Capítulo 7

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((PENÉLOPE))

Ví como los primeros rayos del sol mañanero entraron por la parte de la ventana que había dejado sin cubrir con la cortina hacía unas 3 horas antes.
Eran las 7:30 de la mañana y el cambio de horario me tenía sufriendo, había despertado casi a las 3 y no volví a pegar el ojo.

Era el primer día en las pasantías y las emociones se hacían notar. La ansiedad, la alegría, el nerviosismo, y algo de nostalgia de haber estado pensado en Jesse las últimas horas.

Revisé mi celular una vez más antes de levantarme para notar que el mensaje que envié  no había Sido leído. Lo eliminé.

"Espero todo te esté yendo bien. Madrid parece interesante y sin mentir, me hubiese gustado que estés aquí."

¿Que si lo extrañaba? Creo que sí. O talvez era el sentirme "sola", hablando en términos de pareja.
Estaba feliz de seguir mis sueños, de estar con mis amigos, pero no podía negarlo, habían momentos en que venía a mi mente y lo añoraba tanto.

Repasaba en mi mente mil y un veces el escenario que imaginé en mi cabeza de vivir esta etapa con él.
En esos escenarios, Jesse no era infiel.
Yo era su prioridad.

« Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón y me metí en el baño. Marqué a mi hermana mientras las lágrimas empezaban a salir sin señal de que iban a parar.

— ¿Hay más noticias?— preguntó Ariella divertida al otro lado de la línea —. Estás llorando... ¿Que pasa, Penn? ¡Hablame!.

— No sé por qué acepté venir a este viaje — logré decir entre sollozos.

— ¿Te ha golpeado? Si ese hijo de puta te ha tocado, te juro Penélope, que le voy a cortar los huevos.

— Calma Ari, no me ha lastimado... Físicamente — tomé un respiro para encontrar algo de calma y continué —. Estábamos charlando y tomando algo con su familia en el jardín, pero subí a la habitación para ponerme una chaqueta y noté que su celular del trabajo estaba sonando sobre la mesita de noche — sentía las lágrimas volver a correr por mis mejillas — tenía mensajes y llamadas perdidas de ella.

— ¡Maldito cabrón! Lo odio tanto — podía sentir la furia de Ariella en su voz —. ¿Fue antes o después de la propuesta?

— Después...

•••


— ¿Estás bien honey? — preguntó Aidan haciéndome volver a la tierra —. Has estado callada todo el camino.

— Si creo, no lo sé la verdad — quería llorar desconsoladamente, quería volver a mi país, volver a lo que un día llame hogar. No era de extrañar ex's o de andar pidiéndoles volver, pero había una sensación dentro de mí que me hacía anhelar todo aquello que pudo ser con Jesse —. Es el jetlag, no te preocupes... No he dormido bien, eso es todo.

— ¿Estás consciente de que no te creo, verdad? Estoy esperando salir del primer día y que me cuentes lo que realmente pasa — Dijo mi amigo antes de darme la espalda y cruzar la calle hacia el restaurante donde iniciaban nuestras actividades.

Recordaba haber visto fotos del lugar, sus exteriores, el bar, la cocina y nunca fue tan magnífico como lo veía en ese momento.

Tenía algunas mesas por fuera con sus respectivas sombrillas, algunas plantas adornaban la entrada y un alto atril de mármol negro que iba a juego con el resto del lugar.

— Buenos días — habló con amabilidad y una amplia sonrisa el joven del atril —. Ustedes también son pasantes ¿Correcto?.

— Si, correcto — respondió Aidan porque yo parecía montubia con la boca abierta admirando el lugar.

— Justo a tiempo — dijo mientras acomodaba unas hojas y preguntaba nuestros nombres.
Dimos la información que nos pidió y entramos, al parecer éramos los últimos en llegar.

De pronto se nos acercó un guardia y nos reviso con el detector de metales, me sentía una vil criminal. Nos hizo un ademán de manos indicándonos avanzar hacia el lado izquierdo del lugar.
En ese momento, una bella mujer pelirroja, alta, impecablemente vestida y peinada nos acompañó a una larga mesa, que a juzgar por el arreglo, estaba lista para recibir comensales.

— Soy Atenea, un placer — mostró su perfecta dentadura y nos guío a nuestros asientos una vez verificado nuestros nombres —. En unos minutos llegará el chef y el director de pasantías para dar a cabo una pequeña reunión antes de empezar — terminó diciendo para todos los que estábamos ahi.

Le di un último vistazo a lo que pude de aquel imponente restaurante y es que estaba maravillada. La luz entraba con facilidad gracias a los ventanales de cristales limpios que envolvían el restaurante, incluyendo la enorme puerta.
Todo era de color negro, dorado y beige. Perfectamente combinado y ubicado, era un sueño.

 Perfectamente combinado y ubicado, era un sueño

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— Estoy nerviosa — le dije susurrando a mi mejor amigo.

— No eres la única, solo que al menos yo sé disimular — nos miramos cómplices y reímos por lo bajito —. Pero definitivamente el de lentes que está al frente no está nervioso y no es tímido ni a palo.

— ¿Por qué lo dices? — respondí mientras revisaba mi celular.

— Penélope, a veces las cosas pasan en tus narices, pero por estar como avestruz con la cabeza gacha nunca notas nada — en un movimiento me quitó el celular —. Alza los cachos y mira al de lentes, te ha comido completa una vez que entraste por esa puerta.

Y era cierto, el de lentes me estaba mirando y no era tímido.
Era de piel morena, algo robusto y barba a medio crecer. Tenía cejas pobladas y unas pestañas que las podía notar detrás de sus lentes a la distancia.
Me lanzó una media sonrisa ladeando un poco su cabeza y de sus labios salió un movimiento que leí perfectamente en 'Hola'. Sonreí de vuelta y agache la cabeza una vez que sentí como empecé a sonrojarme.

— Buenos días con todos — se escuchó un hombre hablando mientras de dirigía hacia nosotros — Soy Mauricio Escalante, director de pasantías de la sede española de la Escuela Internacional de Chefs. Es un gusto poder tenerlos aquí, en uno de los lugares más prestigiosos de Madrid para que puedan aprender y aportar a este maravilloso arte de la gastronomía.

Sentía que mientras más hablaba este hombre, más ansiosa estaba.
Empecé a temblar un poco y es que no entendía porqué tantos nervios se habían desatado en mi.
Alcancé la copa con agua fría que había frente a mí y empecé a beber de ésta con necesidad.

— Ahora le daré paso al creador de este imperio — dijo el señor aquel.

— Buenos días. Soy Pedro Pascal, chef y propietario de ANCESTROS.

Escupí el agua que tenía en la boca, reconocí esa voz al segundo que la escuché.
Ante el momento tan bochornoso que había causado sentí los ojos de todos en mí, incluso los que no estaba segura si quería ver.
Alcé la mirada y ahí estaba observandome con ojos penetrantes, el vecino, el del portazo y ahora el chef.




°°°
Nota:
Holiii a quienes lean esto :)
He publicado seguido en estos días porque probablemente esté muy corta de tiempo en los próximos.

En todo caso, espero la estén disfrutando ❤️


Entre Fogones (Pedro Pascal) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora