Capítulo 3

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-Te traje de beber- esa cabellera castaña que sueño por las noches ahí estaba. Frente a mí. -Se que no he hecho algo que te asegure lo que siento por ti o he sido franco siquiera.

-Hoseok

-Nena, déjame hablar.- asentí -Luego de la muerte de mi abuela, lo único que me quedaba era mi hermana. Y la perdí. Lo hice, imagina el sentimiento- asentí mostrándole que lo hacía -Ella era todo para mí, era todo lo que tenía y cuando no estuvo decidí convertir todo ese amor en venganza.- tomó asiento en la cama -En mi familia siempre estuvieron esas historias sobre vampiros y nosotros con la sangre azul. Le llamaban sangre azul porque la nuestra era especial, eso decía mi abuela. Yo no lo creía, pero cuando vi un vampíro con mis propios ojos comencé a creer. Así que me relacioné con ocultistas y cualquier mierda que me ayudara de alguna forma. Entonces te conocí. Decidí usarte para mi propósito. Y mierda me importaba tu bienestar. Al inicio así fue.- buscó mi mirada -Luego me gustaste, mucho. Entonces no quería dañarte. Cuando no te permití beber de mi sangre, cuando la envenené- especificó -Me sentí como la mierda cuando te vi tan débil, me prometí a mi mismo que jamás te haría algo como eso. Lo juré en la memoria de mi hermana. Luego te hallé en ese sótano, débil en demasía y terca por destruirte. Me llené de dolor con la imagen, debí saber que te amaba en ese momento, porque lo hacía. Me diste todo lo que me fue robado, me diste una familia. Tengo una familia aquí y todo es gracias a ti. Pero no puedo solo quedarme si no estamos juntos. No podría porque mi corazón es egoísta y te quiere para mí.

-Los tríos... nosotros...

-No los propuse, los permitía porque pensaba que era lo que tú querías. Quería que fueras feliz y estar contigo aunque tuviera que compartirte. Pero... cuando el hermano de Namjoon vino aquí y noté esa... relación entre ambos me llené de rabia. De celos. Me creí desechado.

-Yo nunca estuve interesada. Dormimos juntos hace más años de los que posees pero no fue nada. No significó nada.

-Aún así estabas encantada con su atención.

-¡Así soy! Soy coqueta por naturaleza.

-¡Pues no me gusta! Me llena de celos y quiero matar a quien te mire, quien te desee. ¿No entiendes?

-Yo también te amo- decirlo en voz alta fue como levantar un gran peso de mis hombros. -Te amé todo este tiempo. Creía que si no lo hacíamos, si no follábamos con otras mujeres ibas a cansarte de mí. Creí que sabías como me sentía e ignorabas mis sentimientos adrede.

-No, nunca supe interpretar los tuyos- uno de los tantos poderes que Hoseok había recibido al ser convertido fue él del interpretar los sentimientos, por ello pensaba que él sabía de los míos. -Eran desconocidos para mí, ¿sabes lo frustrante que era? Siempre estábamos rodeados de amor, pero no nuestro. Sentía el de Lluvia y Namjoon, el de Jenny y Jungkook, Hana y Taehyung, mierda, hasta el de Min, sentía a Min amando a Madai incluso antes de que el lo supiera. Pero te veía a ti y no veía nada.

-Lo siento

-No tienes que disculparte por nada. Yo lo siento.

-Tampoco debes disculparte.

-Pero quiero hacerlo. Lo necesito. Porque ahora entiendo que soy un cobarde, que si te hubiese dicho antes de mis sentimientos las cosas no estuvieran como están.

-No tenemos como saberlo.

-Dame una oportunidad. Déjame demostrarte que te amo como digo amarte. Que mi razón es nula cuando te veo. Que mi cordura se pierde cuando tu presencia se impone.

-Podemos intentar.

-¿Intentar?

-Intentar amarnos. Tratar de vivir esto que sentimos. Es nuevo para mí, es nuevo para ambos. Podemos tratar ambos de... amarnos.

-¿Me perdonas?

-Solo si lo haces conmigo.

-Lo hago

-Bueno- dije por lo bajo

-Te amo- aquel temblor en su voz fue el detonante para que mis lágrimas salieran por montones. -¿Por qué lloras?

-Eres un tonto- me lancé sobre el para abrazarlo, lo extrañaba tanto.

-Lo sé- me abrazó con más ganas, tiré de el hasta recostarnos sobre la mullida cama.

-Jessica voy a necesitar que...- mi hermano tan oportuno como un embarazo de adolescente.

-Largo de aquí. Estamos teniendo un momento.- inquirió el castaño haciendo a mi hermano salir del cuarto fingiendo mala cara.

-Te amo- quise hacerle saber.

-¡Nena!- gruñó contra mi boca haciéndome tensar mientras la suya buscaba tomarme de manera lenta. -Quiero besarte.

-Sabes que siempre voy a querer que lo hagas, siempre.- sus manos fuertes tomaron mis muslos y nos acomodamos mejor para que nuestros cuerpos quedaran lo suficientemente cerca del otro. Para que su cuerpo y el mío sean uno.

Sus labios tomaron los míos con ganas tortuosas, ganas que les devolví con impaciencia. Su lengua me probó con delicadeza mientras sus manos me sujetaban con posesión.

La unión de ambos cuerpos comenzó a incomodar, deseábamos más, estar más unidos si aquello era posible.





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Tiempo De...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora