Capítulo 17

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((PEDRO))

Su cuerpo temblaba debajo de mis brazos y sus sollozos se ahogaban en mi pecho, sentía la humedad de sus lágrimas en mi camisa y no me importaba en lo más mínimo.

Me separé un poco y levanté su rostro entre mis manos tratando de encontrar alguna respuesta, pero solo veía la explosión de lágrimas que hacían que sus ojos se vieran más claros. Malditos ojos que me atrapaban cada vez que se encontraban con los míos.

—Lo siento— dijo ella retrocediendo un poco y limpiando sus lágrimas — tuve un momento bastante... Incómodo y... Nada. Buenas noches.—  Pasó de mi y empezó a caminar en dirección a su puerta y yo hacia la mía. — De verdad no es necesario que me siga, estoy bien.

—No te estoy siguiendo, Penélope. Mi departamento está a dos puertas de la tuya. — dije señalando mi lugar y ella solo dió miradas hacia donde yo me dirigía susurrando por lo bajo algo que no logré entender. —Toma una ducha y descansa, mañana será un día pesado en el restaurante.

Entré a mi pieza e hice exactamente lo que le aconsejé a Penélope.
Tomé una ducha, me preparé un té y antes de acostarme, me senté un momento a revisar los papeles que me había entregado Simon.
Eran papeles de los abogados con el caso de Tamsin.

Me costaba entender porque no recibía papeles de divorcio por su parte y porqué ella no había aceptado mi solicitud a éste.

Había estado largo rato revisando documentos que no supe en qué momento me había quedado dormido.
La alarma me despertó del profundo sueño, haciéndome notar que pase la noche sobre el escritorio y que el dolor de cuello que tenía me iba a joder la existencia.

ANCESTROS había Sido reservado en su totalidad para un brunch de ensayo de la boda de la hija de un político y era el día en que los pasantes harían su primera prueba.

Una vez había llegado al restaurante, sentí un hueco en el pecho al ver la sutil decoración de las mesas. Recordé el banquete de ensayo para mi boda, el que decidí preparar yo mismo para sorprender a Tamsin.

Era cierto que todo lo sucedido ya no dolía como antes, pero no podía negar que los sucesos me habían dejado tan roto, tan dañado, que hasta llegué a desconocer el hombre en el que me había convertido.
¿Como pude pasar de ser el ser más romántico y enamorado al más frío y superficial?

—¿Esto es una boda o un velorio?— habló Simon señalando mi ropa. Había optado por el uniforme negro, me hacía lucir más elegante y no iba a pasar confundido con el uniforme blanco de los pasantes.

—Será tu velorio si sigues así de gracioso — sentencié mientras estrechaba su mano en un saludo.

—Pedro el Amargado, ese hubiese Sido el mejor nombre para este lugar — bromeó y solté una pequeña risa mientras nos dirigíamos a la cocina — ¿Revisaste los papeles?.

—Todos y cada uno.

—¿No te parece raro?

—Creo que está esperando que le dé todo lo que pide para firmarlo. ¿Tienes noticias sobre la prueba de ADN?

—Nada. El abogado dijo que llamaría hoy por la tarde para saber algo sobre eso, pero creo que tampoco va a ceder. ¿Que harás si es tuyo?.

Entre Fogones (Pedro Pascal) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora