Las personas del pueblo prepararon un arco de madera y enredaderas, no parecía nada ostentoso. Era todo en el centro del patio de la casa de Lang, justo encima de lo que parecía un pavimentado pero que Dana le había dicho era una roca de ceremonia, fuera lo que fuera eso. Morgan y Mary veían todo desde la ventana de la habitación, que no se notara que la futura Luna de la manada se estaba escondiendo de sus responsabilidades por miedo.
— Todo está listo, parece que se están encargando bien de esto, volveré mañana en la mañana.
— Espera. — Morgan tembló, es que Mary era un lugar seguro en ese momento. —Dijiste que hoy me lo dirías, lo de Lang y su mamá, quédate, por favor.
— No puedo, estas ceremonias son solo para licántropos, tengo prohibido estar aquí en la ceremonia, además, quiero seguir buscando a Lang, debo encontrarla.
— Entonces se hará otro día, yo puedo decidirlo ¿No? Soy la nueva jefa. — Mary sacó la carcajada, fue involuntario, pero es que presentarse como jefa era lo más humano que podía decir. — Y podrás seguir buscando mañana, te ayudaré a ello.
— No, no se puede cambiar, la luna será perfecta hoy, tienes que hacer esto.
Pero no quería, y sabía que no importara que gritara o chillara por horas, podía quedarse sin voz si eso deseaba. La ceremonia tendría que suceder.
Ya había pasado más de una semana y media de caos, ni uno de los cazadores capturados hablaba, al menos eso le decía Dana, ella se encargaba de ellos porque ella no toleraría ver sangre, en realidad se encargaba de todo, era la única que parecía mantener el control en ese momento, tenía algunos diarios de su padre donde se describían situaciones de emergencia y su propio entrenamiento era supremamente útil.
— Pero no me dejes sola aún. — Rogó con la voz rozando la fina línea entre una súplica y el llanto. — Queda tiempo hasta la noche.
La vampira la miró con cariño, ladeó la cabeza y sonrió, es que entendía lo que le debía estar pasando por la cabeza, que eran muchos cambios y responsabilidades de un momento a otro, su vida sería un huracán, lo peor de todo era que no podía hacer nada al respecto.
— Sé que estás asustada, seguro que sigues maldiciendo todo esto, ya me ocuparé yo de llevarte a terapia. — Bromeó. — Me quedaré a contarte la historia de la madre de Lang, pero solo eso, después me iré.
Si se ponían a meditarlo, Mary tenía muchas actitudes maternales, todas obvio, relacionadas con su edad, y lo mejor, eran especialmente útiles en momentos complejos donde solo necesitas un hombro para llorar y no quieres asustar a tu verdadera madre con eso.
— ¿Cómo se supone que puedo empezar eso? — Mary aprovechó la pausa para sentarse en una vieja silla que la mayoría del tiempo fungía como pila de ropa que había dado mucha pereza colgar en el armario, pero milagrosamente en ese momento estaba limpia. — La madre de Lang y yo éramos amigas, mejores amigas, es que en verdad éramos inseparables. — Ya pintaba que el relato iba a ser triste. — Creció conmigo, ella era de otra manada, una a la cual yo tenía que apoyar porque recientemente había sido atacada por humanos, era una niña muy divertida.
La verdad es que Morgan solo quería saber la parte de la historia donde le explicaban porque Dana había dicho que Lang era en parte responsable por la muerte de su madre pero su Mary comenzaba a contar desde ese momento no se atrevería a interrumpirla.
— Supongo que me encariñe con ella porque siempre se preocupaba por mí, me decía que debía sonreír más, me preguntaba como estaba, si tenía hambre, podía pasar noches enteras conmigo solo para no dejarme sola aunque yo la ignorara todo el tiempo. Por eso con los meses terminé cediendo y nos hicimos muy cercanas. Cuándo se volvió una adulta llamaba la atención de todos, es que era muy hermosa, tan amable, yo no podía dejar de seguirla y como mejores amigas pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo juntas. En su cumpleaños 18 fue presentada a las demás manadas, al menos la que tienen una alianza obviamente, ahí conoció al padre de Lang.
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Poco Convencional
Sciencefiction¿Quién ha de creer que los mundos de fantasía existen? Claro que Morgan no lo creía, ni cualquier persona normal hasta que una chica torpe llegó como estampida a su vida diciéndole "Te amo" " Estamos hechas la una para la otra" Y aunque eso no era...