Lang no pudo dormir, tal vez su cuerpo no lo necesitaba en ese momento, ¿Qué cuerpo lo necesitaría después de haber dormido tantos días seguidos? El cuerpo de un humano, no el suyo.
Humanos.
Despejó un poco las ideas tomando un baño de agua fría, dejando que su cuerpo dejará de doler, que pudiera sanar. Le frustraba verse al espejo y notar lo destruida que se veía, es que supo que todo lo que ese hombre le dijo había sido cierto, por eso ya solo le quedaba morir.
Miró sus piernas, esas inútiles apenas y la mantenían de pie un par de minutos antes de fallar, le era más fácil apoyar los brazos y mantenerse "de pié" con esa fuerza, no tenía idea de cómo lograría caminar tanto, pero tampoco dejaría que nadie la viera así de débil.
Masajeó un poco sus mejillas, su cuello, hacía lo que podía manteniéndose sólo con una mano, solo trataba de que el cuerpo le dejara de doler... Igual que cuando estaba con Morgan.
Humanos una vez más.
Era inutil, no podía seguir haciéndose falsas esperanzas con Morgan, ya la había rechazado, era tarde y por más que lo intentara, Morgan no cambiaría de opinión, nunca serían nada. Y ahora todavía se atrevía a abrazarla, a ser cercana sin pensar en todo lo que la lastimaba, eso le quemaba el estómago. Su vida era una gran farsa que la tratara bien solo mientras estaba convaleciente para que la manada no se cayera en pedazos. Por que tan solo no le decía la verdad, le era más doloroso pensar que tenía una oportunidad que tan solo le dijeran la verdad, así la omega pudiera volver a su vida normal con su madre, fuera de todo su mundo, aunque su corazón le reclamase no tenerla, al menos sabría que seguro la humana sería feliz. Porque después de tanto rechazo tan solo ya no podía verla como una más de los suyos, ya no podía verse con ella a su lado, ya no podía verla con nada más que repudio si quería llegar en algún punto de su vida a superarla.
— Lang, ¿Estás ahí?
— ¿Mary? — Lang miró una vez más su rostro en el espejo para limpiarse las lágrimas.
— No tienes idea de lo que me alegra saber que estás bien. — Su amiga no pudo esperar más, abrió la puerta del baño para entrar a abrazar a Lang solo para encontrarla llorando, sin fuerza y tan triste que en lo único que pudo pensar fue en Nara justo antes de morir. — ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes Lang?
La alfa no pudo responder, no tenía palabras que expresaran todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Mary corrió a cargar a su amiga porque los brazos de Lang no resisitirían mucho más y con lo dañadas que estaban sus piernas caería al suelo, que era algo muy fácil de notar. Al tomarla en brazos pudo oler una peste desagradable en la que se había convertido su sangre, algo seguía circulando en su cuerpo, era por eso que no podía recuperarse, era igual a lo que había olido en Samuel solo que tan denso que supo no podría hacer nada.
— Lo siento. — Pese al llanto Lang no tenía la voz quebrada, era más bien un cúmulo de estrés tan grande que solo buscaba escapar en lágrimas. — No quería que me vieras así.
— Que tonta eres en verdad, que te he visto en pañales ¿Qué carajo importa si te veo así?
— Pues, que ya no soy una niña. — Para Mary, Lang siempre sería una niña.
— Incluso los adultos lloran.
Su padre no lloraba, Boris era un hombre recto que siempre se enfrentaba al peligro y ahora que tampoco lo tenía a él, ahora... ahora. ¡Mierda! Es que en verdad nada la hacía sentirse mejor en ese momento.
— No tengo tiempo para esto Mary, debo ir a hablar con el concejo para que ayuden a la manada... en realidad pediré que la reubiquen.
— No puedes salir así Lang, apenas y puedes caminar ¿Cómo se te ocurre que podrás ir tan lejos?

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Poco Convencional
Science Fiction¿Quién ha de creer que los mundos de fantasía existen? Claro que Morgan no lo creía, ni cualquier persona normal hasta que una chica torpe llegó como estampida a su vida diciéndole "Te amo" " Estamos hechas la una para la otra" Y aunque eso no era...