ʚ 𝐇𝐚𝐧𝐞𝐦𝐢𝐲𝐚 𝐊𝐚𝐳𝐮𝐭𝐨𝐫𝐚 ɞ

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Advertencia: shot corto +18
Aclaraciones: Tora tiene 18 y rashito 21, aprox. por el bien de todos

Movía su pie frenéticamente, fastidiado ya de la absurda clase a la que no le entendía nada

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Movía su pie frenéticamente, fastidiado ya de la absurda clase a la que no le entendía nada.

Sus padres llevan apróximadamente un año enviándolo a lecciones de música luego de haberlo encontrado besándose con un viejo amigo en su propia habitación.
Según ellos, era un vago que simplemente usaba la homosexualidad para distraerse. Digamos que ellos no están de acuerdo con que una persona esté con otra del mismo sexo. Son unos homófobos en pocas palabras.

Así que después de un severo castigo, lo enviaron a esas tortuosas clases de música a las que no le veía sentido ni hallaba gusto. Pudo haberse ido hace meses ya, de no ser por el profesor.

Un hombre alto de cabello negro con las puntas teñidas de blanco, con unos ojos capaces de cautivar a cualquiera con su brillante color magenta. Su aura tan deslumbrante y sonrisa tan encantadora... al igual que su voz.

Kazutora no puede evitar pensar en su querido profesor en una posición prometedora. Con el rostro rojo y jadeante mientras pequeñas perlas de sudor cubrían su piel, arremetiendo contra él.

Maldita sea. No tenía palabras y los números no bastaban para describir ni calificar lo mucho que ________ le gusta.

─ muy bien, por hoy hemos terminado. Han hecho un buen trabajo todos hoy ─la varonil voz del profesor le sacó de su ensoñación─. Pueden retirarse, nos vemos la próxima semana. ─

El resto de sus compañeros se despidieron al unísono, recogiendo sus cosas y saliendo del aula. Excepto ellos dos.

Era una rutina semanal. Esperaban a que todos se fueran para ellos también, escapar a la casa de Fukiwara.

─ ¿cómo has estado, Hanemiya? No tuvimos mucha oportunidad de hablar ─pregunta con calma el ojimagenta, rompiendo el silencio.

─ un poco ansioso, no te mentiré. Esperaba que la clase se terminara ─cruzó sus piernas, el contrario sonrió.

─ sí, me di cuenta de la forma en que me mirabas... entonces, ¿estás listo? ─su tono de voz cambió repentinamente a ese timbre sugerente.

Algo dentro de Kazutora se encendió, bien sabía lo que era, así que sonrió.

─ por supuesto. ─

Sus piernas temblaban como si fueran un par de gelatinas, sus brazos cubrían con esfuerzo su boca para que no salieran ruidos tan vergonzosos

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Sus piernas temblaban como si fueran un par de gelatinas, sus brazos cubrían con esfuerzo su boca para que no salieran ruidos tan vergonzosos.

Ahora estaban en la casa de ________, saciando sus instintos más bajos.

El ojimagenta mantenía separadas las piernas del menor mientras su lengua hacía el fabuloso trabajo de prepararlo, lamiendo y entrando lentamente, sacándole jadeos a su alumno.

Le encantaba ver el manojo de nervios y temblores en el que se convertía cada vez que se reunían. Simplemente ver el rostro rojo de Hanemiya era un deleite, y oír sus suspiros y gemidos eran música para sus oídos. La mejor melodía que podría oír incluso si tocan todos los instrumentos a la vez.

Deslizó su boca del tembloroso agujero del ojiámbar hasta sus muslos, mordiendo y lamiendo la parte interna de la carne, dejando suaves marcas.
El más bajo, por instinto intentaba cerrar las piernas, pero las grandes manos de Fukiwara se lo impedían, eso sólo le hacía jadear más.

─ nunca podré cansarme de tu sabor, Tora~ ─dice, pasando su lengua con lentitud desde la ingle hasta medio muslo.

El susodicho se limita a estremecerse en su lugar, arqueando ligeramente la espalda ante la sensación eléctrica que recorre su columna.

─ oh, por favor... ─un suspiro tembloroso abandona sus labios.

El de puntas blancas sonríe para sí mismo, dejando la última notoria mordida en su muslo.

─ vólteate entonces, nene ─dá suaves palmadas en las piernas de Kazutora, alejándose de su desnudo y tembloroso cuerpo.

Mientras el de mechones amarillos hace caso, apoyándose solamente en sus rodillas con el pecho en el colchón y el trasero al aire, ________ rasga el paquetito plateado sacando el condón para ponérselo.

El menor mira sobre su hombro el trabajado cuerpo de su profesor que se posiciona cerca de él, cierra los ojos cuando con simplemente verlo se siente llegar a su límite. No puede creer lo atractivo que es ese bastardo.

─ sólo quiero recordarte que podemos parar cuando desees, ¿de acuerdo? ─murmura cerca de su oído, sintiendo su pecho tocar con su propia espalda.

Está mudo, por lo que únicamente asiente con la cabeza.

Fukiwara toma su miembro, pasándolo con suavidad y dando ligeros golpes. Le gustaba provocarlo, le gustaba escucharlo rogar.

Esta vez fue considerado y no le hizo esperar. Entró con cuidado hasta llegar al fondo de su suelto agujero, el ojiámbar enterró su sonrojado rostro en la almohada ahogando sus gemidos.

─ ¿jugaste contigo antes de venir, cierto? ─notó que el menor apretó más la almohada debajo suyo, sabía que estaba avergonzado.

Soltó una risita sabiendo de sobra su respuesta y empezó sus lentas pero profundas embestidas.
Poco a poco su velocidad fue aumentando, naturalmente los gemidos y jadeos que Kazutora trataba de amortiguar se volvieron más audibles.

Sus ojos ambarinos se llenaron de sutiles lágrimas ante la descarga de placer que estaba recibiendo.

Sin duda, gozaría esta hora antes de llegar a casa.

Sin duda, gozaría esta hora antes de llegar a casa

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No les voy a mentir, tenía ganas de un +18.
Belttom_
Belta 🎴

𝐉𝐮𝐧𝐢𝐨 𝟐𝟓 𝟐𝟎𝟐𝟑

Pd. El otro secreto de hoy (martes)

 El otro secreto de hoy (martes)

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𝐎 𝐍 𝐄 - 𝐒 𝐇 𝐎 𝐓 𝐒 | 𝘛𝘰𝘬𝘺𝘰 𝘙𝘦𝘷𝘦𝘯𝘨𝘦𝘳𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora