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—¡¿QUÉ?!

Un grito logra hacerme despertar, mis ojos no encuentran a nadie a mi lado pero luego veo a Jay paseándose desnudo por la habitación mientras habla con molestia a través del teléfono.

—¡¿Entonces por qué no lo detuviste?!

Su actitud me llega a espantar ligeramente pues nunca lo vi en aquel estado de locura, también, me intriga bastante saber quién es la persona que lo preocupa.

No interrumpo su conversación y me limito a escuchar, evitando aumentar su ira.

—No importa si estaba de vacaciones… ¡Debiste ignorarlo y llamarme de todas formas, yo…! —respira con dificultad e intenta calmarse un poco—. Saldremos de Canadá hoy mismo, dejaré que Sunnie despierte primero y le contaré.

La llamada llega a su fin y lo veo caminar hacia el baño con una actitud molesta. Suspiro, sabiendo que posiblemente esté luchando con sus propias emociones.

***

Inmediatamente desperté y me preparé, un montón de empleados vinieron a la habitación para arreglar las cosas lo más rápido que pudieran. A pesar de las negaciones, intenté ayudar lo más posible mientras de vez en cuando veo a Jay caminar de un lugar a otro de la habitación recibiendo y realizando múltiples llamadas.

Luego de enterarse esta mañana mediante el señor Heiken que su padre está en el hospital, los inversionistas no han parado de llamar para saber qué sucederá con el negocio en este momento. Sin embargo, Jay solo llama constantemente al señor Heiken para saber el estado de su padre aunque su última llamada se haya realizado hace pocos minutos.

Cuando el equipaje está preparado, este toma mi mano con fuerza y nos saca del hotel.

Durante el viaje en auto sostengo con fuerza la mano de la persona que amo mientras él aprieta el móvil marcando sus nudillos, intentando mantener la calma.

—Todo estará bien, lo sé. —mis palabras llaman su atención y me ve con dolor.

—Lamento mucho que tuviéramos que irnos tan de repente, yo…

—¿Por qué deberías pedir perdón? —lo interrumpo—. No es solo un asunto trivial, es la persona que me dio trabajo, también es el padre de la persona que amo. Así que no debes preocuparte por lo que pueda pensar. En este momento, lo más importante es la salud de tu padre.

Jay besa la palma de mi mano y luego recuesta su cabeza en mi hombro. Poco después debido al cansancio, sus ojos se van cerrando hasta quedarse dormido.

***

Las ojeras de Jay han aparecido de repente por su mal sueño, así que una vez salimos del aeropuerto al llegar a casa, decide ir directamente al hospital ignorando mi petición para que descanse un poco primero.

Una vez llegamos y luego de que casi se desplome al ver a su padre en un estado tan vulnerable, el médico nos invita a su consultorio para dar las informaciones pertinentes.

—Ciertamente, no hemos encontrado nada grave en su estado de salud actual más que un decaimiento por sobrecarga. —el médico explica—. Es evidente que su padre no está en una edad muy joven, por lo que tanto trabajo, falta de sueño, mala alimentación y el estrés, afectan su sistema con más fuerza que antes. Le recomiendo que al despertar pueda hablar con él y le pida guardar reposo hasta que notemos una mejoría. Su corazón ya no es el mismo que antes y su estilo de vida no es muy saludable, así que espero que pueda lograr convencerlo para que logre recuperar su salud en poco tiempo.

Jay asiente, sin embargo, al mirar su rostro me doy cuenta de lo culpable que se siente pues su padre debe hacerse cargo de todos los negocios que su hijo no ha querido tomar, y se niega a obligarlo para que lo haga.

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