Capítulo 38

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Jimin

Jimin se dejó llevar por el toque y sabor del dragón. La mano de Jungkook se mantuvo en su parte más personal, su boca se posicionó sobre su ingle expuesta, vagando y estimulando su cuerpo mientras terminaba por quitarle sus pantalones. Estaba perdiendo y entregando su fuerza de voluntad al mismo tiempo, rindiéndose ante la bestia. Nunca se había sometido ante nadie. Hasta ahora. Hacer lo prohibido nunca se sintió tan bien.

Cuando su mirada se fijó en Jungkook, sus ojos primitivos y deseosos iluminaron sus propios anhelos y cuando descendió a la parte más íntima de su cuerpo, Jimin rodeó su cuerpo con sus piernas, sujetando los hombros de Jungkook entre sus muslos y entonces giró, tirando al dragón de espaldas y posicionándose sobre él, encima de su pecho. Jimin atacó, besándolo de tal forma que distrajo a Jungkook el tiempo suficiente para abrir su camisa y poder admirar su cuerpo así como tanto deseó hacerlo por semanas de forma involuntaria. El dragón ronroneó otra vez y una parte de Jimin le dijo que este sonido de felicidad era muy poco usual.

Apoyó ambas manos sobre su pecho desnudo y lo apretó. El acelerado latido del corazón de Jungkook se sintió cálido debajo de su palma y su seductora mirada le prometió cumplir cada perverso deseo que la mente de Jimin pudiera imaginar. Se inclinó hacia él, inmóvil debajo de su cuerpo. Su cabello suelto caía sobre su hombro y una parte de él trazaba la curva del pectoral de Jungkook, provocando que este se retorciera un poco. Jimin mantuvo su mirada al frente y con la punta de su lengua, lamió la dura curvatura de ese músculo, hasta que finalmente descendió a su pezón. Jungkook respondió aferrando su mano entre el cabello de Jimin. Elevó sus caderas y Jimin sujetó su pene erecto al mismo tiempo que sellaba su boca sobre la de Jungkook, silenciando el jadeo que salió de su garganta.

Jungkook era todo lo que el elfo no era. Puro y de fuerza contenida. Con un enorme poder retenido tras una muralla musculosa y de control. Jimin acarició su seductor y perverso cuerpo, debilitando todas las defensas de Jungkook y revelando su verdadero ser.

Por un momento, Jimin solo pudo admirar a este hombre aterrador y magnífico.

Era una criatura tan inusual y peligrosa que supo que no podría contener su esencia por completo. Aunque podría intentarlo.

—¿Te correrás por mí, dragón?

El ronroneo se convirtió en un gruñido plagado de deseo. Jimin mordió su oreja, lo cual liberó una cascada de escalofríos por todo el cuerpo de Jungkook, estremeciéndose y retorciéndose debajo de él. Tener a esta devastadora criatura bajo su merced despertó todos los pensamientos y anhelos oscuros provenientes de lo más recóndito de su mente. Jimin se moría por saborear y explorar a este indefinido tesoro de forma inconsciente, desperdiciando las horas bajo las estrellas hasta que no hubiera centímetro de su cuerpo que no hubiera tocado ya. Si eso era una locura, entonces Jimin había perdido la razón porque nunca sintió algo tan perfecto como esto.

Escuchó las respiraciones entrecortadas de Jungkook mientras masturbaba su miembro erecto hasta que sus jadeos se volvieron irascibles y Jimin estimuló su pene con movimientos más rápidos, llevando a Jungkook hasta el borde de la perdición, donde su cuerpo entero se estremeció con deseo. La luz de la luna traspasó los árboles y deslumbró el tembloroso pecho de Jungkook y se introdujo en sus ojos negros. Jimin absorbió tal pecadora imagen y llevó al dragón al éxtasis. Su espalda se arqueó y entreabrió los labios. Jimin dejó caer su cabeza y lamió la longitud del miembro de Jungkook.

Jungkook flexionó su cuerpo.

—Mierda —jadeó, arrojando semen directo al hueco de su estómago en tres espasmos esporádicos. La lengua de Jimin se adueñó del líquido espeso y salado, y con mucha gentileza, tragó los últimos restos de su orgasmo provenientes del pene de Jungkook, provocando que el dragón se estremeciera y siseara.

Elfo Y Dragón #2 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora