Para ser un hombre de negocios con una trayectoria tan extensa como la de la familia Paltrow, el padre de Jay maneja un buen estado físico a pesar de las múltiples arrugas en su rostro y las canas que florecen en su negro cabello. Si lo miras un poco más, podrás darte cuenta de que él y su hijo son idénticos incluso en los gestos que realizan.
Lo único que puedo diferenciar de ambos es que sin importar lo tranquilo que luce su rostro mientras nos observa a mí y a Jay, me hace sentir tan nerviosa que creo estar enloqueciendo hasta que observo a su hijo quien tiembla un poco a mi lado.
Un golpe de color rosa se filtra en las blancas y perfectas mejillas de Jay, siendo un recuerdo del golpe que le fue propinado con un manuscrito frente a todos. Nuestros cuerpos gotean y nuestra ropa es todo menos presentable.
—Es una pena que nos conozcamos en estas circunstancias, señorita Millers. —habla con amabilidad haciendo que su hijo refute.
—¡Papá, no la vayas a defender!
—¿Por qué no lo haría? —sentencia—. Te di el mando de la editorial porque confío en tu talento pero veo que no eres capaz de separar tus problemas personales de lo laboral.
Siento un poco de pena por Jay, siendo sincera. El chico a mi lado ha pasado de ser un frío magnate a convertirse en un hijo reprochado. La lastima deja mi cuerpo en el momento en que sus ojos cortantes se posan en mí, siendo eliminados solo cuando su padre tose ligeramente para llamar su atención.
—Va lo mismo para usted, señorita Millers. —mi boca se abre con sorpresa mientras observo al señor frente a ambos, Jay ríe y piso su pie con poca discreción—. Confío en Jay porque sé lo buen editor y jefe que puede ser, y confié en usted para traerla a mi empresa porque sé que su escritura es mágica. Todo esto fue con el fin de obtener un gran resultado, pero parece que ustedes tienen suficiente tiempo libre como para divertirse jugando con la vida del otro. Es por eso que voy a asignarles un trabajo en equipo, así pueden mezclar sus tiempos libres y hacerlo valer.
—¡¿Qué?!
Ambos exclamamos al mismo tiempo olvidando por un momento a quién le hablamos, el padre de Jay suspira entendiendo lo difícil que es trabajar con dos personas como nosotros. Extiende dos hojas y cada uno toma una.
Leemos sin poder creer lo que nos pide. Jay levanta la hoja mientras niega.
—Ya no escribo. ¿Por qué debo ser su editor también?
—Entonces este es tu momento para regresar. —responde su papá.
—No creo que pueda trabajar con él. —alego.
—¿Por qué no, señorita Millers?
—¿Cómo podríamos escribir juntos un libro de romance cuando ninguno de los dos tiene la misma definición sobre él?
—¡Exacto! —grita Jay—. Por primera vez estás usando el cerebro…
—¡Basta! —callamos sin dudar, el señor Paltrow señala a Jay—. ¡Tú! —luego lleva su dedo a mí—. ¡Y tú! ¡Van a trabajar juntos les guste o no! A ver si por fin dejan de ser los niños caprichosos que escribían en una aplicación.
Jay abre la boca pero prefiere no decir nada.
Lo fulmino con la mirada y él hace lo mismo hasta que su padre golpea fuertemente la mesa, haciendo que ambos lo miremos nuevamente. Se pone de pie mientras arregla su saco y se acerca a la puerta, antes de salir se gira hacia nosotros y sonríe.
—Estoy emocionado por ver el borrador.
***
El ambiente en la cafetería es tan relajante que la única tensión en el lugar es la que existe entre el joven de traje frente a mí que toma café con calma y yo, quien aún no puede procesar lo que está pasando.
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Romance"SnowFlower" es una escritora de romance juvenil que compite constantemente contra "Heartless", un escritor de romance un tanto despiadado con sus personajes a los que siempre da finales tristes. Una reunión de fans virtual hace que ambos escritores...