— ¿¡Qué hacen aquí!?
— ¿Eres idiota? — La respuesta en un momento más casual hubiera sido un lindo si de parte de todos los amigos de la familia. — ¿No ves las remodelaciones?
— Ya maté a tres de los tuyos ¿Qué te hace creer que no mataré a dos más?
La cazadora rió sin darle importancia a las palabras de Lang.
— ¿Esos? Todos son unos inútiles, nuevos reclutas, carne de cañón, no sé si un perro pueda entender esos conceptos. — Se burló.
— Lang, tienes que calmarte. —Comunicó su padre. — Ellos son cazadores muy inexpertos, pero son fuertes y nos tienen en jaque.
— ¿Jaque?
— ¿Tampoco sabes lo que es eso perro tonto?
La forma más rápida para lastimar a un alfa es amenazar a un miembro de su manada frente a este, pff, eso los vuelve locos, el licántropo amenazado probablemente esté dispuesto a dar su vida por la manada, por su alfa, en cambio el propio alfa no se puede permitir sacrificar a nadie, el bien de los demás es el suyo así que esa es su mayor encrucijada.
— Nos costó un poco hacer que se estuviera quieto pero creo que vale la pena.
El beta de la manada parecía más bien no tener conciencia en ese momento, tenían que haberle dado un golpe verdaderamente fuerte para dejarlo en ese estado, o una droga pero tampoco era muy probable en un par de cazadores novatos.
— Creímos que necesitaríamos más de uno para que no se sintieran solos así que pensábamos llevarnos a este. — Obviamente en referencia al beta que habían secuestrado antes.
Ninguno de los alfas presentes dijeron nada, analizaban la situación y la mejor manera de responder a los ataques resultando lo menos heridos posible. Querían rescatar al beta de la manada a toda costa pero no podían ser tontos y arriesgar la vida de los demás.
— ¿Dónde está Samuel? —Murmuró Lang a su padre.
— No lo sé, nos separamos hace más de media hora.
Dana estaba petrificada, su padre era muy fuerte, muchísimos más que ella sin duda, verlo así, como un muerto, ella no podría defenderlo.
— Fue difícil tirarlo, tampoco les vamos a mentir, sería irrespetuoso de nuestra parte. — Comentó la mujer. — Y eso es lo último que queremos.
— ¿Qué es lo que quieren? — Lang se adelantó a cualquier movimiento que pudiera hacer su padre, ella sería más grande. — Vinieron a destruir nuestra casa, a lastimar a nuestra gente.
— Oh claro, que tontos. — Su discurso sonaba tan falso, se esforzaba por ser misteriosos, por ser la representación perfecta de una mala actuación, ellos DEBÍAN de actuar como los villanos, seguro que habían ensayado cada una de sus frases frente al espejo unas cien veces.
— No bromeen, solo díganme que quieren, esto no es un show, estás hablando de la vida de mi gente. — No era el momento pero su padre se sintió orgulloso, ahora estaba más que seguro de que la manada estaba segura con su hija.
— ¿Qué crees que buscan los cazadores siempre?
Samuel, en su forma de lobo, apareció del mismísimo viento, tenía las patas llenas de sangre igual que su hocico y con una habilidad que todo guerrero de la manada envidiaría mordió el estómago de la cazadora.
La brecha se había abierto así que los dos alfas corrieron tras el segundo cazador para de una vez por todas acabar con ese teatro de mierda y poder intentar volver a la normalidad. Los segundos pasaban lentos, casi estaban detenidos y aun así Dana no podía moverse, Samuel había actuado como el verdadero beta de una manada, defendió a todos sin miedo, en cambio ella, ella era tan inútil, no podía creer que...

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Poco Convencional
Science Fiction¿Quién ha de creer que los mundos de fantasía existen? Claro que Morgan no lo creía, ni cualquier persona normal hasta que una chica torpe llegó como estampida a su vida diciéndole "Te amo" " Estamos hechas la una para la otra" Y aunque eso no era...