Capítulo 40

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Jimin

Un calor mortal corría por sus venas, manteniendo su sangre alerta. Las cosas que Jungkook había dicho lo heló hasta los huesos, pero incluso ahora la sensación del peso de su cuerpo contra la parte posterior de sus muslos, le hizo olvidar el lado de su cerebro que le decía que esto estaba mal y solo le hizo pensar en lo bien que se sentía. Rechinó los dientes, sus manos estaban atrapadas en su espalda y su vergüenza intentó esconder la lujuria que sentía. Pero entonces Jungkook inclinó sus caderas, con un solo movimiento que bastó para que se excitara y su miembro chocara contra su trasero.

—Tuviste tu oportunidad para follarme. —La voz de Jimin se rompió—. No tendrás otra.

Jungkook acercó las caderas de Jimin y pasó una mano por su cadera hacia abajo, explorándolo. Sus dedos encontraron la evidencia que necesitaba y sujetó la dura erección de Jimin, lo hizo con tal fuerza que le entrecortó la respiración. Ahora le fue imposible ocultar sus deseos.

Esto está mal, trató de decirle su mente, pero su cuerpo ya lo había traicionado. Los ojos de Jungkook eran fríos. La noche anterior… no había sido nada como esto. Anoche, Jungkook fue cariñoso. Este no era un hombre, era un dragón.

Los dedos de Jungkook tiraron de su bragueta, abriéndola. Jimin hizo un pequeño esfuerzo por liberar sus brazos. El agarre de Jungkook en sus muñecas se apretó, al igual que el que rodeaba su pene, alcanzando el máximo placer. La anticipación lo inundó, cubriéndolo de ansia pura.

De pronto, la mano de Jungkook desapareció. Los pantalones de Jimin cayeron, exponiendo su trasero y la mano de Jungkook comenzó a tocarlo, el simple cosquilleo de sus dedos era una tentación por sí sola. Jimin nunca había sido penetrado por otro hombre. Él siempre era quien tenía el control. Siempre era el que daba, no quien recibía.

Sintió que algo se presionaba contra su agujero. Jungkook introdujo un dedo húmedo en su interior. Jimin se retorció, haciendo una mueca ante el incómodo dolor que sintió al ser abierto. La duda despertó una parte del miedo, pero entonces la boca cálida de Jungkook descendió a su cuello, su mano volvió a envolverse en su pene, llevándolo a un frenesí paralizante que borró sus miedos. La mano húmeda de Jungkook se alejó de su miembro, Jimin estaba jadeando, retorciéndose y anhelante, su mente y cuerpo eran una ruina de necesidades en guerra. Apenas sintió la erección de Jungkook adentrándose en él hasta que una nueva y deliciosa embestida le provocó un placer intenso, uno que esfumó todo el miedo y el sentimiento de que esto era algo incorrecto, transformándolo en algo que se sentía increíblemente bien.

—Maldito seas por sentirte tan bien. —La voz baja del príncipe acarició la nuca de Jimin y volvió a embestirlo con más fuerza, llenando a Jimin y avivando un nuevo tipo de calor. Cuando salió de su interior, Jimin gimió por la pérdida y persiguió la sensación, necesitando que lo llenara de nuevo.

—Dime que lo deseas… —El peso de Jungkook apretó su espalda, aplastando sus manos entre ambos—. Dilo —gruñó.

Por Alumn, lo quería, quería a Jungkook en lo más profundo de su interior hasta que lo hiciera olvidar quién era y lo que debía o no ser. Quería ese sentimiento de ser llenado, tomado y poseído, el sentimiento de ir en caída libre y del pulsante éxtasis.

Sí, lo deseo. Te deseo.

Jungkook lo penetró. El placer y dolor fluyeron de su trasero, esparciendo un dardo afilado de puro deleite a través de su cuerpo. Más. Quería… necesitaba más. El ritmo acelerado de Jungkook se volvió desenfrenado, sus gruñidos eran roncos y duros, aumentando los deseos de Jimin. Un nuevo y seductor placer recorrió su espalda, la presión y la cercanía a la liberación lo hacían sentir conectado con él como nunca antes. La deliciosa sensación de tener a un hombre dentro de él, tocó lugares que no sabía que podían sentirse tan bien.

Elfo Y Dragón #2 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora