Capítulo 4

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-Hay algo que quiero hablar contigo Yoongi- pronunció con tranquilidad, pero mi cabeza era un lío en estos momentos, no quería esta conversación.

-Claro.

-¿La amas aún? Porque...

-Luz

-No quiero que te sientas condenado a estar conmigo solo porque te ayudé. Yo... si quieres que me vaya, si quieres estar con ella y deseas dejarme ir lo haré. Lo prometo.

-No me siento condenado. Me siento amado, apoyado. Déjame hablar con ella. Quiero... yo se lo que quiero, yo se a quien quiero a mi lado. Lo juro, no tengo dudas de ello. Pero antes de decirte cualquier cosa quiero hablar con ella. Hay cosas que no están claras entre ambos.

-Te entiendo. Ella es linda, muy fuerte también.- agradecí que nada más salió de su boca. Cuando al fin quedó dormida me cambié y bajé las escaleras, deseaba caminar un rato. Pensar.

No tuve tiempo de hacerlo, frente a mi estaba ella. Llevaba pantalón y camiseta, su cabello recogido, venía acompañada de la bruja. -¿Podemos terminar esa conversación?- pedí como un susurro cuando intentó ignorarme.

-Lluvia ¿le dices...

-Tranquila, tu ve.- la otra tomó sus cosas y se perdió por el pasillo.

-Abajo no hay nadie- me guió hasta las escaleras, aspiré solo para sentir ese olor característico en ella, era una flor pero nunca supe cual.

-Hace algunos días dijiste que... preguntaste si te amé alguna vez- dije apenas estuvimos en el piso de abajo, ni siquiera había tomado asiento. -Lo hago- dije seguro -No supe lo que sentía hasta que no llegué a ese castillo. Aquella noche perdí lo único que me importaba en todo el mundo. En toda mi existencia. Me llené de rencor. Conmigo, me odié a mi mismo al ver todo lo que provoqué. Yo te había llevado allá, yo te había atado. Yo te dejé sola. Yo..., la ira me recorrió. Desee morir ese día, pero cuando ví lo que dejaron escrito mi enojo se extendió. Quise ir contra ellas, hacerlas sufrir de igual o peor manera, matarlas y cuando consiguiera aquello quería acabar con lo ultimo que te dañó.

-Tú- dijo con los ojos abarrotados de lágrimas.

-Mi madre fue participe de lo que te pasó. Te rastrearon por ella, ella las guió conmigo.

-¿La ma... La mató - afirmó, me conocía demasiado bien como para saberlo. -¿Me ama? Aún así no se aparta de ella. Los primeros días estaba confundida, creía que me había reemplazado, es decir. Ella es tímida y sumisa. Es justo lo que yo era, cuando...- sacudió la cabeza negando -Pero hay algo que nos diferencia, la forma en la que la mira, como lo mira ella. No hay más que amor y ternura en su mirada cuando la ve. Adoración. Y ella... ella lo mira y no hay miedo, ella no le teme. ¿Tanto la ama para no mostrarse como es frente a ella? Conmigo no tuvo ningún problema de mostrar el monstruo que puede llegar a ser, golpearme, someterme, seducirme y doblegarme, dominarme.

-Basta

-¿Por qué ella es mejor? ¿Qué la hace superior a mí?

-¿Qué quieres de mí?

-Quería que la echara cuando yo llegué. Quiero que la saque de aquí y que me elija. Que le diga que no es más que un reemplazo para lo que creyó perdido. Que sea lo suficientemente cruel como para que no regrese por su atención. Porque tiene esa cara. Esa cara que dice que me esta diciendo esas palabras bonitas y todas esas explicaciones porque la eligió a ella. ¡La eligió a ella después de que me torturaron por años! Después de que lo llamé entre lloros. Mientras más lo llamaba más fuerte me golpeaban y aún así lo hice. Lo hice porque lo extrañé desde el momento que me llevaron lejos. Que lo amé cada día con más fuerza y que lo que sentía por usted fue más fuerte que cualquier horror que viví allá. Déjela.- dio un paso más, luego otro y otro, sus manos fueron a mis hombros y luego a mi cuello.

El solo toque hizo arder mi piel completo, ella era deseo puro para mí. -No puedo hacerlo.

-Pero si puede dejar mi alma, mi vida rota.

-Tienes más personas que te aman, que velan por ti.

-¿Pena? ¿Siente pena por ella y por eso me hace esto?

-La amo- la vi reír con sorna

-Acaba de decir que me ama pero prefiere dejarme por alguien a quien también ama, ¿que la hace superarme? ¡¿Qué la hace mejor?!

-Madai...

-Es por mis marcas. ¿Ya no desea mí cuerpo?

-Lo hago. Mierda que lo hago como el primer día- esta vez fue mi cuerpo cual fue contra el suyo hasta dejar ambas bocas tan juntas que apenas aire pasaba en medio de estas. -Mi cuerpo arde con solo pensarte.- admití y sus labios me probaron.

Aquello fue maravilloso, la sentí luego de años y para mi fue un placer, uno que no duro siquiera un segundo. La realidad me golpeó como una perra. Tierra se sentiría terrible si viera, o escuchara sobre esto. Yo me sentía mal por la misma proximidad. Lo detuve. -Esto no puede volver a pasar. Voy a... mañana voy a irme.

-Solo yo puedo devolverles sus dones.

-¿Cuándo?

-Cuándo esté lo suficientemente fuerte

-Me iré. Con ella, cuando eso pase... Hoseok va a avisarme y yo... nosotros nos iremos.

-La sigue eligiendo

-Lo hago, la amo.





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Tiempo De...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora