Capítulo 27

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Jimin


Suho se acercó a él con la despiadada eficiencia de un asesino que ha vivido demasiado tiempo. Jimin esquivó las espadas en la primera embestida, pero sin su arma, dejada en su cabaña, su única arma fue la daga, desenvainada de su muslo.

—Suho, espe…

Suho atacó de nuevo. La decisión indudable ardió en sus ojos.

Jimin retrocedió, lejos del alcance de Suho. Su espalda chocó contra una pared.

A la derecha de Jimin, los guardias golpeaban a Jungkook. Recibiendo un puñetazo en la cara y otro en el estómago. Se dobló, los golpes aterrizaron sobre él una y otra vez. Jungkook escupió sangre. Iba a cambiar. En cualquier momento los rodearía un enorme dragón en la tienda de comestibles.

El dolor se extendió por el brazo de Jimin. Levantó su daga que chocó con uno de los filos de Suho, dejando su costado vulnerable al golpe mortal. Suho vaciló, siendo quien decidiría entre la vida y la muerte de Jimin, y entonces le dio un puñetazo a su mandíbula. La sangre estalló dentro de la boca de Jimin. Su cráneo retumbó. Entonces Suho apareció sobre él, su espada quedó presionada contra la garganta de Jimin, dejándolo inmóvil.

—Eras un hijo para mí. —Suho sujetó la camisa de Jimin y tiró de él hacía sí—. Lo tenías todo y lo tiraste por un dragón. —Sus palabras rugieron con furia y sus ojos brillaron al humedecerse—. Te está usando para llegar a nosotros. ¿Cómo es que no lo ves?

Jimin escuchó sus palabras, pero Suho estaba equivocado. Los guardias dejaron a Jungkook arrodillado, no se había liberado. Podía matar a todos los presentes y reducir la aldea en pedazos, pero no lo haría porque era mejor hombre que cualquiera de ellos.

Uno de los asesinos clavó su espada en el muslo de Jungkook. Él gruñó y el corazón de Jimin se rompió. Esto estaba mal. Luchó contra el agarre de Suho, pero el líder mayor lo inmovilizó.

—Suho, yo no soy tu enemigo. Suelta a Jungkook antes de que sea demasiado tarde.

La expresión del elfo mayor lentamente se vino abajo.

—Park Jimin está muerto para mí. Te desconozco.

La mano de Suho golpeó su frente con fuerza, haciendo que su cabeza cayera. Un destello de dolor lo cegó por un momento hasta que comenzó a perder la conciencia, dentro de un mundo repleto de oscuridad y frialdad.




 Un destello de dolor lo cegó por un momento hasta que comenzó a perder la conciencia, dentro de un mundo repleto de oscuridad y frialdad

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El estómago de Jimin se sentía revuelto. Su cabeza le dolía, sintiéndose caliente y pesada. Tocó su nuca con mucho cuidado y sintió un suave hematoma, luego acarició su mandíbula lastimada. Los golpes de Suho eran increíblemente fuertes. Era obvio que no había dejado de entrenar.

Elfo Y Dragón #2 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora