Jungkook
La sensación de unas manos ásperas y cálidas que vagaban sobre la herida dolorosa y sensible a su costado, junto al eco de una voz profunda y familiar, devolvieron la conciencia de Jungkook de un lugar completamente oscuro y frío. La voz iba y venía tal como el oleaje del mar. Sabía que debía prestar atención a las palabras, seguramente eran importantes, pero no podía mantenerse consciente por tanto tiempo para lograrlo.
Cuando por fin despertó y parpadeó, se encontraba en una habitación que no reconocía. Muros de piedra, un techo, una fogata. ¿Esto era real? Pieza por pieza fue uniendo cada uno de sus pensamientos desorientados. ¿Estaba en la torre? Al intentar sentarse, la herida en su costado cobró vida de nuevo, provocando que se dejara caer una vez más en la cama.
Tanteando con sus dedos, sintió la textura de la gasa y un vendaje pegados a su costado, en el lugar de los cortes profundos que uno de los exiguos le había provocado. Ni siquiera podía recordar quién fue el responsable. Todos se habían convertido en una larga cadena de dragones que había matado o había intentado matar. Todos excepto por el peor de ellos.
Los recuerdos de Donghae provocaron que su boca se volviera una mueca. Movió su lengua, la sintió reseca y tragó. Mierda, ¿por cuánto tiempo había estado inconsciente? Pasando una mano sobre sus ojos, intentó recordar y ordenar el desastre mental de los últimos días. Algo sobre ser enterrado vivo y escuchar la misma voz…
—¿Agua?
Jungkook saltó. Maldita sea, Jimin estaba aquí. El estúpido, testarudo e insufrible elfo en realidad estaba aquí. No lo había imaginado. La herida le gritaba que parara de moverse. Hizo una mueca de dolor y entrecerró los ojos en dirección al elfo sobre el que había estado pensando. Jimin se notaba bastante cómodo parado al lado de la cama, con un vaso en su mano, cabello rubio y largo, cuidadosamente recogido en una coleta que descansaba sobre su hombro y vistiendo prendas de viajero de matices terrosos.
—¿Cuánto tiempo llevas parado ahí? —preguntó con voz ronca. Tuvo que volver a parpadear para asegurarse de que Jimin no desaparecería. Y cuando no lo hizo, Jungkook se apoyó sobre su hombro y tomó el vaso.
La boca del elfo se curvó hacia un lado.
—No mucho.
El agua descendió de forma agradable, dejando un camino fresco y limpio durante todo su recorrido directo hacia su estómago. Tuvo el presentimiento de que pronto desearía que hubiera sido vino, pero el agua funcionaría por ahora, aunque no ayudaría mucho a los recuerdos que habitaban el fondo de sus pensamientos, intentando salir a la vista.
Jimin movió una silla y se sentó. Se inclinó, descansando sus antebrazos sobre sus muslos. Ahora los pensamientos de Jungkook empezaron a tomar forma, podía ver que la ropa de Jimin estaba rasgada y marcada en ciertos lugares, y lo similares que eran los rasguños que el elfo tenía en su barbilla y mandíbula. El polvo y la tierra oscurecía su rostro en ciertos lugares. Parecía que no era tan invencible a todo.
¿Cómo había llegado aquí?
—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —Jungkook dejó el vaso en el suelo e intentó moverse. La herida volvió a arder, derribándolo en la cama—. Maldición…
—Vas y vienes. Dos días.
Parpadeó y de la nada, Jimin apareció de pie sobre él, su rostro era visible solo por la luz de las candelas. Se agachó y tocó la gaza. El pecho de Jungkook se estremeció con algo parecido al miedo mientras los dedos del elfo rozaban ligeramente la parte baja de su abdomen y despegaba las esquinas pegajosas del vendaje.
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Elfo Y Dragón #2 Kookmin
RandomLuego de creer al príncipe Jungkook Amatista muerto, Park Jimin trata de seguir con su vida y su plan de acabar con los dragones, pero entonces llegará un rumor inesperado, el principe está vivo los humanos lo tienen al otro lago del mundo, Park Jim...