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Takemichi, Inupi, Hakkai y él habían salido a dar un paseo. Los cuatro estaban aburridos con un rato libre, ponerse de acuerdo fue bastante sencillo a comparación de veces anteriores donde planeaban y muchas veces no se volvía a tocar el tema de su "huída". Tanto así deberían estar de aburridos como para quedar en menos de media hora.
Pero eso no es lo importante.
─ estamos aquí, ¿qué vamos a hacer? ─preguntó Inui luego de estar dando vueltas por el centro comercial sin hacer nada más.
─ podríamos ir a ver una película, creo que está de estreno la nueva de Spider-Man ─dijo esta vez Hakkai, algo emocionado.
─ ¿por qué tendríamos que ver esa? ─
─ ¡es la nueva de Spider-Man! ¡¿Necesitas otra razón?! ─replica ante la contradicción de Chifuyu.
─ no es necesario que peleen, chicos. ¿Y si vamos por un café? Hace algo de frío ─interfiere Takemichi no queriendo que sus amigos terminen por pelearse.
─ es cierto, estoy muriendo de frío. ─
Los demás estuvieron de acuerdo, eran ya época de invierno, normal que las temperaturas descendieran. Cerca de su ubicación había un 'Starbucks' convenientemente, así que esa fue su próxima parada.
Al entrar se puede ver de inmediato lo lleno que está el local, gente sentada en las mesas esperando su café y otras haciendo su pedido. Pero lo que llamó la atención de Chifuyu, fue el trabajador con mirada alegre y sonrisa amable. Él era apuesto, sus facciones remarcadas sin exagerar, su cabello azabache con las puntas teñidas de blanco, sus ojos de un llamativo magenta y sobre ellos largas pestañas coquetas.
Sintió un instantáneo flechazo, cautivado por la belleza masculina que estaba a pocos metros de él. Parece que no supo disimularlo tan bien como hubiera deseado, Hakkai se dió cuenta de su estado, divertido pega un codazo a sus compañeros. Inui giró confundido, sin entender muy bien; Takemichi tuvo que retener su gritito emocionado, Chifuyu por fin podría pasar la Navidad con alguien más que sólo su madre.
El rubio evitó mirarlos, se sentía tan avergonzado de haber sido descubierto babeando por el chico del mostrador, sólo se encaminó a una mesa que por suerte estaba vacía.
─ ¿qué pasa, Fuyu? ¿te agradó el chico lindo? ─preguntó el peliazul, burlón.
─ cállate. ─
─ tal vez deberías hablarle, pueden llevarse bien ─sugiere Inupi por fin comprendiendo la situación.
─ opino lo mismo, ¿o acaso tienes miedo? ─y ahí, el rubio pollito tocó el orgullo de su amigo.
