El aula estaba llena como de costumbre, pero no podía importarle menos a Morgan pues ella hacía su mayor esfuerzo por no delatarse a sí misma arrugando la nariz o con cualquier otro gesto, su corazón latía tan rápido que juraba saldría de su pecho así que concentrarse en él para no oír a los demás no era una buena opción.Y ahí la tenían, una chica intentando adaptarse a los cambios de su cuerpo al mismo tiempo que no ser descubierta por los que se podían convertir en sus verdugos, pan comido. Para intentar no llamar la atención en caso de un accidente Morgan se sentó al final de la clase y escondió su rostro entre sus brazos imitando estar dormida aunque solo fuera para para disminuir los olores.El aroma tan desagradable seguía se hacía cada vez más intenso, levantó la mirada para saber quién era pero los olores seguían sin ser claros para ella, no podía separar unos de otros y eso dificultaba su tarea.— ¿Te sientes bien Morgan? — Preguntó un compañero al ver tan destruida a la chica, no eran amigos pero Morgan era una persona agradable así que la preocupación fue genuina. — Pareces enferma.— Estoy mejor que nunca. — Respondió irónicamente. — Gracias por preocuparte.— ¿Segura que no quieres salir de aquí? Yo podría llevarte a tu casa.— Estaré bien.Sin agachar la mirada he intentado respirar más profundo, pero sin parecer un perro olfateando la chica se centró en encontrar la fuente exacta del olor entre todos los alumnos presentes. Si tuviera que describir todo lo que sentía en ese momento explotaría, podía decir que era una mezcla de miedo con una emoción extraña gracias a la adrenalina, también sentía que casi podía ver los olores frente a ella como una nube pero, si se enfocaba en eso los olores se convertían en cuerdas atadas a lo que fuera que emanara el olor. Fue así como detectó a los dos jóvenes que apestaban a sangre. Chicos y chica, compañeros que pocas veces notaba pues no solían hablar con nadie, ahora tenía más sentido que fueran introvertidos.A la única que conocía era a la chica ya que había tenido que trabajar con ella para un proyecto pero no podía decir mucho de ella ya que ni siquiera había hecho su parte del trabajo.Contando cada segundo que transcurría esperó con paciencia para poder salir del aula sin levantar sospechas, se sentía a sí misma siendo paranoica pero prefería exagerar a terminar arruinando las cosas.— Morgan, ven anda. —Susurró una voz que parecía no tener emisor. — Sé que puedes oírme, camina al final del pasillo.En definitiva esa era la voz de Mary así que no tuvo problemas en ir hasta ella, el superoído era genial. — Lang me dijo que viniera por ti y te llevara a su casa ¿Qué está pasando? — Creo que encontramos cazadores, o eso fue lo que me dijo ella.Mary se tensó en cuanto escuchó esa palabra, algo debía de estar muy mal en verdad para que los cazadores estuvieran tan cerca.— Larguémonos de aquí, no es seguro hablar de esto. Morgan aún no podía acostumbrarse a la idea de entrar a lo que ella seguía concibiendo como el barrio más peligroso de la ciudad, mucho menos en un auto algo lujoso como era el de Mary.— No me gusta estar aquí Mary, no me agrada esto.— Lo sé amiga, pero puedo decírtelo yo también, Lang no quiso traerte problemas, incluso dejó que la llamaras princesa ¿Sabes cuánto trabajo me costó a mí para que pudiera hacer eso?Ambas rieron cómplices pues molestar a la loba parecía ser su nuevo pasatiempo, se dedicarían a lanzarse a Lang como una pelota de ping pong. — De cualquier manera, no sé si algún día llegue a acostumbrarme a esto.— Oh claro que lo harás, al principio, cuando me volví en esto. — Dijo mientras se tomaba una momento para señalarse. — Pensé que no valía la pena vivir de esta manera, pero me di cuenta que solo soy diferente y tenía que afrontarlo.— ¿Qué edad tienes? — Cuestionó curiosa— No lo sabrás tan fácil niña, nadie lo sabe, el primero que lo adivine será campeón.Entre bromas para alivianar la tensión que ambas sentían llegaron al salón de Lang donde la alfa ya las esperaba a ambas, se notaba lo impaciente que estaba por los incontables tics que presentaba pero ambas chicas decidieron ignorarlo.— ¿Descubriste quien olía así Morgan? — Eso creo, me costó trabajo pero podría decir que sí.— Lang ¿Qué tan grave es? — Interrumpió Mary. — Si son muchos cazadores se pueden desatar grandes problemas.— No tengo idea, mandé a Samuel a investigar, necesitamos sacar a esas basuras cuanto antes.— No es bueno que mandes solo a Samuel, tiene que ir con un equipo al menos, no sabemos que nos espera.— No fue solo, tranquila, también coordiné a las patrullas, desde ahora habrá el doble de vigilancia.Morgan comenzó a comprender lo serio que era el asunto hasta ese momento donde quedó fuera de la conversación.— ¿Hace cuantos años no había cazadores? ¿Once años? — Lang parecía más afectada que Mary.— No volverá a pasar lo mismo, esta vez nos dimos cuenta antes.— Lo sé pero, es difícil no pensar en eso.Por algún motivo Morgan no pudo resistirse a esas palabras ya que parecían en verdad doler en la boca de Lang. Un recuerdo poco agradable que la destruía. — Por ahora se deberán limitar las actividades hasta saber más sobre el tema. — Completó Mary. —Tengo que informar así que es mejor que me vaya. Morgan ¿Quieres que te lleve a tu casa? — Lang no quería dejarla ir, se negaba a aceptarlo pero también sabía que si decía algo al respecto era posible que Morgan se enojara con ella por lo que dio media vuelta para dirigirse al estudio de su padre, el que estaba a la derecha de la entrada y así poder hablar con él en cuanto llegara.— Gracias Mary pero tengo muchas preguntas para Lang en este momento.— Bien, entonces, me voy.Lang agradeció ese momento a solas con Morgan, se sintió feliz aunque no supiera de lo que era lo que quería hablar Morgan.— ¿Qué tan peligroso es en verdad? — Preguntó sin rodeos la omega.— No lo sé, me encantaría saberlo, si esto se sale de las manos, si son demasiados cazadores puede ser muy peligroso.— Pareces muy asustada para no saber.Lang se paralizó un momento, no había siquiera notado lo muy nerviosa que se encontraba, tampoco era consciente de todos sus recuerdos y pensamientos destructivos.— No creo que sea algo que debas saber ahora. —Se esforzó para calmar su cuerpo, apretó los puños y respiró con fuerza pues no quería que sus emociones asustaran a Morgan, necesitaba ese momento para relajarse. —Anda, te llevaré a tu casa, pero por favor, a la menos sospecha de que algo está mal llámame e iré de inmediato.A Morgan no le quedó más que aceptar aquello pues era obvio que no sacaría información de Lang, no cuando la alfa parecía un trocito de gelatina temblando con cada palabra. Pensó que con un poco de suerte en alguno de los libros que aún no leía tendría información sobre los cazadores.Las chicas se dirigieron a la puerta para salir cuando un hombre alto y bien vestido entró a la casa, Morgan no entendió porque se sintió obligada a bajar la mirada en cuanto lo vio, solo podía pensar en el aroma tan fuerte que tenía.— Veo que no olvidaste la cena Lang. — Mucho gusto Morgan, mi nombre es Boris

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Poco Convencional
Science Fiction¿Quién ha de creer que los mundos de fantasía existen? Claro que Morgan no lo creía, ni cualquier persona normal hasta que una chica torpe llegó como estampida a su vida diciéndole "Te amo" " Estamos hechas la una para la otra" Y aunque eso no era...