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Plancho con mis manos los pliegues de la falda y luego arreglo mi blazer, peino mi cabello un poco más y roceo perfume por todo mi cuerpo. Un poco de lápiz labial color rosa y algo de rubor en mis mejillas.

Me paro frente al gran espejo en la habitación y sonrío abiertamente al ver mi aspecto emocionado que combina a la perfección con mi vestimenta.

«¿Quién pensaría que ahora estoy en camino a ver a Jay para celebrar nuestro aniversario de un año?»

Es una locura.

Tomo mi teléfono y marco su número, obteniendo una respuesta de inmediato.

—¿Ya has terminado tu reunión? —pregunto.

—Uhm, acabo de salir en este momento. ¿Estás lista? ¿Debo ir por ti?

—¡No, no! —niego—. Estás cerca del lugar donde iremos a comer, sería estúpido hacerte venir a casa.

—No es un problema para mí.

—Puedo tomar un taxi, no te preocupes.

—¿Estarás bien con eso? Es nuestro aniversario, debería ir a buscarte con unas flores.

Río.

—¿Cuántas flores más me vas a regalar? He recibido tantas esta semana que podría iniciar una floristería.

—¿Eso es bueno, no? Las de hoy fueron especiales.

—¿Qué tienen de especial?

—Pedí que me dejaran hacer el arreglo yo mismo.

—Con razón se veía tan feo.

—No puedo contigo. —noto su falsa molestia y me río nuevamente.

—Estaré allá pronto.

—Uhm, siempre te espero.

Cuelgo la llamada, doy un último vistazo al espejo y salgo de casa.

***

Luego de llegar al restaurante y dar mi nombre, uno de los meseros me guía por el interior y luego me indica la mesa correcta.

Agradezco antes de seguir caminando con emoción, pero mis pasos se ralentizan y mi sonrisa desaparece cuando de espalda a mí, hay otra figura masculina sentada frente a Jay mientras mantienen una conversación con mucha seriedad.

Cuando Jay nota mi presencia, su mirada queda fija en mí logrando que la otra persona también se gire, sorprendiéndome.

***

Mis manos se mueven temblorosas mientras miro fijamente a la otra persona, Jay se ha ido a sentar en otra mesa luego de haberme pedido que me siente en su lugar y escuche lo que esta persona tiene para decirme.

—Zhira fue expulsada de la editorial, todo esto llevó a que su carrera decayera, ha ido a Nueva Zelanda a trabajar con su madre. —Jun habla con normalidad, arrastra un sobre hacia mí y lo miro sin decir nada—. Aquí están algunos manuscritos que me diste y nunca usé, te pertenecen. Todas las historias que publiqué serán eliminadas y mis libros dejarán de venderse. También, he dejado la editorial.

—¿Por qué estás aquí? —ignoro lo que dice, incapaz de sentir lástima por él.

—Sé que una disculpa no arreglará nada de lo que te hice, eso incluye mi vida como escritor y como tu novio, pero al menos debo disculparme. Tuve que desaparecer un tiempo porque era acosado por la prensa, Zhira me dejó por el diseñador gráfico de la editorial y mis padres se niegan a que trabaje con ellos.

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