Jimin
La lluvia llegó inmediatamente después de dejar Cheen y no se detuvo en los dos días en los que Taehyung y Jimin no dejaron de moverse. El viaje primero los llevó a la costa, donde una bahía dividía las colinas y luego, hacia arriba, a los páramos abiertos, hasta que finalmente bajaran de nuevo al valle que protegía Ashford.
Encender una fogata fue casi imposible y cuando las llamas se encendían, no eran suficientes para cocinar. Los conejos eran abundantes, pero comerlos crudos no era tan apetitoso como asarlos. Eso dejaba como única opción la búsqueda de bayas de invierno y bellotas maduras.
La lluvia implacable amortiguaba todo sonido que producían, pero también impedía escuchar a los dragones y a otros depredadores. La temperatura disminuyó a los dos días de iniciar el viaje, convirtiendo el suelo en hielo y las lluvias frescas en copos de nieve abundantes. Los primeros brotes de la primavera pronto desaparecieron bajo la nieve.
Taehyung resguardaba la fogata, tratando que las llamas incrementaran. Sopló sus manos, intentando calentarlas.
—Por esto no soy un mensajero. ¿Te imaginas vivir así?
—Prefiero matar dragones. —Jimin se acurrucó contra un árbol, su aliento se volvía humo mientras escuchaba las quejas de Taehyung. Los árboles desnudos alcanzaban el cielo hacia el interminable tono gris. El cielo era opaco como el suelo, desdibujándose donde uno empezaba y el otro terminaba. Las tormentas de nieve provenientes del este no eran raras, pero en este instante, a punto de terminar el invierno, significaba que los lobos estarían hambrientos, alerta y en busca de viajeros. El fuego, si Taehyung lo aumentaba lo suficiente, mantendría alejados a la mayoría de los depredadores.
Taehyung se quejó en voz baja, diciendo que tenía los pies mojados.
Apenas habían intercambiado un par de palabras y a Jimin no le molestaba, aunque había notado las largas miradas de Taehyung y se sorprendió a sí mismo haciendo lo mismo de vez en cuando. Durante la larga marcha a través del territorio, los pensamientos de Jimin habían vuelto a Taehyung, pensando si había sido impulsivo al rechazarlo. No era así. No, se preocupaba por Taehyung, se preocupaba por él de la misma manera en que se preocupaba por todos los elfos de la Orden. Taehyung era honorable, fuerte y valiente. No había razón alguna para dejar de amarlo y aun así, Jimin no podía darle más.
Taehyung no era el problema, era él. Taehyung tenía razón. Jimin salió porque quería pelear. Siempre era el mismo sentimiento; desde que Suho lo encontró como un joven, empapado y solo, nacido de una tormenta, su único recuerdo era del salvaje ataque de un dragón que se llevó a sus padres. Tal vez por eso no sabía amar. Arruinó lo que tenía con Damhee y ahora había hecho lo mismo con Taehyung. ¿O tal vez Alumn creía que no merecía encontrar el amor?
Una ramita se rompió, haciendo que Jimin despejara sus sentidos. Los ojos se estrecharon y se alejó del árbol, ignorando la mirada preocupada de Taehyung y comenzó a moverse entre los árboles cubiertos de nieve. La capa de Jimin era para todo tipo de clima, era como una silueta grisácea y se mezclaba bien con el entorno, pero también lo hacía el pelaje de un lobo. Ningún dragón era de pies ligeros. El sonido tenía que ser el de un animal más grande. Se aventuró a través de los densos árboles hasta un arroyo donde una pequeña neblina de aire lo rodeaba, empañando su línea de visión.
Un rastro de pequeñas huellas de botas llevaba a orilla del arroyo y luego descendía, deteniéndose detrás de un árbol.
—Sal de ahí, Leah. —Su suave susurro viajó hasta que el mudo silencio se lo tragó.
—¿Cómo lo supiste? —Salió detrás del árbol, envuelta de la cabeza a los pies en una capa con capucha forrada de piel. Al igual que siempre, su espada estaba envainada detrás de su espalda, su nariz era de un tono rosado y tenía los labios pálidos.
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Elfo Y Dragón #2 Kookmin
RandomLuego de creer al príncipe Jungkook Amatista muerto, Park Jimin trata de seguir con su vida y su plan de acabar con los dragones, pero entonces llegará un rumor inesperado, el principe está vivo los humanos lo tienen al otro lago del mundo, Park Jim...