XLVI

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— No puede ser Lang, otra vez no dejas de vomitar. — Morgan sostenía el cabello de la alfa que, como era obvio, otra vez estaba del carajo.

Las chicas estaban tiradas en el suelo de ese bonito baño decorado con madera como si fuera un sauna y con colores dorados para darle un toque diferente, super diferente, que probablemente cuando lo construyeron no pensaron en esa situación.

— Pero no me siento tan ebria. — Un poco solamente, nada comparado con la vergonzosa sesión de llanto incontrolable.

— ¿Qué tienes? — El cuerpo de Lang temblaba como las hojas de un árbol en un día ventoso, estaba tan débil que no podía sostenerse por su cuenta, veía borroso, tanto que se mareaba, su olfato estaba completamente inutilizado y su oído hacía parecer que todo estaba en un túnel a la lejanía.

— Estoy bien.

— No digas idioteces, Lang, si sigues así vas a morir y no habrá nada que podamos hacer, te lo ruego, déjanos ayudarte.

— Ya te lo dije. — No pudo terminar la frase, se interrumpió con más vómito aún. — Estoy bien, voy a mejorar.

— Y yo también ya te lo dije, si te pasa algo no me lo voy a perdonar.

Con mucha delicadeza Morgan tomó la cabeza de la alfa y besó su frente con dulzura, porque ahora no podía siquiera imaginarse que algo le sucediera.

— Te lo prometo, estoy mejorando, por favor confía en mí.

Escucharon golpecitos en la puerta, pequeños, como los de un niño así que de inmediato supusieron que era unos de los tres demonios.

— Lang, ¿Estás bien? — La vocecita de Leia, por muy lejos que pudiera escucharla era imposible de no reconocerla. — Morgan me dijo que otra vez estás enferma.

Su llanto le rompió el pecho, porque una cosa era asustar a adultos, pero otra muy diferente era asustar a una niña pequeña que se preocupaba por ella desde el más puro desconocimiento.

— Ve con tus hermanos pequeña.

— No quiero. — La puerta se abrió de golpe y la pequeña entró corriendo a los brazos de Lang.

—Tienes que escucharnos Lang. —Murmuró Morgan.

Un presentimiento soltó un escalofrío a la espalda de la alfa, quien en un intento de mostrarse más valiente de lo que ya era de por si, se levantó como si estuviera sana y entre tropiezos y grandes zancadas se acercó a la puertas de la casa para salir a hablar con Ulva, seguro que ese alfa también había sentido que algo estaba mal.

Morgan también se levantó y corrió tras Lang, no sin antes ordenarle a Leía que no se moviera de ahí, ella no sentía nada, no aún por lo menos, pero ver el cambio en el rostro de Lang entendió que algo importante estaba sucediendo, y no parecía ser nada bueno.

Solo un par de pasos fuera de la casa estaba Eloy, que como antiguo beta de la manada por supuesto que sus instintos estaban más que desarrollados, siempre listos para defenderse por lo que ese mismo escalofrío que recorrió a Lang lo sintió él también.

— Viene para acá, no tenemos tiempo.

— Ulve debe de estar haciendo algo. — Murmuró el beta. — Seguramente tiene alguna zona segura.

— Tengo que ir con él, es mi culpa que los ataquen.

— No lo es. — Mentira, una estúpida mentira porque claramente era ella, ya se los había dicho muchas veces antes

— Debo pelear, es lo mínimo que puedo hacer ahora.

Escuchar eso fue el detonador que hizo a Morgan entrar en la conversación sin importarle lo que pensaran de ella, es que Lang era todo lo alfa que quisiera, y todos esos instintos que la consumían podían estar hablando, pero la simple idea de pelear contra quien fuera, especialmente alguien tan peligroso como Yilan en esa condición era, como menos, estúpido.

— Apenas y puedes mantenerte de pie o dar unos cuantos pasos sin tropezar, ¿Qué piensas que vas a hacer? Es una idea estúpida.

Lang agachó la cabeza porque sintió eso como un regaño (Que en parte lo era) y no tenía idea de cómo era que tenía que reaccionar ahora que estaba con Morgan.

— Es la única manera de que está amanda no pierda a tantos como nosotros... si ellos... si les pasara lo mismo, si perdieran a su alfa, eso sería devastados Morgan, no puedo permitirlo, debo ayudar.

— Llama a Mary, pídele que traiga aún más refuerzos, yo iré con Ulva para saber que es lo que podemos hacer, no podemos permitir estar tan desprevenidos cómo la primera vez, ahora nos defenderemos.

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Cuando llegaron con Ulva el alfa ya estaba más que enterado, es que la sensación de miedo dada por los instintos era algo en verdad fuerte.

— Llegaron. — Comentó el grandote sin siquiera mirarlos porque estaba muy ocupado dándole indicaciones a cuanta persona tenía enfrente. — Deben...

El alfa levantó la nariz y la apretó al detectar ese olor tan característico del veneno que Lang llevaba en el cuerpo.

— Yilan viene por mí. — Lang si lo notó, sabía que ella podía ser un problema en una pelea, pero también sabía que era la única que en verdad podía hacer algo para alejar al mini (pero muy preparado) ejercido de Yilan de esa manada, que nadie ahí merecía el terror de ver a sus familiares muertos, no quería que más niños pequeños lloraran.

— Tiene que llevarse a Lang de aquí. — Eloy, como el beta de una amanda por tanto tiempo entendió inmediatamente que era lo mejor que podían hacer, porque solo estarían arriesgando su vida, pero como un segundo padre para Lang le dolía siquiera la idea de alejarla de ahí, porque entendía lo que significaba para Lang que la sacaran de ahí.

Morgan en cambio de verdad quería sacar a Lang de ahí, no podía permitir que la lastimaran, y en ese estado tan frágil era lo único que conseguiría.

— No, no me quiero ir, quiero quedarme aquí y estar al frente cuando Yilan llegue, no me iré.

— Escúchame bien Lang, no te estoy preguntando, en este momento soy tu alfa y te estoy ordenando algo. — Ulva dejó todo lo que estaba haciendo para enfrentarse con Lang, debía mostrarle que sus palabras no eran un juego. Aunque esa orden no era más que para mantenerla segura y que no entorpeciese la situación incluso a él le parecía difícil, porque si a él mismo le dijeran aquello no aceptaría.

— Lang, por favor. — Suplicó Morgan.

No, al diablo, no aceptaría nada de eso, no importaba dónde la colocaran no pensaba aceptar (Justo como Ulva había previsto por cierto).

— ¿Por qué? Sabes que lo que te digo es verdad, vienen por nosotros, por mí, si yo salgo los dejarán a los demás en paz.

— Llevensela de una vez ¿Quieren? Tengo cosas mucho más importantes que hacer.

Morgan la tomó de la mano con fuerza, quería robar la atención de Lang, así no se sentiría tan mal.

La alfa, que a pesar de lo mucho que se ha repetido lo tonta que era, por un momento tuvo una idea de verdad, una que consideró brillante sin dudas.

— ¿Al menos puedo proteger a los trillizos? también a los demás niños de mi manada, sería la última línea.

— Hazlo, llevenlos a una casa de seguridad. — Concedió Ulva, le parecía un plan factible que no perjudicaba a nadie.

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Perdón, perdón, perdón, odio tardar tanto en publicar, de verdad lo odio pero no fue un buen mes en la escuela, la cantidad de trabajo fue ridícula, examenes a la vuelta de al esquina, tuve que salir de mi casa por días, cosas personales que me tenían bajoneada, todo todito se me vino encima. Ya estoy al 100 así que trataré de volver a publiar semanalmente, lo juro. 





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