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Salgo del vestidor y Jay gira hacia mí con ojos impactados, el vestido rosa pastel se acerca mucho al estilo de un vestido de novia pero sin opacarla. Me ruborizo al tener la mirada de Jay examinando todo mi cuerpo con devoción.

—¿Por qué eres tan hermosa? —coloca la mano sobre su pecho con dramatismo—. Haces latir con fuerza mi corazón.

Río un poco para ocultar mi vergüenza y luego tomo el ramo de flores para que ambos salgamos de la habitación.

El salón de eventos comienza a llenarse de grandes figuras del mundo empresarial y amigos cercanos de los novios.

Jay se mueve de forma impaciente mientras arregla el moño en su traje con mucha frecuencia, haciéndome reír.

—¿Por qué estás tan nervioso? Ni que fueras el novio.

—¿Por qué no lo estaría? He ido a muchas bodas pero nunca he sido padrino en ninguna de ellas.

—Entonces debería prohibirte que vuelvas a serlo.

Frunce el ceño al ver mi gesto molesto. Lo cierto es que he tratado de mantener la calma ante la mirada lujuriosa de varias mujeres sobre Jay, quien no parece notar sus presencias en lo absoluto.

Este resuelve las dudas en su cabeza y sonríe, inclinándose hacia mí mientras besa mi frente.

—Si me convierto en el novio, no tendrás que soportarlo nunca más.

Me quedo sin palabras.

—¿Está todo en orden por aquí?

Ambos elevamos la vista y nos paramos correctamente, saludando a las personas que vienen a tener una conversación con nosotros.

—Es bueno verlos por aquí, mi pequeña estará muy feliz por ello.

El padre de Lila luce feliz por la boda, incluso si no lo expresa directamente. Palmea el hombro del padre de Jay y avisa:

—Buscaré a mi esposa, también debo recibir a otros invitados.

Todos asentimos y esperamos a que se aleje. El padre de Jay me regala una sonrisa y luego ve a su hijo.

—Lucen bien como el padrino y la dama de honor. No opaquen a los novios.

Reímos, conscientes de que solo bromea. Sin embargo, luego lanza una mirada curiosa sobre mis manos y ve a Jay con duda.

—¿Todavía?

Una mano se enreda en mi cintura y Jay sonríe con una expresión divertida y la vista fija en su padre.

—Me estoy tomando mi tiempo.

El señor Paltrow se une a su expresión divertida dejándome totalmente confundida al no entender de lo que hablan. Poco después una chica se acerca a nosotros y se disculpa, antes de informar:

—La novia pide ver a su padrino y la dama de honor.

***

Agradecemos a la persona que nos abre la puerta para ingresar a la habitación y solo algunos pasos son suficientes para que tanto Jay como yo nos detengamos cuando alguien empieza a caminar hacia ambos.

Un vestido de novia con corte de sirena, una gran cola y un velo con delicados bordados en los extremos, un maquillaje que resalta sus mejores facciones y un peinado elegante, son acompañados por una hermosa sonrisa de mi mejor amiga, quien el día de hoy unirá su vida a la de alguien más.

—¿Qué sucede? ¿Estoy tan hermosa que no logran como describir mi belleza?

—Estoy imaginando el estado en la cuenta de banco del novio al tener que casarse contigo. —Jay se burla.

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