Elfo Y Dragón #2 Kookmin

Capítulo 04

Jimin

-En el nombre de Alumn, ¿qué les pasó? -bramó Suho mientras Jimin atravesaba penosamente los portones de Cheen. Bajo la nítida luz del amanecer, a su lado, Taehyung lucía como si lo hubieran masticado y luego escupido. Jimin solo pudo suponer que se veía igual de destrozado y olía tan repugnante como él.

-Nos tropezamos con algo -respondió Jimin mientras se quitaba algo húmedo y pegajoso de sus dedos. Le picaba la cara y cuando se rascó una mucosa marrón se desprendió para incrustarse bajo su uña.

Taehyung se movió inquietamente, sus labios se movieron hacia abajo formando una mueca miserable. Sangre y entrañas de dragón yacían secas en su pelo y cubrían su cuello. Costras de cosas que Jimin no pudo identificar estaban pegadas en su ropa de cuero. Taehyung crujía mientras caminaba.

-¿Podemos limpiarnos antes de que comiences con el interrogatorio? -le pidió Jimin a Suho.

-¿Dónde está el dragón? -Suho le preguntó a Taehyung, evitando la mirada de Jimin a propósito.

-Ya no está -respondió Taehyung, humedeciendo sus labios. Hizo una mueca y escupió hacia un lado-. Esperamos afuera. Cheen está a salvo.

Suho los miró, examinándolos por tanto tiempo que el calor del sol empapó las ya húmedas ropas de cuero de Jimin y desprendiera más olores repugnantes en el aire. Si Jimin no lo conociera mejor pensaría que Suho los estaba castigando, pero el hombre nunca había sido vengativo. Aun así, las cosas habían cambiado.

Finalmente, Suho les hizo un gesto para que se fueran.

-Vayan, límpiense, pero quiero un informe completo tan pronto terminen - espetó.

Atrajeron unas cuantas miradas mientras cruzaban el pueblo. Los más jóvenes los señalaban y se reían. Taehyung les lanzó un saludo provocando en ellos aún más chillidos. No todos los días un par de asesinos retornaban cubiertos por entrañas de dragón.

-Ven a mi casa -dijo Jimin al mismo tiempo que asentía con la cabeza-. Tengo agua caliente.

-Agua caliente, ¿eh? -Taehyung sonrió-. Mataría por eso.

Deslizándose por caminos sinuosos a través de los árboles, Jimin lo guió a su cabaña. Ya en el interior, avivó las brasas a través de la rejilla para encenderlas y arrojó un par de troncos más.

-Espera un poco para que caliente el agua -le dijo Jimin.

-¿Qué es eso? -preguntó Taehyung mirando la tubería que sobresalía de un tanque de acero elevado, la tubería se alargaba por la parte superior de las paredes hasta lo que parecía ser un armario.

-Un armario de lluvia -respondió él-. Cuando el agua se calienta, corre por esa tubería y sale por esa punta de ahí.

-¿Aprendiste esto de los humanos? -cuestionó Taehyung.

-Algunas partes -dijo Jimin parado cerca del fuego mientras se quitaba con cuidado su chaqueta arruinada, tratando de minimizar el desparramo de suciedad-. Agregué algunas modificaciones.

Taehyung abrió la puerta del armario y miró el pequeño cuarto de lluvia.

-¿Hay suficiente agua para los dos?

-Solo para uno... Ve primero -respondió Jimin. Dejó su chaqueta cerca de la puerta principal, la hizo un bulto que luego tiraría y se quitó su camiseta tirando de ella por encima de la cabeza, lanzándola también junto al montón. Todo tendría que ser quemado. Hundiendo sus dedos en su cabeza, trató de deslizarlos sobre su cabello pero se enredaron en trozos sólidos que hicieron que su estómago se retorciera de nuevo.