Aroma a Cafe #2

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Era un día gris y parecía que iba a llover, esos días provocaba quedarse en casa, pero el tenía que ir a la universidad y pasar sus clases. 

Tiago caminaba lento a la parada del colectivo y cuando llegó a la universidad, se sentó en una de las últimas sillas para que su mirada se perdiese en las nubes cargadas de agua. 

La ciudad se veía triste. 

Por suerte su mejor amigo llevo mate a la clase sino, no podría haber aguantado todas las unidades de historia del pensamiento. Tiago estudiaba literatura y letras, le gustaba la poesía asique de verdad disfrutaba las clases pero hoy, hoy se sentía irreal para él. 

Casi a la última clase a eso de las 6 de la tarde se despidió de su amigo y fue a buscar unos libros en la biblioteca, desgraciadamente no podía bajarlos al celular asique solo fue a buscar ese libro y ya cuando terminó eran cerca de las 8 de la noche. 

Tomo el colectivo que lo dejaría cerca de su casa y saco su cuaderno de anotaciones mientras iba leyendo y se movía al ritmo de la velocidad que iba. 

Mi estrategia es 

Que un día cualquiera

Nose cómo ni se

Con que pretexto 

Por fin me necesites 

Mario Benedetti- lo escribió y sintió que ese día gris tenía un toque de mágico gracias a ese poema. 

Una sonrisa apareció en sus labios cuando leyó aquel poema en su corazón crecía el deseo de poder decirla: 

Que alguien lo necesitará era su sueño, que alguien lo pensará y lo supiera suyo y que el se supiera dominado hasta el alma. 

Tiago era un alma enamorado de los sentimientos y aunque nunca se había enamorado no tenía miedo de hacerlo. 

Bajo del colectivo y camino las 6 cuadras que faltaban hasta su casa, ahora el cielo se veía hermosa con toques morados, azulado y amarillento. Ya podía oler el olor de la comida de su mamá. 

La calle estába solitaria y luego de cruzar por un callejón estrecho el eco de sus pasos se vio opacado por un par más; eran suaves y fluidos como si la persona tuviera ensayada lo que haría y su manera de caminar. 

Antes de que Tiago se diera vuelta para dejarlo pasar, sintió que lo tomaron por el hombro. 

Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza. 

Se sobresalto al sentir la mano pesada del hombre y aunque el se consideraba un chico alto, ese hombre era corpulento e igual de alto. Se estremeció al sentir un susurro. 

— Juguemos un rato vos y yo. 

La voz lo hizo temblar de pies a cabeza y antes de comenzar a correr, el tipo le puso una navaja en la parte baja de su espalda y le tapo la boca, antes de saber lo que estaba sucediendo era guiado de vuelta a ese callejón solitario. 

Una fuerza irracional lo lanzo al suelo y su espalda se arqueo de dolor, sus ojos se acostumbraron a la falta de luz y miro con pánico al atacante. El sujeto se fue encima suyo y lo tomo de la mandíbula para evitar que gritara y de a poco la poesía se fue inundando con llanto. 

— No… n.no me haga nada por favor. 

La voz rota y temblorosa de Tiago apenas salió fuerte, que hace que un hombre quiera abusar de otro? Obsesión? O simplemente algo enfermo. 

— Ssh solo jugaremos. 

Tiago comenzo a golpearlo y hacer fuerza para poder escapar de sus manos, cuando sintió un ladrillo cerca, lo tomo con la mano aprovechando que el hombre estaba besando asquerosamente su cuello y lo golpeó en la cabeza. Cómo pudo se levantó para poder llegar a la calle iba a correr. 

Los Del Espacio - One Shots Litiago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora