XVI

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Todas las apariencias al carajo, Lang había agachado la cabeza, ese grito la había descolocado un poco, en especial porque Dana era su amiga, compañeras desde que eran muy pequeñas y ella jamás le había hablado así.

— No grites, estamos a tu lado. — Se quejó Morgan por obvias razones, sus oídos estaban por explotar.

— Tú no te metas en esto humana. — Rechistó con un gruñido que bien podía ser una amenaza, lo sentía, estaba a punto de atacar a Morgan y Lang lo notó.

— Bueno... humana lo que conocemos como humana, pues no lo es, Morgan ahora es como nosotras ¡Sorpresa! — Respondió intentando aligerar la situación.

— ¿De qué estás hablando Lang? — Un poco más y Dana escupía bilis.

— Esa imbécil me convirtió en una de ustedes. —Comentó sarcásticamente.

— ¡Oye! fue para salvarte. — Reclamó Lang, dolida por el comentario.

— ¡Cállense las dos! Lang, explícame que es todo esto, ahora. — Ordenó Dana como si en verdad tuviera el poder para hacerlo.

— Tranquilízate ¿Quieres? Puedo decirte que pasa si no gritas, vas a lastimar a Morgan.

Se preocupaba por su mate, eso era lo importante, los sonidos seguro seguían siendo una molestia, no, un verdadero dolor desgarrador.

— No me quiero calmar ¡Me tienes que explicar esto!

— Baja la voz Dana. —Ordenó, ahora era imposible para la beta no acatar la indicación. — ¿Recuerdas el sábado? El día que...

— Que estabas yendo a la escuela, no puedo olvidar lo estúpida que eres. — Gruñó ya sin siquiera intentar ocultar su ira.

— ¿Estabas yendo a la escuela? — Morgan aprovechó para burlarse un poco, ya no era una risa malvada, no quería hacerla enojar o hacerla menos, por primera vez le pareció tierno que Lang en verdad intentara ocultar ese pequeño detalle para intentar "parecer más cool"

— Lo estaba. — Contestó apenada. —Entonces, ese día pasé a la casa de Mary, hubo una fiesta.

Poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora