Capítulo 10

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((PENÉLOPE))

Llegó el viernes y la primera semana se había ido más rápido de lo que esperaba.
Pedro estuvo en algunas horas de prácticas y el resto del tiempo estuvimos con Manolo, el encargado de cocina, por lo que pude estar bastante tiempo concentrada.

Porque sí, la presencia de la arrogancia hecha persona me ponía en situaciones que no lograba controlar del todo.

Tenía una vista preciosa desde la mini terraza del departamento, por lo que disfrutaba mucho sentarme a ver las luces de Madrid mientras el cielo oscurecía.

De repente sentí algo en el pecho, esa sensación de añoranza y soledad cuando estás en otro país sin tu familia.
Extrañaba mucho a mi mamá y a mi hermana, no tengo recuerdos claros de mi padre, murió cuando era una bebé y mi mamá hizo lo que mejor pudo conmigo.
Ariella, mi hermana menor, era el mejor regalo que había recibido en la vida. Era diez años menor a mi y era una maldita loca, se parecía mucho a su padre.

—¿Por qué tan sola guapa?

—Porque me estoy tirando un pedo —Aidan me miró con cara de asco y solo pude reírme ante su gesto.

—No has dejado de fumar desde que estás aquí — arrastró una silla para sentarse a mi lado — Y sabes que no debes hacerlo ¿Que te preocupa tanto?

Sabía que Aidan no era de los que juzga, por eso era mi mejor amigo, pero sabía que al decirle lo que realmente me pasaba iba a recibir una madrazo de su parte. Quizás y hasta lo merecía.

—¿Es por Jesse?— soltó sin más. Lo miré, suspiré y sentí como las lágrimas se acumulaban en mi ojos. Solo asentí con la cabeza mientras reprimía mis ganas de llorar.

—Hay momentos en que lo extraño, extraño su olor, sus manos...

—Penn, creo que ya va siendo momento de que sueltes lo que pudo haber Sido tu perdición. El tipo te engañó en repetidas ocasiones y esas son cosas que no se perdonan.

—Nos íbamos a casar— dije entre lágrimas hundiendo mi cabeza entre las rodillas.

—Y que bueno que no pasó, para ser sincero— Dass llegó a nosotros con una botella de tequila y tres vasos de shots —no estarías aquí.

—Sabemos que eres una chica que siempre ves lo bueno de las personas que amas, confías mucho una vez que te siente bien, pero eso no quiere decir que todos sean buenas personas —dijo Aidan sujetando mis manos.

—Quiere decir que aveces te pasas de estúpida—  miré a Dass con ojos de ofendida y éste me extendía un shot.

—¡Baby!— refutó su novio.

—Quisiera olvidar todo esto— me seque las lágrimas, suspiré lo más profundo que pude y volví a mirar a mis amigos —realmente quisiera tener un switch y olvidar todo.

—El alcohol ayuda mucho en eso — Aidan y yo miramos a Dass de golpe. Siempre tiene respuestas a todo. Los tres reímos, eran las mejores personas que pudieron haber coincidido en mi camino.

—¿Y si nos vamos al bar del que habló Lucien? —comenté recordando la invitación que nos hizo esa tarde.

—¿Quien es Lucien?

Entre Fogones (Pedro Pascal) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora