Jimin
Jimin se encontraba de pie al extremo de la larga mesa de los ancianos. La mitad de la aldea había abarrotado el salón. Los que no cabían dentro se amontonaban alrededor de las puertas de afuera. Los humanos también estaban aquí. Alice, Oliver y otros.
El peso de las miradas de los elfos caía sobre él como plomo. Había dedicado toda su vida a mantenerlos a salvo. Con cada respiración que daba, la utilizaba para luchar por ellos. Pero ¿eso importaba ahora que el príncipe dragón se encontraba en su casa?
Freya se encontraba sentada en el centro de todos los ancianos. Mantenía sus emociones al margen, pero Jimin sabía lo que se avecinaba.
Taehyung también estaba aquí.
La única persona que no estaba presente era Leah, ya que le había ordenado quedarse con Jungkook y detener a cualquiera que tratara de llevárselo.
Levantó la barbilla. Le habían dado tiempo para lavarse la sangre y cambiarse de ropa. Su deseo de matar todavía corría por sus venas, el aroma de Jungkook a cuero y limón aún permanecía a su alrededor. Su cuerpo se sentía errático y sus pensamientos no eran claros. Esto no saldría bien.
—Park Jimin, ¿qué tienes que decir en tu defensa?
Se humedeció los labios.
—Ese dragón ha hecho más por la gente de esta aldea que cualquiera de ustedes. —Todos los elfos jadearon. Jimin los recibió sin arrepentirse de sus palabras, ¿qué más podría perder?—. Exílienme, si quieren, pero tendrán que hacerlo a la fuerza. No me iré en silencio. No hice nada malo y tampoco Jungkook.
—Es un dragón —argumentó Freya, como si esa fuera suficiente razón para culpar a cada dragón en el mundo.
—Sí, lo es. Pero el ataque a la torre fue un éxito. No perdimos ni una sola vida. Si Jungkook no hubiera detenido al oro y bronce, estaríamos agregando más cintas al árbol de Alumn. No iba a ganar esa pelea y de todos modos protegió a nuestros altivos de los dragones. Todos y cada uno de nosotros le debemos las gracias, no prejuicios ni odio. —Se aseguró que todos lo escucharan. Si lo iban a echar, entonces los dejaría saber la dura verdad.
Los jadeos incrédulos y los incontables murmullos irritaron sus pensamientos.
Ya había escuchado suficiente. Este concejo era una farsa. Su gente estaba llena de hipócritas.
—Le dije a los humanos que los elfos son un pueblo honorable, que somos buenas personas. Nuestros ancestros podrán haber perdido la compasión en las guerras, pero nosotros todavía tenemos almas. Me enorgullece luchar por todas las vidas que merezcan esa protección, no solo las vidas de los elfos, sino también las de los humanos y de cualquier otro ser que sea digno de ella. Ese es mi deber como asesino de la Orden; proteger a aquellos que no pueden protegerse a sí mismos, eso incluye a Jungkook. No me conviertan en un mentiroso.
—Eres un mentiroso. —La voz de Taehyung se elevó por encima del bullicio—. Nos mentiste sobre cómo encontraste ese túnel. Mentiste sobre dónde estabas la noche anterior. El príncipe dragón significa más para ti que otra alma que necesita ser salvada. Él es tu amante.
Alguien gritó un insulto demasiado vulgar. Alguien más bramó una defensa a favor de Jimin. El ruido se volvió demasiado indescifrable para poder comprender una sola voz. Jimin se quedó quieto, escuchó los latidos de su corazón y dejó que el estallido de la ira colectiva lo invadiera.
Taehyung estaba en lo cierto.
—Mentí —gritó, alzando la voz—, porque en cada oportunidad que tuve, los elfos se han negado a creer que un dragón puede hacer el bien. Mentí porque no habrían permitido la misión si hubieran sabido de dónde vino la información. La verdad es, que Jungkook me dijo cómo entrar a la torre y juntos, ganamos.
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Elfo Y Dragón #2 Kookmin
RandomLuego de creer al príncipe Jungkook Amatista muerto, Park Jimin trata de seguir con su vida y su plan de acabar con los dragones, pero entonces llegará un rumor inesperado, el principe está vivo los humanos lo tienen al otro lago del mundo, Park Jim...