XXXVII

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— Las reglas son claras respecto de quién puede y quién no hablar en esta mesa. — Alkilab tenía una voz suave, tal vez por eso era quien llevaba el mando, o por su edad (Que repitamos, para los licantropos, un alfa de 60 años era alguien bastante mayor) lo trataban como un sabio.

— Pero, dadas las circunstancias y para honrar a su padre se le permitirá a Lang de Baileyi hablar el día de hoy, con las debidas limitaciones.

Lang hizo una reverencia al grupo de alfas, era algo instintivo, o algo así, ¿Su educación? No quería pensar en ello.

— Si se me permite, entonces me gustaría tomar la palabra primero, Morgan no está tan enterada de la situación como yo. — Oh, cuánta formalidad de esa joven, Morgan no se lo creía. — En todo caso lo único que deseo es evitar algún mal entendido.

— Adelante entonces joven.

— Desde hace un par de meses la manada se encuentra en una situación crítica, específicamente al encontrar a mi mate. — Lang se detuvo para respirar, estaba asustada pero no quería que se demostrara. — Fue atacada por un par de hermanos, al principio sospechamos tanto yo como mi padre que se trataba de un hecho aislado, pero no pudimos continuar con esta teoría cuando un beta de la manada fue secuestrado así como el intento de secuestro de la luna junto con un ataque que dejaba claro que esto era personal.

— Entonces ataquemos a los cazadores, en conjunto no deberían de poder hacernos daño, si se trata de un par de niños no entiendo este gran alboroto. — Pahala parecía un alfa agresivo, tal vez Lang no quería a su gente con él, seguro tenían una manada más tradicional a la que sería difícil acostumbrarse.

— No debemos comer ansias, si ellos no lo hicieron es por algo, Boris era una gran líder, él jamás hubiera dejado que esta situación escalara si no supiera algo ¿No es así? — Preguntó el mayor, con él si, su gente sería muy feliz con Alkilab.

— Así es, al principio no entendía porque mi padre decidió no contraatacar, al contrario, prefirió aumentar las defensas, pero las cosas empeoraron muy rápido, por lo menos 100 cazadores nos atacaron, ese día... ese día perdí a mi padre y nos tomaron a mi como al beta de la manada y uno de mis candidatos a beta por prisioneros.

Morgan notó el muy sutil cambió en el aroma de Lang, pequeño pero suficiente para entender que se le rompía el corazón de tan solo pensarlo. Al final, después de todos sus rechazos, de toda la mierda que hizo resultaba que también se le partía el corazón al pensar que su alfa estaba sufriendo de esa manera.

— ¿Pasó algo relevante durante tu captura? — Ulva habló, el alfa más sereno y el que más se parecía a su padre.

— Descubrí que son los mismos cazadores que asesinaron a mi madre, la antigua Luna de la manada.

Todos los alfas cambiaron sus rostros de inmediato, todos tensaron las mandíbulas, apretaron los puños, si no fuera por la situación hasta hubiera resultado hasta gracioso que la reacción de todos fuera exactamente la misma.

— Necesitamos juntar a todas las manadas inmediatamente, se juntarán las manadas Albus y Nubilus, serán la protección de las manadas. — Los alfas asintieron. — Arabs protegerá a Baileyi durante su evacuación, por el momento se alojarán en territorio de Pallipes, por ahora.

Lang miró a todos lados en busca de una fuente de inspiración en ese aburrido recinto, que, por cierto, Morgan tenía razón, no tenía nada de "mágico"

— ¿Es tan serio? Disculpen mi ignorancia pero yo soy nueva en esto. — Morgan notó que los demás poca atención le prestaron a su pregunta, no eran unos cabrones, en realidad estaban mucho muy preocupados por la seguridad de las manadas.

Poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora