Capítulo 39

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Jungkook

Odio. Disgusto. Traición. Todo eso golpeó en las entrañas a Jungkook, retorciéndose y contrayéndose, tratando de estrangularlo. No se merecía el regalo de Jimin, no antes y definitivamente no ahora. Necesitaba esa gema. Lo cambiaría todo. La necesitaba para poder detener a los bronce, para detener a todos y lo que sentía por Jimin... Toda esa hambrienta necesidad de estar con él, de probarlo y sentirlo, de tener sus brazos a su alrededor… Cuando Nari le indicó que tenía que volver a encontrar a Jimin, no creyó que se sentiría tan mal. No creyó que pasaría todo esto. Había pasado tanto tiempo desde que sintió una pizca de algo. Pero ahora, ni una sola de sus heridas físicas había dolido tanto como esto: Perder a Jimin era el horrible precio a pagar para poder volar de nuevo, para ser libre y poder destruir a los bronce. Pero era un precio que debía pagar. Con sus dos alas y una nueva reputación, finalmente podría hacer algo más que sobrevivir. Podría prosperar.

—Sigue caminando, elfo. —Le dio un empujón a Jimin, obligándolo a caminar. El recorrido por el bosque siguió y siguió. No quería que esto sucediera, pero era la única manera. Lo que sucedía entre ambos, esa resistencia y sumisión, provocaría que mataran a Jimin, ya fuera por los dragones o por los mismos elfos. Era alguien demasiado valeroso como para morir por culpa de Jungkook. De esta manera, Jimin sobreviviría. Lo odiaría, pero al menos viviría y continuaría su vida, destinado a ser el infame asesino de dragones. El dolor que Jungkook vio en los ojos de Jimin cuando se volvió en su contra, ese dolor también era un regalo y lo haría más fuerte. Lo haría un mejor asesino y un mejor líder.

En este momento los bronce ya habrían llegado a la torre. La guerra probablemente ya había comenzado. La ausencia de Jungkook no pasaría desapercibida. Necesitaba la gema de su madre. Ahora eso era lo único que importaba.

—Apúrate. —Otro empujón en la espalda.

—Debería matarte por esto —gruñó Jimin.

Jungkook rio para cubrir el vacío que estaba sintiendo por esas palabras.

—Una vez lo intentaste. —Sus palabras sabían a ceniza. Todo sabía a ceniza en
su lengua. Los recuerdos de anoche se quemaron en su propio odio que incrementaba a cada paso. Era un dragón. Esto era lo que se esperaba de él y si continuaba hasta el final, haría que todo valiera la pena y así tendría a todos los drakon a sus pies. Lo único que tenía que sacrificar era a la única persona que lo entendía.

El precio es alto.

Caminaron por el mismo rumbo que Jungkook cruzó voluntariamente junto a Jimin en su regreso a la aldea. Observó la espalda del elfo, examinando su paso firme a través de la maleza. Jungkook no se hacía ilusiones, Jimin se convertiría en un enemigo mortal. Pero si ese era su legado, que así fuera. Jimin tenía razón, esta cosa entre ellos no podía suceder.

—No hagas esto —le dijo Jimin.

—No tienes ni idea de lo que debo hacer.

—Sé lo que intentas, quieres alejarme. Crees que no vales la pena. No te seguiré el juego.

—Mi vida no es un juego.

—Si tan solo hubieras preguntado…

—¿Me habrías dado la gema? —Claro que no, Jimin era demasiado astuto—. El ojo pertenece a los amatista. Tú lo robaste. Ya te lo dije antes, no soportamos a los ladrones.

Las orejas del elfo se irguieron ante la familiaridad de esas palabras. Se detuvo y giró la cabeza un poco, lo suficiente como para ver a Jungkook con furia. Entonces se agachó, haciendo señas a Jungkook para que se colocara a su lado, fuera de la vista.

Elfo Y Dragón #2 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora