Capítulo 4

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-No estoy segura de esto- era la primera vez que veía a Jessica mostrar miedo, pero no era para menos.

No teníamos nuestra magia y posiblemente tampoco nuestra inmortalidad. Si esto lo provocaron las criaturas de los cielos el cerco que estos crean no solo nos hace débiles, sino que también nos hace mortales mientras estemos en ella, así que corremos verdadero peligro de morir.

Nos tomamos de las manos y caminamos con rumbo al mar, el camino comenzaba a dejar de notarse, por lo que debíamos hacerlo rápido.

En algún punto cuando la marea fue demasiado acabamos por soltar nuestras manos pero tratábamos de mantenernos cerca aún así.

-¡MARIE!- noté que Jessica la buscaba y no pude hacer más que entrar en pánico al tratar de seguir aquel característico pelo rojo, se había sumergido, o hundido.

Antes de reaccionar, mi compañera ya lo había hecho, la traía hasta la superficie mientras las olas no paraban de azotarnos haciéndonos alejar una de la otra.

-No sabe nadar

-Quédense juntas, yo bajaré.

-No- ninguna parecía desear desistir.

-No está en discusión, ninguna está en condiciones. Somos demasiado débiles aquí.

-Por lo mismo, no podemos quedarnos a merced de lo que sea que encontremos allá. Yo la llevaré- propuso Jessica y no tuve más qué asentir y sumergirme para que estas me siguieran, éramos humanas aquí. Se que para Jessica es más difícil, ella nunca lo fue aunque según me contó se encontró bastante débil cuando la sangre de su pareja la había hechizado cuando aún era humano, aún así dudo que se parezca a esto.

Luego de lo que parecieron minutos enteros logramos encontrar una caverna que nos dió tiempo para orientarnos.

Sentía hacia donde debíamos ir pero no sabía el camino con exactitud, era como nadar sin rumbo y con la esperanza de que llegaremos a ella, esperando poder salir.

Las alas de un ser se acercaron hasta donde estábamos y me tensé, estaba demasiado cerca de Marie y Jessica y esta iba demasiado concentrada en ayudar a la primera como para notarlo.

Acabé entrando al campo de visión de la criatura, tenia unas alas enormes que le ayudaban a impulsarse con rapidez, ojos en ellas, otro par de ojos en su rostro y no tenia boca. La parte donde debería estar se encontraba cerrada, ni siquiera tenía los labios.

La vi tomar un cetro y apuntarme con él pero la mano de Jessica fue a una de los ojos que se encontraban en sus alas y lo hizo sangrar, aquello fue suficiente para hacerla mirarla e ir contra ella mientras sus alas me lanzaban lejos.

No sabía donde estaba Marie pero de algo estaba segura, debía hacer algo, y hacerlo rápido.

Como pude me lancé sobre la criatura y enterré mis dedos en sus ojos mientras Jessica intentaba quitarle el cetro que tenía, enterré con más fuerza los dedos en ella y Jessica tuvo la oportunidad de arrebatarle el artefacto y atravesarla con el haciendo que se convirtiera en un polvo que al mezclarse con el agua esta se tornara turbia.

Mi primer instinto fue buscar a Marie en el agua que nos rodeaba, Jessica tocó mi rostro haciéndome exaltar pero al notar que era ella relajé mi cuerpo. Nadamos hasta ella, la había dejado o enviado hasta la caverna en la que nos encontrábamos antes de encontrarnos a la criatura de los cielos.

De pie frente a un cadáver que en instantes se convirtió en polvo estaba Marie, tenía una herida de la cual salía sangre ennegrecida en el rostro y sus ropas se manchaban con el mismo líquido indicando que también está herida en su costado.

-¿Porqué...

-No es su sangre- aseguré -Como ya su organismo no la consume se pudre en su cuerpo, pasa lo mismo con nosotras.

-Eso...

-Eso quiere decir que si no nos matan esas cosas, nos matará nuestro propio cuerpo.- noté a Marie limpiarse con furia.

-Vamos rápido

-Ahora tenemos dos armas.

-Y una de nosotras no nada.

-La que no nada mató a una de esas cosas sola.- se quejó

Había algo diferente en Marie, una actitud que no conocía en ella, aunque básicamente mi conocimiento de su persona es ella encerrada con su pareja mientras este la sometía para lograr descansar sin que ella escapara o intentara dañarse.

-Si salimos vivas de aquí le diré a honney que lo amo, aunque acabe con lo que tenemos.

-Cuando salgamos de aquí voy a llorar al ver la felicidad de Namjoon.- ambas reímos, nos dábamos tiempo de descansar antes de volver a nadar. -¿Y tú Marie?

-Lo más probable es que sea encerrada de nuevo.- dijo aquello para salir de la caverna siendo ella quien nos guíe a nuestro destino.

-El no haría algo como eso. La ama, puedo verlo por como la trata.

-Ella rompió la conexión, la ama. Pero la amó después de unirse, no es real. Como Honney y yo.- la voz lastimera de Jessica me hizo sentir pesar, ambas salimos de la caverna y seguimos a nuestra amiga cuál nadaba de manera lenta y desordenada.

De pronto una amargo sabor de boca llegó a mí. ¿Que pasa si el señor Namjoon no me ama igual cuando regrese?

¿Y si no somos capaz de regresar?

¿Qué pasa si mi cabeza está jugando conmigo?

No es posible que Namjoon, un vampiro de más de mil años mal interprete el don de una vampiresa, más aún cuando el suyo es el de conocimiento y discernimiento.

¿Y si la equivocada soy yo?




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Tiempo De...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora