina, que desde el otro lado del pueblo emanaba un aura aplastante.
—Mmm... ¿Quién es esa? —preguntó ella con curiosidad.
—Lina... —respondió temblando.
—Pero, ¿no que tu esclava había muerto?
Keith no le había contado a esa chica sobre Lina; le había hablado de su esclava goblin llamada Lina, pero nunca de la que tenía escondida y que destruyó una ciudad.
—Ella no —respondió Keith, poniendo expresión seria. —No te conté de esta; fue el goblin que destruyó la ciudad capital, la causa de que la Horda destruyera Monteverde y la razón por la que están en su búsqueda. Además, uno de sus esbirros me cortó la mano.
—¿Goblin? —mostró confusión la chica —pero es muy hermosa, parece elfa u otra especie.
Mientras conversaban como si no pasara nada, Lina, con un solo respiro, acortó las distancias y con su cuchillo trató de cortarle el cuello a Keith, quien con dificultad logró esquivarlo, cayendo de su montura. El caballo sufrió las consecuencias; Lina le dio una patada en las costillas y lo hizo caer contra el caballo de la chica.
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Lina la Goblin
FantasyUn hombre que se murió y estaba jodiendole la existencia a un Dios, es castigado renaciendo como un Goblin, peor aún, era una hembra parte de un raro espécimen. ¿Que le deparará el futuro en su nueva vida? Advertencia! No está demás poner una advert...